sábado, 22 de septiembre de 2018

La 73 Asamblea General de la ONU, un Estados Unidos casi solitario

Jesús Hernández Garibay

En estos días, del 18 al 25 de septiembre, se está llevando a cabo en su sede de Nueva York la 73ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Como se recuerda, la Asamblea es el órgano representante, normativo y deliberativo de la ONU en el que participan sus 193 Estados Miembros. Estos se reúnen cada año durante la sesión anual en septiembre, donde se lleva a cabo en sus primeros días un debate general en el que hablan numerosos Jefes de Estado.

En estas sesiones, como lo han hecho durante años los representantes de gobiernos diversos, la gran mayoría espera hablar en favor de los pueblos, por la paz y la justicia social, por la sostenibilidad del planeta y la atención al cambio climático, por la erradicación del analfabetismo y del hambre, por los Derechos Humanos, por el derecho a la salud y a la educación, y muchos de ellos en contra de las invasiones militares y las guerras económicas, los bloqueos y las ocupaciones de territorios, las injerencias políticas y el financiamiento a grupos terroristas como el Estado Islámico en Siria; prácticas estas últimas de las que es responsable primordialmente Estados Unidos (EUA).

De su parte, en dicha Asamblea General éste país ha insistido siempre en ver el mundo a su antojo, promoviendo la discordia en favor de su maniquea concepción de “la libertad y la democracia”, pretendiendo invalidar la razón del resto imponiendo la suya propia en la cual su cardinal doctrina es aquella que busca respaldar el predominio de los grandes capitales, viendo el curso de los negocios como la primordial forma de relación entre las naciones y los individuos; lo que no hace sino fortalecer el imperio de poderosos oligopolios en el mundo. Tres ejemplos actuales en América Latina dan cuenta de sus pretensiones:

En Cuba ha mantenido el infame bloqueo económico durante 50 años, más duro ahora que Donald Trump echó para atrás el inicio de relaciones diplomáticas que Barack Obama intentara formalizar con La Habana. En Venezuela financia a aquellos que buscan mermar los avances de la revolución bolivariana por medio de una guerra económica que encabezan las oligarquías del país para desatar el hambre del pueblo, a la vez que amenaza con invadir militarmente al país, e intenta asesinar o derrocar a su presidente Maduro. En Nicaragua, con el mismo propósito de derrocar al gobierno sandinista, apoya a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia que reúne la crema y nata de la oligarquía nacional: Consejo Superior de la Empresa Privada; Unión de Productores Agropecuarios; Cámara Americana de Comercio en Nicaragua, y el Grupo Coen, que financian grupos paramilitares que asesinan, crean el caos y conforman ahí una presión social constante, en busca del “golpe suave”.

Son éstas las condiciones en las que se celebra en estos días la Asamblea General de las Naciones Unidas 2018, la que con seguridad no pasará de ser sino una oportunidad más para demostrar la subsistencia de un mundo unido en contra del casi solitario EUA, a quien usualmente sólo acompaña Israel y uno que otro país en deuda con el mismo.

22 de septiembre de 2018.
(Publicado: Revista Siempre!, México,
22 de septiembre de 2018)
El Otoño del Imperio