sábado, 31 de diciembre de 2016

2017: Donald Trump y las Piezas del Tablero Mundial


Jesús Hernández Garibay

“Persona del Año” es un suplemento anual de la revista estadounidense Time, que destaca la vida y obra de una persona que “tuvo la mayor influencia, para bien o para mal, en los eventos del año”. En su edición de diciembre la revista nombró Persona del Año al presidente electo Donald Trump, llamándole “Presidente de los Estados Divididos de América”; una acertada manera de advertir la actual correlación social y política del país, no nueva porque ya estaba presente desde la “Era Bush”, pero que se convierte ahora en el signo de una época.

De hecho, varias de las promesas y posturas planteadas por el ya en breve ungido nuevo mandatario no son tampoco nuevas, sino más bien la continuación de las tendencias sistémicas vigentes del país. El espantajo, por ejemplo, de expulsar una cantidad importante de ilegales, tiene como antecedente inmediato los 5 millones 800 mil inmigrantes deportados por Barack Obama durante su administración, mientras que la construcción de un muro se inicia desde 1994 bajo el gobierno de Bill Clinton y se fortalece cuando George W. Bush promulga en 2006 una ley que autoriza la construcción de mil 100 kilómetros más a lo largo de la frontera.

Incluso la postura que hoy asume Trump en el sentido de fortalecer su programa de armas nucleares ―cuyo botón rojo causa una gran inquietud dejado en las manos de aquel que ha sido considerado un “Hitler del siglo XXI”―, no es un asunto nuevo si recordamos que a Obama mismo se le acusó de pasar de Premio Nobel de la Paz a “señor y amo de las guerras”, al asumir la intención de renovar su arsenal atómico durante los próximos 30 años en que EUA invertirá alrededor de un billón de dólares en la modernización de su capacidad nuclear.

Lo real y verdadero es que más allá de su sello, Trump es un miembro de las capas pudientes norteamericanas con fuertes inversiones alrededor del mundo; así, parte de sus posturas y su discurso “antiglobalización” son retórica de campaña. Porque detrás del multimillonario se encuentra el gran capital y la necesidad de una apremiante reforma en medio de la irresoluble crisis global del sistema, y sus planteamientos de política económica y la incorporación a su equipo de figuras ligadas a grandes intereses corporativos en Wall Street, señala la búsqueda de una recomposición del poder económico mundial de nuevos con viejos grupos.

Un hecho tampoco novedoso en el concierto mundial del reparto del pastel. El mismo George W. Bush invitó también a su gabinete a sus cófrades, cabezas de grandes compañías petroleras y armamentistas como el secretario de la Defensa Donald Rumsfeld y el vicepresidente Dick Cheney, que junto al propio Bush armaron en unos cuantos meses el teatro de una nueva guerra en Irak, que benefició a sus empresas considerablemente. Habrá que esperar entonces a que las piezas del tablero mundial del capital terminen de reacomodarse, para entender el alcance de la nueva “Era Trump”; en tanto, claro, la pobreza se extiende más, el “trabajo decente” (OIT) disminuye y en general el quebranto del “sueño americano” se robustece.

31 de diciembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 1° de enero
de 2017)
El Otoño del Imperio

El Proyecto Marte I: La Colonización del Planeta Rojo

Jesús Hernández Garibay

Desde hace décadas se advierte el inevitable declive natural de la Tierra y por ello el que la colonización del espacio pueda ser un paso deseable y hasta inevitable para garantizar el futuro de la humanidad. En torno a ello, por ser el planeta más cercano y el más fácil de alcanzar, Marte ha sido tomado ya desde la década de 1950 como foco de las intenciones acerca de la posibilidad de conformar una primera colonia fuera de este mundo. En 1962, el proyecto Empire del Centro Marshall de la NASA recibió los estudios de viajes tripulados al planeta rojo realizados por Aeronutronic Ford, General Dynamics y Lockheed Missiles & Space Company.

Varias agencias gubernamentales han desarrollado también proyectos a futuro, abarcando desde la realización de misiones cortas automatizadas hasta la fundación de colonias y la adaptación de la vida humana. En reconocimiento de esa perspectiva y por la existencia de un proyecto concreto de la NASA, ahora el canal de National Geografic (NatGeo) ha dado inicio a la novedosa serie televisiva llamada “Marte” (Mars), en parte documental y en parte dramatización, que permite enfocar la atención en los planes que desde hace años buscan preparar a un grupo de astronautas para ese propósito.

Al respecto, ya desde la primavera del 2013 el proyecto “Marte 1” solicitaba candidatos para el primer asentamiento; en respuesta, más de 200 mil personas se postularon para ser los primeros en colonizar el planeta rojo y 24 fueron seleccionados bajo el criterio de que lo harían en un viaje sin retorno. Para ello, desde un inicio se llamó a contratistas a presentar propuestas y se pretende aprovechar la experiencia tenida en los 16 años de existencia de la Estación Espacial Internacional, donde se han desarrollado módulos vitales, los cuales podrían ser utilizados a fin de mantener la vida humana durante las primeras etapas.

Luego de estudiar las propuestas hechas, la NASA decidió optar por el proyecto de SpaceX, compañía norteamericana del científico y empresario Elon Musk, a fin de producir la tecnología necesaria para respaldar los viajes; para Musk, “conquistar” Marte sería posible con “una comunidad autosustentable” de al menos un millón de personas y en un inicio el plan era enviar un primer vuelo en 2022 en una nave que transportaría un máximo de 10 astronautas, para después transportar entre 100 y 200 personas cada 26 meses, con el fin de crear colonias en Marte de hasta 80 mil personas e introducir luego vuelos regulares a un precio de 500 mil dólares por persona, lo cual en un nuevo plazo iniciará alrededor del 2030.

Muchos de quienes ahora son niños con seguridad podrán ser parte de esos primeros colonizadores del nuevo planeta soñado…; aunque claro, tal y como lo advierte el panorama actual del mercado, sólo si cuentan con el recurso millonario necesario para intentarlo. De otra manera, hecha la “selección natural”, quienes no puedan lograrlo quedarán varados, como el resto de la población mundial de entonces, en el cada día más empobrecido y devastado mundo nuestro…

31 de diciembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 18 de diciembre
de 2016)
El Otoño del Imperio

lunes, 28 de noviembre de 2016

El Fallecimiento del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana

Jesús Hernández Garibay

El fallecimiento de Fidel Castro hace aflorar de nuevo las viejas rencillas del exilio cubano en Miami, los reclamos desmedidos de “¡libertad para el pueblo cubano!” de las derechas mundiales, el impacto analizado ahora por los “servicios de inteligencia” acerca de qué puede ofrecer a sus planes desestabilizadores la muerte del “cerebro del mal de la tiranía”, la (¡por fin!) desaparición del “brutal dictador” como fue calificado por Donald Trump, la sugerente pregunta de “¿La historia lo absolverá?” puesta en el primer plano de un conocido portal de noticias mexicano, y hasta el desaforado grito en algún mensaje en las redes sociales: “EL COMUNISMO SOLO DESTRUYE, NO TIENE ABSOLUTAMENTE NADA DE BUENO, NADA!!!!!”, coincidente en el fondo con todas aquellas expresiones.

Más allá del dislate de desconocer lo que la ciencia social apunta y aseverar de manera silvestre la existencia de una sociedad comunista en el mundo actual, confundiendo lo que es un anhelo con un hecho, habría que destacar más bien en el entorno de una revolución que se asumió “de los humildes, con los humildes y para los humildes…” ―una que resiste la prueba del tiempo y los más de 600 atentados en contra de su principal líder a la vez que más de medio siglo de un descarnado bloqueo en contra de aquel al que se desea “liberar”―, algunas de las fuentes en las cuales abreva la convicción nacional de buscar una historia propia y soberana.

Al respecto hay que recordar la dictadura de Batista a partir de 1952; la crisis económica y social ya presente en esos años donde el 47 por ciento de las tierras cultivadas pertenecía a las grandes compañías estadounidenses y el analfabetismo alcanzaba al 23 por ciento de la población, o la creciente desigualdad en el reparto de la riqueza y la transformación de un país en un casino de juegos y prostitución. Pero, sobre todo, la intención de Estados Unidos de hacerse de la isla y los empeños populares por ello de alcanzar la independencia ante España y luego frente al nuevo amo, vigentes desde el siglo XIX y frustrados por la imposición en la nueva Constitución de 1901 de la enmienda Platt.

Pero más que nada, hay que dar cuenta de las ideas y del llamado de José Martí, el verdadero padre de la eventual revolución cubana, a defender la patria. El sólo texto del artículo martiano de 1861, “Nuestra América” (difícilmente conocido y menos aún comprendido en uno solo de sus doce párrafos por todos aquellos que ahora claman por la libertad en Cuba), contiene la clave para entender por qué el 95 por ciento del pueblo cubano opta por su socialismo y lo defiende a lo largo de más de cinco décadas. El Movimiento 26 de Julio, fundado en 1955 por Fidel Castro como un sustento de esa revolución, toma forma acabada con el aporte filosófico, ideológico y social del pensamiento y el llamado a la acción organizativa de José Martí. Un ideario moral, social y político que llama también por cierto a la liberación integral y definitiva del continente: “¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!”, asume también para nosotros mismos el todavía vigente escrito…

28 de noviembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 4 de diciembre
de 2016)
El Otoño del Imperio

jueves, 10 de noviembre de 2016

Estados Unidos y las Tendencias de un Mundo Cambiante

Jesús Hernández Garibay

Con toda seguridad quien ocupe la Casa Blanca a partir del próximo enero y gobierne desde el despacho oval de la misma al todavía “país más poderoso de la tierra”, tendrá que asumir el curso de las tendencias que se advierten hacia un futuro no lejano. La propia visión norteamericana de ese futuro deja ver el alcance de las dificultades que esperan en los próximos meses y hacia las siguientes dos décadas en un cambiante mundo, a un país decadente y enredado en sus propias contradicciones.

Un estudio elaborado por el Consejo Nacional de Inteligencia denominado “Tendencias Globales hacia 2030: Mundos Alternativos”, es un intento por razonar en dichas tendencias y, desde luego, sus implicaciones para esa nación; un punto de vista que implica dos hechos por lo demás muy discutibles: 1. que el sistema, el capitalismo, camina por la historia actual sin problemas mayores y logrará finalmente disminuir la pobreza y respaldar el crecimiento de la clase media; y 2. que la “democracia”, entendida a la manera en que se intenta imponer siempre a nivel mundial ―es decir, aquella en la cual el “libre mercado” es el soberano―, será aquel elemento que garantice a la sociedad global salir adelante.

En sus páginas, el estudio reconoce un hecho innegable ahora: que en razón de “la difusión del poder”, o su “repartición”, que se hace hoy entre distintos países, el cambio tendrá un impacto dramático alrededor del 2030; que para entonces “no habrá ninguna potencia hegemónica y que el poder se desplazará a las redes y coaliciones en un mundo multipolar…”, pues, indica, para esa fecha “Asia habrá sobrepasado a Norte América y Europa juntas en términos de poder global…” Esto lo admite, razonablemente, al advertir que “el ‘momento unipolar’ se ha terminado y la Pax Americana ―la era de la ascendencia [norte]americana en la política internacional que comenzó en 1945― está decayendo rápidamente…”

Agrega a la vez que “Estados Unidos ya no intentará jugar al ‘policía global’ ante cada amenaza a la seguridad”; pero sin romper con su sempiterna lógica guerrerista, añade que “Un colapso o el retiro repentino del poder de Estados Unidos en el mundo daría lugar probablemente a un largo período de anarquía mundial”, pues “ningún liderazgo poderoso será capaz de reemplazar a Estados Unidos como garante del orden internacional…”

Tal vez por ello, y para que la sociedad no se aparte de ese camino donde sin duda sí tratará de mantener como policía global el sacro “libre mercado”, el Consejo Militar Joint Force Development ha elaborado recién otro estudio que dibuja al mundo hacia 2035, diseñado para impulsar la “preparación útil” de una “Fuerza Conjunta para gestionar eficazmente los peligros futuros a la seguridad” en contra “de los actuales y potenciales adversarios en una lucha que será abierta y violenta”, y que establece las bases para una discusión más detallada sobre cómo dicha Fuerza puede alcanzar el éxito en un entorno futuro. Una siniestra tarea belicosa para la que la puntual política de la Casa Blanca en los próximos años será fundamental.

10 de noviembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de noviembre
de 2016)
El Otoño del Imperio

lunes, 24 de octubre de 2016

A Todo Vapor la Guerra Electoral en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El panorama electoral en Estados Unidos, a sólo tres semanas de los comicios del 8 de noviembre, mantiene expectantes tanto a los electores de su país, como a medios informativos, gobiernos, organismos internacionales, foros mundiales y fuerzas políticas diversas en el planeta entero. Todos en espera del resultado final de lo que a estas alturas se ha convertido en una guerra general abierta en la que los dos contendientes principales y sus más fieles seguidores, unos más, otros menos, sacan al balcón los trapitos del adversario para golpearlo en sus debilidades y así tratar de mermar sus oportunidades de ganar la batalla por la Casa Blanca.

Como se ha visto luego de los debates de campaña llevados a cabo, el equipo de la candidata demócrata Hillary Clinton ha podido aprovechar los pueriles dislates y las escabrosas historias de su contrincante, para pegar y difundir la idea de que una presidencia republicana sería hoy “el Apocalipsis” (para una nación de tiempo atrás ya, por cierto, golpeada por su declive histórico). Una candidata que apoyada fervientemente por el “establishment”, ha podido en este nuevo momento y en este hipócrita entorno donde el sexismo entre muchos empresarios igual que políticos se da a flor de piel, sosegar un poco sus preocupaciones frente al peligro que representan las decididas huestes electorales de quien se autonombra el “salvador” de la nación.

Donald Trump de su lado, continúa insistiendo en que la candidata es “deshonesta” (“crooked Hillary”, le ha puesto como mote), al acusarla de connivencia con Wall Street y otras grandes empresas, y recalcar en los correos electrónicos que durante su cargo como Secretaria de Estado manejó sin apegarse a más estrictas medidas de seguridad, o los correos de su equipo que durante la precampaña contribuyeron a descarrilar las aspiraciones de su rival demócrata Bernie Sanders; estos segundos dados a conocer por el equipo de WikiLeaks y por lo cual los demócratas ahora grotescamente acusan de hackeo a Vladimir Putin. El propio republicano, claro, sigue dando muestras de lo embrollada que sería su presidencia en caso de ganar las elecciones y ahora todo lo acontecido le da fuerzas a la cúpula de su partido para repudiar de plano a quien ya era un “candidato incómodo”.

Donde en verdad se percibe mejor todo el lodazal en el que se ha convertido el proceso electoral de este 2016, es en el sentido común del ciudadano de a pie que se ve reflejado en las redes sociales. Dígalo si no, un “meme” difundido con la fotografía de un niño pequeño que comienza a meter un cuchillo de metal en una de las dos tomas de corriente de un contacto de pared y al que a punto de recibir una descarga eléctrica le siguen las palabras: “¿Trump, o Hillary? ¿El socket de arriba, o el socket de abajo?” o, entre muchos más, otro que incluye las fotos tanto del empresario como de la ex-primera dama, seguidas de las palabras: “¿Son estos dos realmente lo mejor que pudimos lograr…?” Así, lo bueno es que todavía hay quien tiene muy claro el cuadro que se nos viene, quede quien quede, luego del segundo martes de noviembre…

24 de octubre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 23 de octubre
de 2016)
El Otoño del Imperio

lunes, 10 de octubre de 2016

Cuarenta Años del Asesinato de Orlando Letelier

Jesús Hernández Garibay

El 21 de septiembre pasado se cumplieron 40 años del asesinato del ex-canciller chileno Orlando Letelier, a raíz del atentado terrorista perpetrado por la execrable Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) pinochetista en Washington; una bomba colocada en el piso de su automóvil generó un estallido que le provocó la muerte. Junto con Letelier, también ministro del Interior y ministro de la Defensa Nacional en el gobierno de Salvador Allende, falleció su acompañante, la joven estadounidense Ronni Karpen Moffitt, su secretaria en el Instituto de Estudios Políticos donde ambos laboraban.

El atentado provocó una oleada de repudio internacional e incluso el Congreso de Estados Unidos responsabilizó del mismo al régimen de Pinochet, exigió una investigación e impuso un embargo de armas a Chile. Letelier mantenía la cartera de Relaciones Exteriores cuando el golpe militar de 1973. Fue detenido y confinado a la Isla Dawson junto con otros altos funcionarios del gobierno depuesto; luego sería liberado gracias a la fuerte presión internacional y desde entonces partió al exilio a Venezuela y posteriormente a Estados Unidos.

De acuerdo con el periodista chileno José Miguel Varas, premio nacional de literatura 2006 (ver su libro “Escucha Chile”, LOM, 2012), en agosto de 1975 una ola de protestas sacudió a Holanda. Organizaciones sindicales, estudiantiles, culturales, religiosas y políticas iniciaron una vigorosa movilización contra el poderoso consorcio holandés “Steven”, que había dado a conocer su decisión de efectuar una inversión de 62 millones de dólares en Chile. El respectivo contrato ya tenía la aprobación del comité de inversionistas extranjeros de la Junta Militar y debía firmarse a comienzos de septiembre en Santiago. Pero nunca se firmó.

El repudio del pueblo holandés a la dictadura fue particularmente fuerte y activo. Ante el escándalo del apoyo de una empresa holandesa a la Junta, una docena de ciudades holandesas anunciaron su decisión de cancelar todos sus contratos con la firma “Steven” en caso de que ésta persistiera en llevar sus capitales a Chile. Finalmente, el 27 de ese mes el consorcio informó que quedaba cancelado el proyecto de invertir en Chile. Esta fue para la Junta una derrota de grandes proporciones, que evidenció un nuevo grado de aislamiento internacional.

“Desde Santiago ―dice en su libro Miguel Varas― deben haber partido muchos mensajes furiosos o inquisitivos…, tratando de encontrar al ‘culpable’ de lo ocurrido. Y los agentes de la DINA… se apresuraron a informar sobre la presencia en Holanda por aquellos días de Orlando Letelier. En ese instante quedó firmada su sentencia de muerte. El 10 de septiembre, el diario oficial publicaba el decreto, firmado por Pinochet, que pretendía grotescamente privar de la nacionalidad chilena a Letelier, a quien se acusaba de ‘realizar en el extranjero una campaña publicitaria destinada a lograr el aislamiento político, económico y cultural de Chile’…” Con base en ello el general golpista dio la orden de acabar con la vida del patriota chileno radicado en Washington…

10 de octubre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 9 de octubre
de 2016)
El Otoño del Imperio

jueves, 29 de septiembre de 2016

La Campaña por la Presidencia en Estados Unidos en un Momento Crítico

Jesús Hernández Garibay

A sólo seis semanas de los comicios del 8 de noviembre, el curso de la campaña por la presidencia de Estados Unidos no termina por definir un seguro ganador. Aun con todo el apoyo que continúa recibiendo la candidata demócrata Hillary Clinton por parte de la gran prensa, de la cúpula de su partido, del mismísimo presidente Barack Obama y de poderosos empresarios ligados a ella, o sea, de lo que se ha dado en llamar el “establishment político-económico” actual del país, no alcanza a ser descontado el posible triunfo del peculiar empresario convertido en político Donald Trump.

Malmirado por sus críticos, demócratas o no, inmigrantes o no, estadounidenses o de otros países que consideran hacer ya sea de su opinión o bien de su posibilidad de sufragar una especie de voto útil en favor de la Clinton, con tal de que no quede aquel que imaginan un nuevo Hitler, éste mantiene todavía para su amplio movimiento de seguidores la esperanza en llegar al salón oval de la Casa Blanca y así intentar contener el proceso social que se desenvuelve en la nación y que amenaza con trocar la predominancia blanca anglo-sajona en un recuerdo del pasado. 

El mismo Trump acaba de resumirlo de manera inteligente en una entrevista difundida por CBN News: “Creo que esta va a ser la última elección que puedan ganar los republicanos. Si no ganamos esta elección, nunca más se verá otro republicano [en la Casa Blanca] y se tendrá… una estructura de la Corte Suprema de Justicia completamente diferente…” Ello agita la conciencia de millones de ciudadanos para quienes resulta apocalíptico ver no solamente cómo ha llegado un hombre de raza negra a la presidencia, sino la posibilidad de que en algún momento del mañana sea un latino, tal vez mexicano, quien esté al mando de la que consideran la nación escogida por Dios en la Tierra.

La propia Hillary Clinton ―a pesar de la esperanza que aún mantiene de alcanzar un mayor número de delegados al Colegio Electoral―, ha favorecido el fortalecimiento de Trump, pues a su manifiesta impopularidad se suma un alarmante padecimiento personal que su equipo de campaña ha tratado de esconder minimizándolo, hasta donde le ha sido posible, con tal de que su nombre llegue a las urnas y pueda pasar el momento crítico en el que se ha metido en las últimas semanas. La consecuencia del empuje logrado por una campaña ahora mejor estructurada de Trump, frente al debilitamiento de la figura de la Clinton, ha contribuido a un empate en las encuestas que, por momentos, es incluso favorable al republicano.

Así que los cuarenta días que restan para las votaciones, durante los cuales están previstos tres debates cara a cara ―en Long Island el 26 de septiembre, en St. Louis el 9 de octubre y en Las Vegas el 19 de octubre―, prometen un aún más interesante escenario a seguir con toda atención, pues de ello depende lo que en los siguientes ocho o diez años suceda en ese país y tal vez en el mundo entero.

29 de septiembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México,
25 de septiembre de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 11 de septiembre de 2016

América Latina: Los Nuevos Golpes de Estado

Jesús Hernández Garibay

De los años sesenta a finales de los ochenta del siglo anterior América Latina vive una crisis con bajas tasas de crecimiento; el peso principal de esa crisis recae sobre los estratos más pobres, lo que acentúa la desigualdad. Ante esta situación se revela una respuesta popular, un aumento en los conflictos sociales y aparición de focos guerrilleros, en un escenario en el que ante el furor anticomunista de Washington en la Guerra Fría y un inminente ascenso de la lucha social, éste alienta las dictaduras militares para corregir el descontento. Bolivia con Barrientos y Banzer; Brasil con Castelo Branco; Chile con Pinochet; Argentina con Videla.

Luego de unos años, la presión internacional en contra de esos regímenes militares por el peligro de caer en extremismos mayores, así como el éxito ya logrado de varios años de férrea disciplina laboral y manga ancha en la política de precios y especulación financiera que los sectores oligárquicos y trasnacionales aprovechan sigilosa pero vigorosamente para hacerse de mayor fortaleza y superar su crisis en sus respectivos países; alcanzado, pues, el objetivo de someter las protestas y cumplido el propósito de reencauzar a esas naciones por el “buen camino” del mercado, comienza a plantearse la necesidad del “tránsito a la democracia”.

De esta manera llega la región al final del tristemente célebre militarismo y avanza a una nueva etapa de “civilidad”, en un contexto que deja la impresión de haber logrado la humanidad entender que no es por el camino de la fuerza como puede avanzar el mundo, donde se da término a la llamada Segunda Guerra Fría y al inicio de los cambios que desde el discurso neoliberal se verán influidos por la ideología del “fin de la historia” y la supuesta entrada a una era de bienestar y felicidad que, según esto, nos comenzaría a traer la era globalizadora.

Luego de los ochenta el resultado de la globalización es una mayor pobreza, lo que incita a sectores de la izquierda de distintos países a participar electoralmente en ese nuevo contexto de “civilidad”, en busca de cambios verdaderos en la región a favor de los pueblos, y promueve un nuevo escenario con el triunfo de gobiernos de nuevo signo en Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina, Paraguay, Honduras y otros países; cambios en los que al paso del tiempo de nueva cuenta no están de acuerdo ni los grandes capitales que se sienten afectados por los mismos, ni la Casa Blanca que alienta a aquellos capitales ni las derechas continentales que los resguardan.

Así, ante la imposibilidad, por ahora, de recurrir de nuevo al expediente de los golpes militares, se busca en los “golpes suaves” ―a través de movilizaciones como en Venezuela, parlamentarismo espurio como en Honduras, Paraguay o Brasil, insurrecciones policiacas como en Ecuador o pugnas cooperativistas como en Bolivia―, detener de nuevo la búsqueda de nuevos derroteros y mantener así el reinado de un “libre mercado”, del cual se benefician sobre todo los mismos o nuevos sectores oligárquicos y trasnacionales.

11 de septiembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México,
11 de septiembre de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 28 de agosto de 2016

Estados Unidos: El Insólito Escenario Electoral

Jesús Hernández Garibay

Luego de advertir durante meses todas las vicisitudes que se han presentado en una singular precampaña y campaña electoral por la Presidencia de Estados Unidos, uno no puede menos que preguntarse cómo es que se ha llegado a este insólito escenario. Un candidato descalificado por los dirigentes de su partido pero virtualmente impuesto por un movimiento popular; una candidata acusada de ser apuntalada por el “establishment” y al mismo tiempo calificada como “farsante” por amplias capas de ciudadanos; un candidato caracterizado como sociópata por sus detractores y una candidata que se sospecha padece un trastorno cerebral; un candidato del cual se dice que tiene problemas con el fisco y una candidata a la que se le imputa un delito relacionado con la seguridad nacional.

Mientras que destacados personajes de gobiernos anteriores insisten en que Trump pondría en riesgo la seguridad nacional, pues “carece de carácter, valores y experiencia para ser presidente”, y que de llegar a la Casa Blanca “debilitará la autoridad moral de Estados Unidos como líder del mundo libre”, una reciente encuesta de NBC News/ Survey Monkey indica que Hillary podría ganar la carrera presidencial por 9 puntos, pero en la misma sólo el 42 por ciento de los votantes considera que tiene la personalidad y el temperamento para servir, sólo el 23 por ciento está de acuerdo en que ella “se preocupa por la gente como tú”, sólo el 20 por ciento dice que ella comparte sus valores y sólo el 11 por ciento opina que es honesta y confiable.

El periodista conservador Michael Goodwin, escribe en el New York Post que sucede ante nuestros ojos “el completo colapso del periodismo estadounidense”, al que acusa de un “frenesí por enterrar a Trump”. Las más grandes cadenas de televisión, CBS, NBC y ABC, así como grandes periódicos como The New York Times y Washington Post, opina el periodista, “han descartado toda pretensión de juego limpio. Su feroz determinación para evitar el triunfo de Trump y mantenerlo fuera de la Oficina Oval no tiene precedentes”. De hecho, agrega Goodwin, “ningún extranjero enemigo ni grupo terrorista ni banda criminal del país sufre la paliza diaria que Trump padece. Los locos mullahs de Irán que llaman a Norteamérica el gran Satán y que han votado por borrar a Israel del mapa, son tratados por la gran prensa suavemente, en comparación a Trump…”

Lo cierto es que hoy en el país de las barras y las estrellas continúa decayendo el curso de la política tradicional, como resultado de los nuevos momentos de una crisis que llegó para quedarse y que provoca marcadas percepciones divergentes entre los ciudadanos afectados por ello, así como inevitables contradicciones. Una nueva encuesta telefónica nacional de Rasmussen indica que el 72 por ciento de los probables votantes consideran hoy que Norteamérica es un país más dividido de lo que era hace cuatro años. Claramente los electores piensan que las cosas empeoran en el país, ya que su percepción de tal hecho crece en 11 puntos, del 61 por ciento que se sentía de esa manera justo antes de día de las elecciones de hace dos años.

28 de agosto de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 28 de agosto de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 14 de agosto de 2016

Hillary Clinton, Candidata Demócrata “Aprobada por el Establishment”

Jesús Hernández Garibay

Tal y como estaba programado, una semana después de la Convención Republicana, del 25 al 28 de julio se llevó a cabo en la ciudad de Filadelfia la Convención Nacional Demócrata, en un ambiente también crispado como en la republicana, aunque por motivos diferentes. Miles de hombres y mujeres, dentro de la convención y en las calles aledañas de la ciudad, se manifestaron a lo largo de esos días, disgustados por los obstáculos impuestos a la precampaña de su favorito el senador Bernie Sanders; entre ellos el que Hillary Clinton fuera virtualmente predestinada semanas antes de la convención por los más grandes medios informativos.

En efecto, la Convención Republicana mostró un rostro desdibujado porque el xenófobo Donald Trump fue nominado en contra del deseo de la cúpula republicana, por un movimiento popular conservador que piensa en él como el “salvador” de la debacle nacional que él mismo ha insistido que existe hoy en Estados Unidos; de su parte, Hillary Clinton fue ungida por la dirigencia del partido, el apoyo del gobierno saliente y también, es cierto, por la convicción de sus seguidores de que llegará a la Casa Blanca con el propósito de llevar esperanza a quienes no han podido alcanzar el “sueño americano”, pero estarían a punto de conseguirlo con la primera presidenta en la historia del país.

Pero en tanto que la nominada como candidata demócrata en las elecciones de noviembre afirmaba en su discurso de aceptación que “su misión” como presidenta sería la de “crear mayores oportunidades y mejores empleos, con salarios crecientes aquí mismo, en Estados Unidos…”, haciendo énfasis en las regiones más necesitadas, muchos ciudadanos en encuestas hechas a propósito de ello, manifestaban su descrédito a lo que consideran son mentiras que sólo buscan el propósito de llevarla a la silla presidencial del país.

Y mientras en un obligado llamado a la unidad en medio de la exacerbación del evento la ex secretaria de Estado reconocía la precampaña de la “revolución política” de Sanders, “por haber puesto la justicia económica y social al centro y al frente, donde deben estar”, agregando a todos los seguidores del precandidato que “los he escuchado, su causa es nuestra causa”, esos seguidores le reiteraban en las calles su desaprobación y su desconfianza. Lo que es más, miles de ciudadanos no partidistas se sumaban a ese coro.

Y claro, a pesar de que el nombre de la ex primera dama está ligado a la familia política y económica por lo cual, dicen, fue “aprobada por el establishment”, y que en un eventual triunfo por ese motivo no cambiaría en el país gran cosa por muchas promesas que haga ―como le ocurrió al mismo Obama en su momento―, lo cierto es que un segmento del electorado sí le dará su “voto útil”, al hacerse eco de los llamados a evitar que el extremista Trump llegue a la Casa Blanca. No obstante, a pesar de las reiteradas torpezas del ahora candidato republicano, es esta una posibilidad real que con seguridad le seguirá quitando el sueño a la también ex senadora.

14 de agosto de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 14 de agosto de 2016)
El Otoño del Imperio

sábado, 30 de julio de 2016

Donald Trump: Las Razones de la Candidatura Republicana

Jesús Hernández Garibay

Del lunes 18 al jueves 21 de julio se llevó a cabo en la ciudad de Cleveland la Convención Nacional Republicana en la cual sería nominado el candidato a participar en los comicios de noviembre por la presidencia de Estados Unidos. El evento se llevó a cabo en medio de la profunda división existente en torno del magnate Donald Trump en donde, sin embargo, las voces de descontento en contra del que tendría que ser inevitablemente ungido, fueron acalladas por el entusiasmo de sus seguidores. La última noche, Trump aceptaría el compromiso, bajo el manto de la consigna central de su campaña: “Hacer grande a [norte]América otra vez”.

Como se sabe, la revuelta ocasionada por el ahora candidato resultó de una agresiva agenda que despertó la dura respuesta en diversos medios y de la misma cúpula republicana, a posturas que fueron calificadas propias de un “demagogo fascista”. Pero la mayor conmoción que causó al “establishment” republicano fue el sorprendente éxito su precampaña, pues no obstante las acusaciones de ser un fanático, Trump tuvo la certeza de generar un movimiento social en su entorno, que es el que obliga a dicha cúpula a tener que rendirse ante su nominación.

Para entender las razones por las cuales las posturas del ahora candidato “prenden” en un escenario estadounidense como el actual, hay que tomar en cuenta algunos hechos como estos:

• El declive del poderío norteamericano en el mundo, asumido hasta por el National Intelligence Council en su estudio publicado “Tendencias Globales hacia 2030”, en el cual reconoce que EUA deja cada día más de ser un poder hegemónico, por causa de su “repliegue inesperado como actor global” en un “mundo multipolar”.
• El marcado empobrecimiento de grandes núcleos de la población y virtual quebranto para las clases medias del llamado “sueño americano”, que para muchos ciudadanos es consecuencia de una globalización que abrió la puerta a las grandes empresas para buscar mano de obra barata fuera del país, en detrimento de los empleos y salarios de los trabajadores nacionales.
• Cambios como los ya previstos desde hace décadas en la composición del espectro social nacional, que promete para los hispanos, actualmente minoría, convertirse hacia mediados del siglo en la mayoría poblacional del país, lo que desbancará a muchos ciudadanos blancos de los privilegios de los que aún disfrutan.

Es por razones como éstas por las que los conocidos como “angry white man” (hombre blanco irritado) se erigen como el segmento más apasionado en apoyo y defensa del magnate, seguidos por ciudadanos para quienes la globalización (animada por las grandes empresas y promovida por los gobernantes) les quitó sus puestos de trabajo, además de considerar que la inmigración también los afecta en el mismo sentido. Así, la verdadera razón del éxito del peculiar empresario ahora convertido en político, hay que buscarla en el sentimiento de vulnerabilidad, amenaza y debilidad por causa de la inseguridad económica, el desgaste de valores y la decepción con el sistema político del país, que percibe una parte importante de los votantes de noviembre.

30 de julio de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 31 de julio de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 17 de julio de 2016

El Momento de la Verdad: Las Convenciones Republicana y Demócrata

Jesús Hernández Garibay

Este lunes 18 de julio se lleva a cabo en la ciudad de Cleveland, Ohio, la Convención del Partido Republicano en la que sería nombrado el candidato a la presidencia de Estados Unidos por parte de dicha organización. Una semana después, el lunes 25 en la ciudad de Filadelfia, se realiza la Convención del Partido Demócrata en la que también sería elegido el candidato formal aspirante a ocupar la Casa Blanca. Ambos eventos se efectúan en un complicado momento nacional, donde a la creciente pobreza se adicionan las nuevas reclamaciones públicas ocasionadas por las reiteradas muertes de personas de raza negra a manos de policías blancos.

De por sí que, tal y como ya se preveía de tiempo atrás, a la convención republicana el Partido llega como un frente fragmentado, por causa de que el precandidato mejor posicionado resultó ser, como se sabe, el empresario Donald Trump, quien con un discurso agresivo, racista, sexista, ultranacionalista y, a juicio de algunos, hasta de corte fascista, logró convencer de buscar un cambio de rumbo a decenas de miles de republicanos desencantados con el gobierno de Barack Obama, a quien culpan por la creciente decadencia nacional y global. Son esas masas partidistas las que, sin importar lo que sus altos dirigentes piensen, obligan al partido a promover a un candidato como Trump.

De su parte, el Partido Demócrata no anticipa una Convención tan problemática, pero no por ello menos compleja, pues Hillary Clinton, quien llega a la misma con el apoyo de las dirigencias, los llamados “superdelegados” y decenas de miles de militantes de las bases demócratas, carga a la vez en su bolsa de campaña un severo rechazo de otros cientos de miles de ciudadanos, quienes la consideran una política poco confiable. Así, luego de haber perdido el sueño durante varios meses por la amenaza que le significó la precampaña del senador “socialista democrático” Sanders, ahora la Clinton lo perderá de nuevo por no saber exactamente hasta donde ese descrédito suyo irá a pesar finalmente en las elecciones de noviembre.

Claro que como quiera que vaya a resolver el pueblo estadounidense la disyuntiva de elegir a un presidente xenófobo o a una presidenta a la cual antes de llegar a la silla de gobierno ya consideran una mentirosa, será cosa de valorarlo luego de pasadas estas elecciones, que amenazan con ser las de mayor abstencionismo electoral de todos los tiempos frente a los dos candidatos menos populares de la historia de Estados Unidos por su alto grado de desprestigio a la vista del ciudadano común, que lejos de interesarse por una participación en los comicios, crece en su descontento tanto por las inequidades raciales de estos tiempos en los que en su defensa tiene que levantar el grito de “Black Lives Matter!!” ―más las que en su discurso promete Trump en caso de triunfar―, como por el creciente empobrecimiento de sus familias ante un “sueño americano” cada día más ausente para las grandes mayorías del país, que Hillary promete hueramente que cambiará.

17 de julio de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 17 de julio de 2016)
El Otoño del Imperio

viernes, 8 de julio de 2016

El Brexit Evidencia un Nuevo Momento de la Crisis

Jesús Hernández Garibay

La inicial secuela de la consulta a los ciudadanos británicos acerca de su decisión para salir de la Unión Europea o permanecer en ella ―un resultado inesperado en favor de la salida que ha puesto a temblar al mundo, pues se tradujo de inmediato en más de dos billones de dólares que desaparecieron virtualmente de los mercados bursátiles en todo el orbe―, ha sido, de acuerdo con el Index Dow Jones de Standard & Poors, “la mayor pérdida diaria de todos los tiempos”, superando la quiebra de Lehman Brothers durante la crisis financiera de 2008 y la caída de la bolsa en aquel Lunes Negro de 1987.

Esto, que según algunos analistas tiene “el potencial de provocar un reordenamiento del poder, las relaciones económicas, las fronteras y las ideologías del mundo entero” (The New York Times), pone de manifiesto, entre otros, varios hechos por demás trascendentes:

1. El progreso y el alcance de la crisis global del sistema, ya trastocado desde la primera década del nuevo siglo y que, ahora, tras el efecto del llamado “Brexit” golpea con fuerza a una fracción de los principales magnates del mundo, que pierden en un solo día más de 127 mil millones de dólares de sus fortunas.
2. El descontento y el resquemor de distintas capas sociales por causa del gradual empobrecimiento sin visos de solución en sus países, una de las causas del maremoto británico y por la que diversos movimientos separatistas se siguen manifestando en regiones de la misma Europa, como el País Vasco y Cataluña en España, Bavaria en Alemania, Gales, Irlanda y Escocia en Reino Unido, Bretaña y Córcega en Francia, Cerdeña y Trentino-Tirol del Sur en Italia.
3. El grado de estancamiento de los mercados que no logran generar un crecimiento continuo que dé un impulso sostenido a la economía de países desarrollados como Estados Unidos, los europeos, Japón y los países “emergentes” más vinculados a ellos.
4. El alto costo que alcanza ya el proceso especulativo de “financiarización” al que han sido sometidos los mercados mundiales, para tratar de contrarrestar la irrefrenable tendencia a la baja de las tasas de ganancia, como resultado de esa economía estancada y en crisis permanente luego de su auge en los años setenta del siglo pasado.
5. La magra marcha sistémica toda que, en el curso de una cada vez mayor productividad con la utilización de procesos altamente automatizados y tecnologías más sofisticadas, promueve el despido y siembra un mayor desempleo, subempleo y mercado informal en el planeta.
6. La grave rapacidad del actual capital financiero monopolista de hoy, que haciendo uso irracional del crédito tiende a volver a las mismas empresas, a los gobiernos y a amplias capas de la población en adictos y esclavos de las deudas, tan sólo para mantener el motor caminando.

En el fondo, la mayor concentración y centralización de los capitales que resulta de la producción global cada vez más social, frente a la apropiación cada vez más privada de la riqueza mundial.

8 de julio de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 3 de julio de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 19 de junio de 2016

Nueva Cumbre 2016 del Sombrío Grupo Bilderberg

Jesús Hernández Garibay

Un centenar de barricadas de concreto y rejas fueron colocadas por la policía de la ciudad de Dresden, Alemania, alrededor del Hotel Taschenbergpalais, sitio donde se llevó a cabo del miércoles 8 al domingo 12 de junio de este año una nueva reunión cumbre del sombrío Grupo Bilderberg, estableciendo así una gran “área de seguridad restringida” en torno al lugar donde se encontraron unos 150 “líderes mundiales”, entre jefes de estado, expertos en tecnología, académicos y periodistas selectos. Durante el evento, policías federales fuertemente armados impidieron las manifestaciones de más de 15 personas en la periferia.

Algunos periódicos y sitios independientes de redes sociales informaron sobre los invitados, que aparte de figurones usuales como Henry Kissinger, David Rockefeller o los Rothschild, incluyeron ahora al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el ex presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso, y al secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, sin faltar además las principales cabezas de Google, Shell, BP y Deutsche Bank, entre otros. Todos encaminados por los primeros ―quienes durante muchos años han tenido el mando del cónclave― a la firme idea de seguir conspirando en decidir el futuro de la humanidad.

Los temas que figuraron en esta ocasión fueron el (seguramente perturbador) poderío alcanzado por China y Rusia, el panorama político electoral de Estados Unidos, el panorama financiero global y la posibilidad de un nuevo colapso como el de 2008, las condiciones actuales de la Unión Europea y en particular la posibilidad de que Gran Bretaña salga de la misma, además de la innovación tecnológica y la seguridad cibernética, entre otros importantes. Todos tratados en un ambiente de total secrecía. Stanislav Tillic, uno de los asistentes al conclave, admitía al final de la reunión ante los reporteros, que Bilderberg es básicamente un poderoso grupo cabildero que puede “encauzar” a los distintos gobiernos del orbe.

Claro, el grupo se sigue autoproclamando como “un foro internacional pequeño, flexible, informal y extraoficial en el cual pueden ser expresados diferentes puntos de vista en un ambiente de comprensión mutua”. No obstante, en múltiples ocasiones ha sido acusado de ser un verdadero intento de “gobierno del mundo en la sombra”. Y es que el selecto club, que se reuniera por vez primera en Holanda en 1954, está integrado hoy por inversores internacionales, banqueros, dueños de los principales medios de información, políticos y miembros de la realeza, mientras que las personas que acceden de vez en vez a sus reuniones, lo hacen a conveniencia del “foro” y sólo por invitación expresa.

Como quiera que sea, un intento más éste de orientar el convulso mundo que vivimos ahora, hacia el paraíso que ansían los grandes capitales de alcanzar estabilidad y mayor riqueza con base en la disciplina absoluta de los pueblos.

19 de junio de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 19 de junio de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 5 de junio de 2016

La Rapiña por el Agua

Jesús Hernández Garibay

De tiempo atrás se dice que el agua en el planeta se convierte en el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI, pues se prevé que en diez años más la demanda de este elemento indispensable para la vida humana será un 56 por ciento superior al suministro actual y quienes posean agua podrían ser blanco de un saqueo forzado. Esto es así porque en los últimos tiempos, advierten especialistas, las grandes corporaciones han pasado a controlar el agua en gran parte del orbe y se especula que en los próximos años unas pocas empresas privadas poseerán el control monopólico de casi el 75 por ciento de este recurso vital en el mundo.

Según cálculos de la ONU, cerca de mil millones de personas no tienen hoy acceso a agua potable y segura; 2 mil quinientos millones carecen de sistemas sanitarios adecuados, y más de 5 millones de personas fallecen anualmente por causa de enfermedades relacionadas con el agua. Pero mientras poblaciones enteras no tienen acceso al agua potable, grandes corporaciones aprovechan para vender agua pura embotellada bajo el supuesto de subsanar el problema; en 1970 se vendieron en el mundo mil millones de litros, en 2000 la venta fue de 84 mil millones y en el 2015 fue de 320 mil millones de litros.

Como cada tres años, en abril pasado se realizó la 7ª edición del Foro Mundial del Agua, en ciudades de Corea del Sur. En ésta ocasión se reunieron líderes políticos, funcionarios y expertos en el tema provenientes de más de 100 países, quienes discutieron bajo el lema: “Agua para nuestro futuro”. El objetivo era claro y se hizo un llamado a fin de incluir el caso en la Agenda del Desarrollo Post 2015, así como, entre otras cosas, “aportar apoyo científico y promover el desarrollo y la difusión de las tecnologías para la reducción de enfermedades relacionadas con el agua, la mejora de los tratamientos de purificación y la gestión de aguas residuales”.

No obstante, muchos gobiernos desvían su responsabilidad de tutela de los recursos naturales en favor de las empresas y así el embotellamiento del agua resulta un gran negocio. Al respecto, Sylvia Ubal, directora y fundadora de Barómetro Internacional, ha dicho: “En los finales del siglo pasado el mundo entró en una nueva fase de confrontación que denominamos la Nueva Guerra por los recursos naturales [donde lo que se busca es] apropiarse de los recursos estratégicos y necesarios para el desarrollo y expansión del capitalismo. Guerras por el petróleo, guerras por el agua, guerras por tierras, guerras atmosféricas, esta es la verdadera cara de la globalización económica… El problema no son los recursos naturales, no es la gente, sino la codicia de las corporaciones empresariales y las asociaciones entre éstas y los Estados con el fin de usurpar los recursos de los pueblos y violar sus derechos fundamentales de vida.”

Tan sólo la compañía Coca-Cola, la empresa de bebidas más grande del mundo, en un año utiliza alrededor de 390 mil millones de litros de agua para elaborar su producto, tan adictivo y dañino para la salud de todos.

05 de junio de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 05 de junio de 2016)
El Otoño del Imperio

viernes, 20 de mayo de 2016

Las Razones de Fondo del Golpe de Estado en Brasil

Jesús Hernández Garibay

El pasado 12 de mayo, Michel Temer, hombre de la CIA según Wikileaks y acusado de seis delitos que habría cometido de desvío de fondos vinculados al caso Petrobras, asumió la presidencia interina del Brasil. Un cargo que pertenece legítimamente a Dilma Rousseff ―quien ganó los más recientes comicios con más de 54 millones de votos en su favor―, a la que sustituye espuriamente hasta que termine en el Senado del país el juicio a la ahora ex presidenta a quien se acusa de manera imprecisa de malos manejos en su gobierno.

Acompañado de más de 200 parlamentarios que son, ellos sí, inculpados en procesos de corrupción en el Supremo Tribunal Federal de esa nación, el nuevo mandatario llega al gobierno junto a los que fueron sucesivamente derrotados en las últimas cuatro elecciones presidenciales, destacadamente el Partido de la Social Democracia Brasileña, así como la ultraderecha Demócrata (DEM), dispuestos a echar atrás con medidas de corte neoliberal las políticas sociales que propugnaban los dos gobiernos sucesivos del Partido de los Trabajadores. Este y ningún otro, es el objetivo del nuevo golpe de Estado que ahora se produce en Brasil; un hecho apadrinado por la gran burguesía brasileña y los consorcios nacionales y transnacionales, a cuyos intereses les resulta incómodo cualquier proyecto que se aleje de sus pillajes de mercado en la región.

El reciente cambio presidencial en Argentina en el que triunfa el candidato empresarial del país Mauricio Macri, la victoria de la opositora Mesa de la Unidad Democrática en las elecciones parlamentarias en Venezuela, las artificiosas acciones de algunos grupos sociales en contra del gobierno de Rafael Correa en Ecuador y de Evo Morales en Bolivia, sucesos precedidos por los virtuales golpes de Estado civiles en Honduras y en Paraguay, todo ello sustentado en la pertinaz acción de las fuerzas de la derecha continental apoyadas eficientemente por las de otros países y en el trasfondo por Estados Unidos, se mueven en la misma dirección que el golpe de Estado ahora a la presidenta Rousseff en Brasil.

Y es que no es fácil caminar hacia una sociedad distinta, sin que las fuerzas más ligadas a esos grandes intereses corporativos, busquen y encuentren nuevas maneras de detener los procesos. En el pasado utilizaron las armas de las dictaduras militares; o acudieron al recurso de la coptación de los líderes, o al del diversionismo ideológico de los medios masivos; o a tantos otros, siempre apoyados eficientemente por Estados Unidos y sus intereses geoestratégicos. Tal y como lo hicieron en otros tiempos en que acudieron a la represión abierta o a la guerra de baja intensidad, hoy se acude al engaño a las masas por medio de nuevos modos como el del “golpe suave”. Pero los fines son exactamente los mismos: no permitir ningún cambio que aleje a los mercados de su reinado: el “sacrosanto” mundo de los grandes negocios que, hoy por hoy, en medio de la crisis global, requiere de una mayor disciplina de los pueblos.

20 de mayo de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 22 de mayo de 2016)
El Otoño del Imperio

jueves, 5 de mayo de 2016

Francia: El Movimiento Sindical y Social Contra la Reforma Laboral

Jesús Hernández Garibay

Miles de ciudadanos franceses salieron el domingo 1° de mayo a marchar nuevamente en contra de la Reforma Laboral propuesta por el gobierno de François Hollande, con manifestaciones en todo el país que aprovecharon el Día Internacional de los Trabajadores para demandar la retirada de una supuesta mejora del Ejecutivo que, insisten, destruye “todos los derechos que los trabajadores han ganado desde la Segunda Guerra Mundial” y que, consideran, provocará más precariedad para la clase obrera. En París desfilaron, según los sindicatos, unos 70 mil manifestantes, mientras que en toda Francia el Ministerio del Interior calculó en 84 mil la cifra total. Las manifestaciones coincidieron con el cumplimiento del primer mes de realización de las asambleas ciudadanas de un nuevo movimiento social: “Nuit Debout” (Noche en Pie).

A la reforma, que sería discutida en la misma semana ante el Parlamento, se le reprocha, entre otros puntos, acabar con la igualdad de negociación entre empleados y empresarios al otorgar primacía a los acuerdos en las empresas por encima de los Convenios Colectivos. Además, con esa normativa el gobierno se propone hacer “ajustes” modificando la jornada laboral a 35 horas por semana, con el pretendido fin de reducir el 10 por ciento del desempleo. A un año de los comicios presidenciales y con la impopularidad de Hollande ―que en sus máximos históricos hoy cuenta con una desaprobación de ocho de cada diez ciudadanos―, el mandatario no ha logrado frenar el descontento popular por esta nueva acción de su gobierno.

Al frente abierto en contra de la propuesta se sumó el movimiento “Nuit Debout”, que guarda similitudes con el movimiento español de los Indignados y el estadounidense Ocupa Wall Street; una virtual asamblea ciudadana, que ha hecho de la Plaza parisina de la República su lugar de reunión. Un movimiento popular más en el orbe, que rebasa la acción de los Estados nacionales y exhibe la incapacidad de estos para dar solución a grandes problemas tales como el desempleo y el empobrecimiento de los más amplios estratos de la población. Sin ser un movimiento de masas, el movimiento “Nuit Debout” se encuentra integrado mayoritariamente por jóvenes franceses preocupados por su futuro; uno en donde, dicen, ya no caben las elecciones y los partidos políticos actuales, por muy representativos que pretendan ser, porque sencillamente no resuelven su situación.

Un movimiento social que aunque adolece de las limitaciones de otros en el rechazo de toda jerarquía y la “horizontalidad” de su funcionamiento ―formas democráticas que, no obstante, concitan también un lastre para su evolución actual―, despierta el interés de organizaciones sindicales como la CGT que encuentran puntos de coincidencia, en una lucha en Francia que al final es común y que, por ahora, igual que lo han hecho en su respectivo país el movimiento de los Indignados y el Ocupa Wall Street, comienza a inspirar a toda una sociedad que advierte también el irrefrenable descenso de su nivel de vida.


5 de mayo de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 8 de mayo de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 24 de abril de 2016

La Lucha Sindical por un Mayor Salario en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El jueves 14 de este mes los trabajadores con salarios más bajos de Estados Unidos estallaron una huelga en más de 300 ciudades del país, siendo ésta la mayor acción a la fecha en la creciente lucha a nivel nacional por un salario mínimo de quince dólares la hora. La “lucha por los quince” ha reunido a trabajadores de Wall Mart, trabajadores domésticos, de comida rápida y cuidado de niños, profesores, trabajadores de la salud y muchos más. Y es que el tema de los salarios es hoy uno de los que más preocupan al trabajador, luego de 40 años con salarios congelados, pues no hay un aumento real de los mismos desde 1973.

En los años 90 los sindicatos lograron un exiguo aumento del mínimo, que quedó entonces en 7 dólares y 25 centavos por hora, un ingreso no mayor a 20 mil dólares al año que no da para subsistir a una persona en una ciudad, mucho menos a una familia; un salario de miseria lejano a los 80 mil a 150 mil dólares anuales que puede llegar a ganar un profesionista. Por fortuna en varios estados y ciudades, como California y Nueva York, existen ya salarios mínimos diferenciados; en estos estados se han logrado acuerdos hacia el establecimiento de un salario mínimo de quince dólares la hora en los próximos años.

No obstante, la lucha apenas comienza, y es más amplia. Brian Finnegan, uno de los dirigentes de la AFL-CIO, la principal confederación sindical de Estados Unidos, decía al respecto: “Hoy es común que en una empresa por lo menos la mitad de los trabajadores sean subcontratados, con salarios más bajos, menos estabilidad y menos derechos…” Y existen muchos casos en los que al trabajador se le paga al día y en efectivo, de lo cual no queda ningún registro; un hecho que afecta sobre todo a trabajadores migrantes y más a las mujeres.

Pero en el país se padece una situación que aqueja no sólo a los trabajadores más desprotegidos. El pasado miércoles 13, a lo largo de la costa Este desde Massachusetts a Virginia se fueron también a la huelga unos 36 mil trabajadores de Verizon ―la más grande proveedora de tecnología de punta 4G LTE, cuya producción incluye teléfonos celulares, tabletas y tecnología inalámbrica―; siendo ésta una de las mayores huelgas del país en muchos años. Al respecto, dicen sus empleados: “Luchamos contra la destrucción de los sindicatos; tratando de evitar que la empresa nos quite lo que obtuvimos por derecho a través de contratos anteriores…”

Una circunstancia que exhibe también la mayor debilidad ahí de las organizaciones sindicales, que en los años cincuenta incluían al 38 por ciento de toda la fuerza laboral gozando de negociación colectiva, mientras que actualmente en el sector público solamente está sindicalizado el 18 por ciento, y en el sector privado el 7 por ciento. Hoy las condiciones laborales son más duras, sobre todo en el sector privado, donde la represión antisindical y el despido de trabajadores es cosa de todos los días.

24 de abril de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 24 de abril de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 17 de abril de 2016

El Viaje de Barack Obama por Cuba y Argentina

Jesús Hernández Garibay

Del 20 al 25 de marzo último el presidente de Estados Unidos Barack Obama realizó la que con seguridad ha sido su última gira por nuestra América, al visitar dos países hoy importantes de destacar para la geopolítica de la actual Casa Blanca: Cuba y Argentina. El principal objetivo, que Obama no podía dejar de asumir, era el visitar la isla caribeña para garantizar la consolidación del paso dado por su administración al reiniciar relaciones diplomáticas con La Habana. La segunda visita, a la Argentina, le permitió al mandatario hacer contrapeso a las posibles críticas de las derechas anticastristas estadounidenses y continentales, descontentas por la decisión tomada en el último tramo de su gobierno.

“Vine aquí para dejar atrás los últimos vestigios de la guerra fría en las Américas…”, dijo Obama en la principal alocución de su visita en el Gran Teatro de La Habana, lo cual es más una aspiración que un hecho, puesto que su país continúa preocupado por lo que pudiera acontecer en los países nuestros, como se advierte en su comportamiento abierto y soterrado en el entorno de los cambios que se producen en esta región. No por menos es que la reacción de diversos cubanos fue categórica. Un periodista opinaba: “Fue un discurso seductor, pero también tramposo…”

El viaje a la Argentina lo mismo fue importante para Obama, pero sobre todo por el encuentro con el presidente Mauricio Macri, personero del gran empresariado argentino cuyos intereses empatan mucho más con aquellos de los grandes consorcios y el “libre mercado” (ofrecido de nuevo y por enésima ocasión a los cubanos en aquella alocución). Obama, en el emblemático país del Cono Sur, no tuvo que hablar de ello y más bien se sintió obligado, al cumplirse 40 años del cruento golpe de Estado padecido ahí, a hacer un reconocimiento en el sentido de que EUA “tardó” en defender los derechos humanos en Argentina y otros países nuestroamericanos.

Debió haber dicho que Estados Unidos “promovió” el golpe, como lo hizo en aquel entonces en ese y en otros países, o como lo hace con métodos más “institucionales” en tiempos más recientes en Honduras o en Paraguay, o como lo quisiera hacer ahora mediante el uso del “golpe suave” en Venezuela, Brasil, Ecuador o Bolivia, países que incluyen a gobiernos incómodos para el plan aún vigente de lograr la gran tarea delineada por la Doctrina Monroe: “América para los americanos”. Sólo que en estos tiempos el escenario es más complicado, a tal punto que su presidente, “el hombre más poderoso del mundo”, tiene que ir a La Habana a pedirles a los cubanos que “por favor sean razonables” y acepten la “democracia”, mientras a Macri tiene que solicitarle que, por favor, se respeten los derechos humanos.

Y es que ahora, a pesar de los vaivenes, en nuestros países hay más conciencia del entorno y pueblos cada vez mejor organizados, que contribuyen en muchos casos a una defensa más férrea de nuestros recursos y a la más sistemática búsqueda de caminos seguros hacia un futuro más nuestro.

17 de abril de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de abril de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 27 de marzo de 2016

La Carrera Presidencial Demócrata: Sin Ganador Todavía

Jesús Hernández Garibay

Habiendo concluido una parte importante de las primarias en las precampañas para la carrera por la presidencia de Estados Unidos, uno podría suponer que estarían casi consolidadas las tendencias en las dos principales fuerzas partidistas; pero no es así. En el Partido Republicano ha tomado vigor la propuesta planteada por el multimillonario Donald Trump; pero eso no quiere decir que esté allanado el camino de quien ha resultado un personaje incómodo hasta para su mismo partido. En el Partido Demócrata, los triunfos de Hillary Clinton en varios estados podrían sugerir que comienza a doblegar a su único contrincante importante, el senador Bernie Sanders; pero tampoco es así.

Los triunfos, importantes y que han permitido por el momento a la Clinton tomar un poco de aire, han sido sobre todo engrandecidos por los principales medios informativos y la llamada “clase política” de Washington; es decir, los aparatos del Statu Quo para quienes la mejor opción presidencial por ahora es ese Clan Clinton. No obstante, la historia real es otra, pues la campaña apenas está comenzando a incidir en las reglas políticas tradicionales, como sucedió seis años antes, pues el movimiento popular alrededor de Sanders está construyendo por sí mismo un momento comicial propio, que cobra fuerza día a día. Así, lo que los grandes medios informativos destacan son sólo las viejas maneras de hacer política y no los nuevos vientos.

El movimiento que apoya a Sanders nace de luchas anteriores, con el movimiento contra la guerra de Vietnam de 1965 a 1975, la Coalición Arcoíris de los ochenta, el movimiento altermundista que conserva aún el “espíritu de Seattle” de 1999, un movimiento luego potenciado tanto por el triunfo electoral doble que le otorga en 2008 y en 2012 a Barack Obama, como posteriormente por el aún más importante movimiento “Ocupa Wall Street”, que provee de una creciente conciencia a sectores de inmigrantes, de mujeres y sobre todo de jóvenes ―una robusta nueva generación que por vez primera comienza a aceptar la palabra prohibida: “socialismo”, como una posibilidad para su país―, y que por ahora crece de una manera exponencial.

Es la gente la que ha inundado esta campaña con un nuevo movimiento popular que, ciertamente, de un lado apoya a Trump en defensa de los valores tradicionales blancos, pero de otro apoya a Sanders; y este segundo movimiento masivo diseña su empoderamiento a través de las redes sociales y se muestra como un movimiento político que habla abiertamente de una necesaria “revolución política”, cuyo vehículo, al reunirlo y abrir sus puertas, es ahora Sanders.

Éste es el verdadero adversario de Hillary Clinton y lo que con seguridad le seguirá quitando el sueño en las semanas por venir hasta la Convención del Partido Demócrata el 25 de julio próximo. Y así fuera que ese movimiento no lograra triunfar ahora, como lo hizo con Obama, llevando a Sanders a la Casa Blanca, triunfaría en haberse fortalecido una vez más como un movimiento popular creciente para las futuras batallas que seguro llegarán en ese país.

27 de marzo de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 27 de marzo de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 6 de marzo de 2016

La Carrera Presidencial Republicana: Donald Trump a la Cabeza

Jesús Hernández Garibay

Para el domingo 6 de marzo en que este comentario salga a la luz, ya se habrán llevado a cabo en el curso de la carrera por la presidencia de Estados Unidos 25 primarias o asambleas partidistas (caucus), que iniciaron en la primera quincena de febrero en Iowa y New Hampshire e incluyeron específicamente el pasado primero de marzo un “Supermartes” en 14 estados. Una cita que ha incluido al Partido Republicano en 22 ocasiones y al Partido Demócrata en otras 19, y que provee al primero de estos una tendencia inicial en la definición de su candidato.

Ya hoy afuera de la carrera republicana el inicial favorito Jeb Bush, hermano del ex presidente George W., así como otros precandidatos sin mayor oportunidad, la contienda incluye en sus filas a dos senadores de ascendencia cubana: el senador por el estado de Florida Marco Rubio y el senador por Texas Ted Cruz, así como al multimillonario Donald Trump. En dicho escenario se advierte ―a pesar del clamor de varios liderazgos republicanos y sectores no republicanos en el sentido de detener a Trump, por motivo del malestar que causan sus escandalosas declaraciones―, que éste sigue liderando las preferencias de su partido.

Y aún más, por el creciente apoyo que comienzan a brindarle al multimillonario figuras republicanas como el ex precandidato presidencial y gobernador de Nueva Jersey Chris Christie y la ex gobernadora de Arizona Jan Brewer, impulsora de una ley anti-inmigrante que consideraba presuntos culpables de crímenes a todos los que por su apariencia pudieran parecer inmigrantes, fueran o no norteamericanos. O la más reciente del senador por Alabama Jeff Sessions, conocido por su postura de línea dura contra la inmigración ilegal. O hasta el ultrarracista ex líder del Ku Klux Klan David Duke.

Al respecto, el senador Sessions decía en un mitin de campaña en Madison, Alabama: “Esta elección es nuestra última oportunidad para salvar la soberanía de Estados Unidos… Nos estamos acercando rápidamente al punto de no retorno; las personas están sufriendo, los salarios disminuyen, las escuelas están sobrecargadas, los hospitales dilatados más allá del punto de ruptura, el crimen es ascendente y la confianza de la comunidad está por los suelos…” Temas en los que todos y cada uno de los republicanos han insistido religiosamente, en críticas abiertas y soterradas hechas en contra del primer negro en la historia de la Casa Blanca.

Ahora, ante la preocupación de algunos de los principales líderes republicanos que comienzan a advertir que la campaña incómoda de Trump se viene transformando en un movimiento popular y que hay una fuerte posibilidad de que éste llegue a ser el candidato, la “implosión” sobre dicha candidatura comienza a emerger y preocupar, pues podría derivar en enfrentamientos y hasta fisuras en la unidad partidista. “Es aterrador”, opinaba el gobernador de Carolina del sur Nikki Haley, pues plantea al partido preguntas acerca de su verdadera identidad y sus valores. “Y eso es algo que no queremos que suceda…”, decía Haley.

6 de marzo de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de marzo de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 21 de febrero de 2016

El Orden Internacional: ¿Hacia una Tercera Guerra Mundial?

Jesús Hernández Garibay

Del 12 al 14 de este mes se llevó a cabo en la ciudad de Múnich la Conferencia Internacional de Seguridad 2016, con la presencia de políticos, diplomáticos, militares, hombres de negocios, científicos y figuras públicas de más de 40 países del mundo, miembros de la OTAN y la Unión Europea, junto con países influyentes como Rusia, China, Japón, India y otros. La Conferencia es el evento más importante en el ámbito de la seguridad internacional. Lo que resulta de ello es altamente significativo, y en esta ocasión se dijo ahí que el orden mundial atraviesa el momento más dramático desde hace catorce lustros.

En su discurso inaugural, el presidente de la misma, Wolfgang Ischinger, indicaba: “El orden mundial atraviesa probablemente el estado más grave desde el final de la Segunda Guerra Mundial…” Luego, al término del encuentro, bajo la sombra de un creciente pesimismo con respecto a las opciones de éxito del acuerdo sobre Siria alcanzado recién por Estados Unidos y Rusia, el mismo Ischinger reafirmaba: “Dije al principio de la conferencia que la situación era desoladora y tres días de conversaciones no me han hecho cambiar de opinión…”; y resumió que, lo que sobre todo se destacó ahí, fue la “confianza rota”, las “narrativas diametralmente opuestas” y los “instrumentos internacionales inadecuados para resolver conflictos”.

Son cada vez más las voces que se suman a una apreciación similar; y es que las cifras mismas lo sustentan. En este 2016 el presupuesto global de defensa aumentará en el mundo hasta US$1,68 billones, frente a US$1,65 billones en 2015, según indica el informe anual de la publicación “Defence & Security Intelligence & Analysis”, de Londres (IHS Jane). De acuerdo con IHS Jane, el presente año marcará “el retorno al crecimiento de los presupuestos de defensa”, mermados en los últimos tiempos por la crisis económica, y se espera que también la OTAN vea aumentar su dotación por primera vez desde 2010, con Estados Unidos a la cabeza.

China y Rusia son al respecto un contrapeso significativo. Pero la declaración de EUA sobre su disposición a seguir desarrollando un sistema antimisiles en Europa vuelve a confirmar que, en realidad, esa “defensa antimisiles” tiene como objetivo instalaciones rusas. A la vez, actualmente se desarrolla en Texas, el mayor y más caro proyecto nuclear de la historia de ese país, consistente en el desmantelamiento de ojivas antiguas, que son reemplazadas por nuevas. El asunto se discute en el Congreso, pues supondría el incumplimiento de la promesa de Obama de “no desarrollar ningún tipo de arma nuclear con nuevas capacidades”. La gravedad de una decisión como esa, bien nos podría llevar a la Tercera Guerra Mundial como pretendida solución al declive de su hegemonía y del reinado del dólar.

En noviembre último el secretario de Defensa estadounidense Ash Carter acusaba: “No buscamos hacer de Rusia un enemigo. Pero no hay que equivocarse; Estados Unidos defenderá sus intereses, los de nuestros aliados, el ejemplar orden internacional y el futuro positivo que abarca a todos…” Aunque, en verdad, este “futuro positivo” abarque más bien a unos cuantos.

21 de febrero de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 21 de febrero de 2016)
El Otoño del Imperio

domingo, 14 de febrero de 2016

La Robótica y el Futuro del Mundo Laboral

Jesús Hernández Garibay

Implantes de teléfonos móviles, impresiones en 3D de órganos para trasplante, ropa y lentes de lectura conectados a Internet, serán con seguridad tecnologías habituales en 2025, en la medida en que el mundo entre en una era avanzada de la robótica, la inteligencia artificial y la biotecnología. Al menos es lo que piensan 1 mil 899 expertos en tecnología encuestados por el Pew Research Center para el Foro Económico Mundial, en un estudio realizado para conocer el impacto económico y social que los robots inteligentes tendrán alrededor del mundo en esas fechas.

Al respecto, “Preparando la Fuerza de Trabajo para la Cuarta Revolución Industrial” fue tema principal en la reciente cita anual de Davos, donde la preocupación central fue el futuro de los trabajos y la manera en cómo están siendo preparadas las nuevas generaciones de escolares para ello. O como lo decía Andy Haldane, director economista del Banco de Inglaterra: “Para evitar el peor escenario ―el cambio tecnológico acompañado de una escasez de talento…―, la capacitación de los trabajadores de hoy será decisiva”, porque “no es posible capear la actual revolución tecnológica, sólo esperando que la próxima generación de la fuerza de trabajo esté mejor preparada”. De ahí que, dicen, deba seguir adelante la reforma educativa mundial en marcha.

Gracias a libros recientes como “La segunda era de la máquina”, “El ascenso de los robots” y “El futuro de los trabajos”, el tema se ha vuelto candente, aunque también por otros motivos. El mismo Haldane opina: “Las habilidades ‘humanas’ que las máquinas pueden reproducir a bajo costo se van a multiplicar por el efecto de una oleada de automatización", tanto en cada uno de los procesos industriales, montaje, instalación y manejo de máquinas, las reparaciones, los trabajos nocturnos, como en los trabajos administrativos, la contabilidad, la atención directa al público, el transporte, la construcción y la extracción, la banca, los gobiernos locales, las tiendas, los cafés y restaurantes, y un largo etcétera.

Pero el efecto global de ello sobre el desempleo será cada vez más crítico. Hoy se estima que el 47 por ciento de los empleos en Estados Unidos y el 35 por ciento en el Reino Unido pueden considerarse de “alto riesgo” de ser automatizados en los próximos 10 a 20 años, lo que implica que en este segundo país los robots podrían desplazar en las dos próximas décadas a la mitad de la fuerza de trabajo, unos 15 millones de trabajadores, y que en ese mismo periodo acabarán con 18 millones de empleos en Alemania, aproximadamente la mitad del total.

Así, se espera que los actuales puestos de trabajo sean reemplazados por robots mucho más productivos y rentables que los humanos, ya que su proceso de formación es constante, su potencial de conflictividad laboral cero y, la mayor ventaja para la empresa, no cobran ningún sueldo ni cotizan a la seguridad social. O sea…, un paraíso para los grandes negocios…, aunque en medio graves contradicciones por el mayor empobrecimiento de todos los tiempos.

14 de febrero de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 14 de febrero de 2016)
El Otoño del Imperio

lunes, 1 de febrero de 2016

Estados Unidos: El Panorama Preelectoral

Jesús Hernández Garibay

El martes 12 de enero el presidente Barack Obama se dirigió a la nación en lo que fue su séptimo y último discurso del Estado de la Unión. En tanto que se vanagloriaba de ser “el país más poderoso de la tierra, punto…” y de estar “en medio de la racha más larga en la historia de la creación de empleo…”, lo cierto es que como resultado de su mandato de seis años deja pendientes temas que tendrá que asumir quien le suceda en el despacho oval de la Casa Blanca. De su lado, el escenario electoral está montado para dar inicio a las primarias de los dos principales partidos con las asambleas partidistas (caucus) en Iowa este primero de febrero y la primaria de New Hampshire el día nueve.

Del lado republicano, como se sabe, las hostilidades para ganar la nominación comenzaron temprano y se han llevado a cabo ya seis debates, con la participación principal de siete rivales, de los cuales a estas alturas destacan cuatro: Donald Trump, Ted Cruz, Ben Carson y Jeb Bush. El multimillonario Trump es quien por mucho, al menos hasta ahora, lidera las preferencias dentro del partido; la encuesta hecha por la agencia Reuters el pasado 15 de enero lo ubica con el 38.2 por ciento, lejos de Cruz, senador por Texas, que tiene un 16.7 por ciento, y sobre todo del inicialmente favorito exgobernador de Florida Jeb Bush, quien solamente alcanza para un tercer lugar un 9.4 por ciento.

Del lado demócrata, también habiendo comenzado temprano los rounds de sombra se han llevado a cabo cinco debates antes del inicio de las primarias. Hillary Clinton no ha dejado de ser la favorita y una muestra de ello es el resultado de la encuesta de Reuters también del 15 de enero que ubica a la ex secretaria de Estado con el 50.7 por ciento de las preferencias, de frente a su único adversario el senador por Vermont de 74 años, Bernie Sanders, que alcanza el 37.3 por ciento. El problema, sin embargo, es que los asesores de la Clinton, incluyendo al ex presidente Bill Clinton, creen que ella ha hecho cálculos erróneos al subestimar la campaña del senador Sanders y al no confrontar su mensaje “archiliberal”, antes de que se convirtiera en un movimiento político importante como lo está siendo; lo que podría descarrilar su campaña.

Es todavía temprano para saber cuál es el curso que tomará esta vez el proceso preelectoral en esa nación. Veremos adelante si el Gran Old Party republicano se decide por llevar adelante la opción más dura en la figura de Trump o prefiere obligar a éste a alejarse de sus posiciones más conservadoras, o alternativamente impulsa a otro candidato menos polémico como Jeb Bush. Veremos también si Hillary Clinton resuelve el embrollo en el que puede volver a meterse, por segunda vez si se toma en cuenta la manera en cómo se descarrila su campaña frente a Barack Obama seis años atrás, o si el “socialismo democrático” que propugna Bernie Sanders, alcanza a tomar el vuelo que en su tiempo logró con el apoyo de la gente el “Sí Se Puede” del actual presidente.

1° de febrero de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 24 de enero de 2016)
El Otoño del Imperio

miércoles, 13 de enero de 2016

2016: Año Nuevo, Viejos Problemas

Jesús Hernández Garibay

El panorama mundial para este año que se inicia no es nada halagüeño. A pesar de los pronósticos optimistas por la aparente fortaleza del dólar y la relativa reactivación de la economía norteamericana, el mundo de las finanzas se sostiene todavía con alfileres. La crisis que en el 2008 se agrava y entra en un nuevo momento, es un fantasma que no desaparece, porque se sustenta en el debilitamiento global del sistema que se inicia en los años setenta y que hoy por hoy no encuentra solución. La búsqueda de aquellos buenos negocios que reactiven las ganancias, se enfrenta, así, al cada vez más difícil crecimiento económico.

Como se sabe, en el recién terminado 2015 la violencia sentó sus reales, para perjuicio de muchos y beneficio de unos cuantos, líderes de la industria armamentista para quienes el mercado sí sigue floreciendo. El problema es que ni todas las armas que han vendido ni las que venderán permiten pensar en que a través de ello se estimule a las economías belicosas: Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel o Francia, entre otras. La guerra sigue siendo un negocio de los menos, pero sin efectos mayores para el resto, a diferencia de como lo fueron las contiendas llevadas a cabo hasta antes del fin de la “guerra fría”: segunda guerra mundial, guerra de Corea, de Vietnam, etcétera, en que Estados Unidos vive los años dorados del predominio mundial.

La Organización Internacional del Trabajo indica que más de 61 millones de empleos se han perdido desde el comienzo de la crisis global en el 2008 y anticipa que el desempleo seguirá al alza debido a que la economía entró en un nuevo ciclo de desaceleración, mayores desigualdades y conflictos sociales. Hoy existen unos 204 millones de desempleados en el mundo; de ellos, más de 73 millones son jóvenes. Para el 2019, más de 212 millones de personas carecerán de un empleo estable. Lo que implica una sensible baja en el consumo que limita las inversiones y genera mayor empobrecimiento, además de una cada vez mayor desigualdad. El deterioro ambiental tampoco se detiene, a pesar de los deseos de muchos y por causa de las intenciones sólo triviales de los principales capitales responsables.

No obstante, a pesar de todo ello, el panorama mundial sí cambia. Estados Unidos mantiene su declive y nuevos actores como China y Rusia avanzan, despacio pero con vientos favorables. A pesar de algunas derrotas electorales en el 2015, por causa de las renuencias de las derechas y en medio de las limitaciones que la misma crisis impone a aquellos nuevos regímenes que tratan de avanzar en liberarse del yugo de los grandes negocios, los pueblos siguen aprendiendo y buscan poco a poco los resquicios que les ayuden a defenderse de la creciente agresividad del sistema y a buscar salidas más firmes a sus circunstancias. Esta es la esperanza, en medio de tanta desesperanza que hoy exhibe el orbe en muchas partes.

13 de enero de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de enero de 2016)
El Otoño del Imperio