lunes, 10 de octubre de 2016

Cuarenta Años del Asesinato de Orlando Letelier

Jesús Hernández Garibay

El 21 de septiembre pasado se cumplieron 40 años del asesinato del ex-canciller chileno Orlando Letelier, a raíz del atentado terrorista perpetrado por la execrable Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) pinochetista en Washington; una bomba colocada en el piso de su automóvil generó un estallido que le provocó la muerte. Junto con Letelier, también ministro del Interior y ministro de la Defensa Nacional en el gobierno de Salvador Allende, falleció su acompañante, la joven estadounidense Ronni Karpen Moffitt, su secretaria en el Instituto de Estudios Políticos donde ambos laboraban.

El atentado provocó una oleada de repudio internacional e incluso el Congreso de Estados Unidos responsabilizó del mismo al régimen de Pinochet, exigió una investigación e impuso un embargo de armas a Chile. Letelier mantenía la cartera de Relaciones Exteriores cuando el golpe militar de 1973. Fue detenido y confinado a la Isla Dawson junto con otros altos funcionarios del gobierno depuesto; luego sería liberado gracias a la fuerte presión internacional y desde entonces partió al exilio a Venezuela y posteriormente a Estados Unidos.

De acuerdo con el periodista chileno José Miguel Varas, premio nacional de literatura 2006 (ver su libro “Escucha Chile”, LOM, 2012), en agosto de 1975 una ola de protestas sacudió a Holanda. Organizaciones sindicales, estudiantiles, culturales, religiosas y políticas iniciaron una vigorosa movilización contra el poderoso consorcio holandés “Steven”, que había dado a conocer su decisión de efectuar una inversión de 62 millones de dólares en Chile. El respectivo contrato ya tenía la aprobación del comité de inversionistas extranjeros de la Junta Militar y debía firmarse a comienzos de septiembre en Santiago. Pero nunca se firmó.

El repudio del pueblo holandés a la dictadura fue particularmente fuerte y activo. Ante el escándalo del apoyo de una empresa holandesa a la Junta, una docena de ciudades holandesas anunciaron su decisión de cancelar todos sus contratos con la firma “Steven” en caso de que ésta persistiera en llevar sus capitales a Chile. Finalmente, el 27 de ese mes el consorcio informó que quedaba cancelado el proyecto de invertir en Chile. Esta fue para la Junta una derrota de grandes proporciones, que evidenció un nuevo grado de aislamiento internacional.

“Desde Santiago ―dice en su libro Miguel Varas― deben haber partido muchos mensajes furiosos o inquisitivos…, tratando de encontrar al ‘culpable’ de lo ocurrido. Y los agentes de la DINA… se apresuraron a informar sobre la presencia en Holanda por aquellos días de Orlando Letelier. En ese instante quedó firmada su sentencia de muerte. El 10 de septiembre, el diario oficial publicaba el decreto, firmado por Pinochet, que pretendía grotescamente privar de la nacionalidad chilena a Letelier, a quien se acusaba de ‘realizar en el extranjero una campaña publicitaria destinada a lograr el aislamiento político, económico y cultural de Chile’…” Con base en ello el general golpista dio la orden de acabar con la vida del patriota chileno radicado en Washington…

10 de octubre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 9 de octubre
de 2016)
El Otoño del Imperio

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