martes, 19 de diciembre de 2017

La Escandalosa Concentración de la Riqueza en el Mundo

Jesús Hernández Garibay

El aumento de la riqueza para cada vez menos grandes multimillonarios en el mundo, frente al creciente e imbatible empobrecimiento de las grandes mayorías de la población, adquiere en los últimos años un nivel tal, que resulta ya escandalosa la promesa consuetudinaria del capitalismo de generar las condiciones mínimas necesarias para el bienestar de la gente. Un informe de Oxfam da cuenta de cómo entre 1988 y 2011, los ingresos del 10 por ciento más pobre de la población mundial aumentaron en sólo 65 dólares por año, mientras que los del uno por ciento más rico crecieron 182 veces más, a un ritmo de 11 mil 800 dólares por año.

En el 2014, Oxfam ya calculaba que los 85 multimillonarios más ricos del planeta, entre ellos nombres conocidos como los de Carlos Slim, Bill Gates y Mark Zuckerberg, disponían de tanto dinero como las 3 mil 500 millones de personas más pobres. Pero para principios de este 2017 el mismo organismo presenta, en ocasión del Foro Económico Mundial, un nuevo informe en el que acusa que tan sólo ocho personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, o sea 3 mil 600 millones de personas.

El informe de Oxfam de 2017 evidencia cómo el “libre mercado” canaliza la riqueza hacia una exclusiva élite a expensas de los más pobres de la sociedad, la mayoría de ellos mujeres. El escandaloso ritmo al que los más ricos acumulan cada vez más riqueza podría dar lugar, dice el informe denominado “Una economía para el 99%”, al primer “multibillonario” del mundo, o sea, un solo hombre con la mayor riqueza de todos los tiempos de toda la humanidad,  en tan sólo 25 años. Con tal súper concentración de riqueza, esta persona necesitaría derrochar un millón de dólares al día durante 2 mil 738 años para gastar toda su fortuna.

El informe además muestra cómo los más ricos utilizan una intrincada red de paraísos fiscales para eludir el pago de los impuestos que les corresponden y un ejército de asesores financieros para garantizar altos rendimientos en sus inversiones. Pero a la vez llama la atención en el hecho de que al contrario de la creencia popular, muchas de las personas más ricas no han generado su riqueza por sí mismas, ya que más de la mitad de esos milmillonarios ha heredado su fortuna o la ha acumulado gracias a la corrupción y el nepotismo prevalecientes.

En el mundo digital, un nuevo espacio ahora en el que la economía crece desmesurada, en este 2017 los ocho gigantes de la alta tecnología, Facebook Inc., Amazon Inc., Apple Inc., Netflix Inc. y la casa matriz de Google Inc., así como sus pares asiáticos Baidu Inc., Alibaba Group Holding Ltd. y Tencent Holdings Ltd., acumularon la leonina cantidad de 1 billón 700 mil millones de dólares, o sea, más que toda la economía de Canadá o lo que valen las 30 empresas alemanas más grandes juntas. 

El informe de Oxfam también demuestra cómo esos y otros grandes corporativos y los más ricos utilizan su dinero e influencia para que las leyes y las políticas públicas se vuelvan a su favor. Una aseveración que viene a descobijar a las “clases políticas” que participan en el gran teatro de prometer mejoras a los más; para al final de cuentas hacer más ricos a los más ricos.

19 de diciembre de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 17
de diciembre de 2017)
El Otoño del Imperio

lunes, 4 de diciembre de 2017

El “Black Friday” y la Penuria de los Mercados

Jesús Hernández Garibay

El “Black Friday”, una jornada de compras donde la mayoría de los comercios ofrecen descuentos durante un fin de semana, desde sus iniciales orígenes en los años sesenta se celebra en Estados Unidos un día después del Día de Acción de Gracias. En México la fecha no coincide con el mismo día, pero en el sexenio foxista se estableció “El Buen Fin” con la misma intención de incrementar el consumo. Al igual que en Estados Unidos, también en Canadá, España, Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido ha sido iniciada esa práctica, y en Latinoamérica, siguiendo a nuestro país, en Brasil, Perú, Colombia, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y Panamá varios supermercados y almacenes se han sumado a la iniciativa.

El frenesí consumista de este año pronosticaba que 164 millones de norteamericanos derrocharían la sorprendente suma de 20 mil millones de dólares en tiendas y en línea (Cyber Monday) en estas fechas. Previamente ya se esperaba que las ventas en la Unión Americana se incrementaran en un 15 por ciento con respecto al año anterior, pero a las 17 horas del jueves 23 los compradores ya habían rebasado los mil millones y medio, lo que representaba un aumento todavía mayor, del 17 por ciento con respecto al 2016. Un hecho que podría llevar a suponer que existe bonanza en la economía de EUA, pero que esconde otros entornos.

En efecto, debido a la inclemente competencia y la necesidad de mantener el proceso irreversible de concentrar cada vez más en medio del estancamiento por la baja de las tasas de ganancia en los mercados, la búsqueda empresarial del “Viernes Negro” es la de estimular la sed de compra de los consumidores y con ello el incremento del consumo. Pero en esa jornada, en la que en su mayoría los compradores acrecientan también sus deudas personales, desde luego los que más ganan son los más grandes consorcios; un lugar donde tan sólo el 10 por ciento de los mismos se queda con cerca del 80 por ciento de todos los beneficios.

De por sí que el proceso de concentración y centralización a estas alturas del nuevo siglo ha llevado a que el valor combinado de tan sólo 10 multinacionales alcance ya al producto interno bruto de los 180 países más pequeños del planeta; una realidad en la que los grandes titanes empresariales crecen a base de adquirir las empresas con mayores penurias de sus rivales. La misma concentración se advierte en la banca, donde las cinco mayores firmas financieras ya concentran en Wall Street el 45 por ciento de los activos, el doble que a comienzos del milenio, lo que otorga una primordial trascendencia a la financiarización de los mercados, o sea, al endeudamiento cada vez mayor de las personas, de los gobiernos y de las mismas empresas.

No en balde varios expertos coinciden en que luego de diez años de la crisis de 2008, en palabras de Bill Blain (Consultora Mint Partners), “muy poco ha sido realmente reparado”, y que “la próxima burbuja está a punto de explotar”, precisando que esta vez los mercados de bonos (inversiones de alto riesgo financiadas con altos niveles de endeudamiento) serán los que desencadenen el caos. Así, el temor crece ante la cada vez más real posibilidad de que la próxima crisis financiera surja desde la deuda corporativa; lo que sin duda nos afectará a todos...

4 de diciembre de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 3
de diciembre de 2017)
El Otoño del Imperio