jueves, 10 de noviembre de 2016

Estados Unidos y las Tendencias de un Mundo Cambiante

Jesús Hernández Garibay

Con toda seguridad quien ocupe la Casa Blanca a partir del próximo enero y gobierne desde el despacho oval de la misma al todavía “país más poderoso de la tierra”, tendrá que asumir el curso de las tendencias que se advierten hacia un futuro no lejano. La propia visión norteamericana de ese futuro deja ver el alcance de las dificultades que esperan en los próximos meses y hacia las siguientes dos décadas en un cambiante mundo, a un país decadente y enredado en sus propias contradicciones.

Un estudio elaborado por el Consejo Nacional de Inteligencia denominado “Tendencias Globales hacia 2030: Mundos Alternativos”, es un intento por razonar en dichas tendencias y, desde luego, sus implicaciones para esa nación; un punto de vista que implica dos hechos por lo demás muy discutibles: 1. que el sistema, el capitalismo, camina por la historia actual sin problemas mayores y logrará finalmente disminuir la pobreza y respaldar el crecimiento de la clase media; y 2. que la “democracia”, entendida a la manera en que se intenta imponer siempre a nivel mundial ―es decir, aquella en la cual el “libre mercado” es el soberano―, será aquel elemento que garantice a la sociedad global salir adelante.

En sus páginas, el estudio reconoce un hecho innegable ahora: que en razón de “la difusión del poder”, o su “repartición”, que se hace hoy entre distintos países, el cambio tendrá un impacto dramático alrededor del 2030; que para entonces “no habrá ninguna potencia hegemónica y que el poder se desplazará a las redes y coaliciones en un mundo multipolar…”, pues, indica, para esa fecha “Asia habrá sobrepasado a Norte América y Europa juntas en términos de poder global…” Esto lo admite, razonablemente, al advertir que “el ‘momento unipolar’ se ha terminado y la Pax Americana ―la era de la ascendencia [norte]americana en la política internacional que comenzó en 1945― está decayendo rápidamente…”

Agrega a la vez que “Estados Unidos ya no intentará jugar al ‘policía global’ ante cada amenaza a la seguridad”; pero sin romper con su sempiterna lógica guerrerista, añade que “Un colapso o el retiro repentino del poder de Estados Unidos en el mundo daría lugar probablemente a un largo período de anarquía mundial”, pues “ningún liderazgo poderoso será capaz de reemplazar a Estados Unidos como garante del orden internacional…”

Tal vez por ello, y para que la sociedad no se aparte de ese camino donde sin duda sí tratará de mantener como policía global el sacro “libre mercado”, el Consejo Militar Joint Force Development ha elaborado recién otro estudio que dibuja al mundo hacia 2035, diseñado para impulsar la “preparación útil” de una “Fuerza Conjunta para gestionar eficazmente los peligros futuros a la seguridad” en contra “de los actuales y potenciales adversarios en una lucha que será abierta y violenta”, y que establece las bases para una discusión más detallada sobre cómo dicha Fuerza puede alcanzar el éxito en un entorno futuro. Una siniestra tarea belicosa para la que la puntual política de la Casa Blanca en los próximos años será fundamental.

10 de noviembre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de noviembre
de 2016)
El Otoño del Imperio

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