domingo, 27 de enero de 2013

La Glorificación de la Violencia Armada en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

A sólo cuatro semanas de la terrible masacre en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, en el que perdieron la vida 26 personas, entre ellos 20 niños, y ante la exigencia de acciones gubernamentales por parte de distintos sectores sociales para detener el curso de los sangrientos reiterados ataques en contra de inocentes, el presidente Barack Obama presentó y firmó el pasado miércoles 16 de enero, 23 “acciones ejecutivas” que buscan fortalecer y ampliar regulaciones y normas para la limitación en ventas de armas de asalto y la exigencia de información sobre historiales de salud mental o antecedentes criminales a los compradores de armamento, entre otros.

Luego de tres semanas en que el vicepresidente Joseph Biden encabezara una comisión para hablar con múltiples actores sobre el tema: familiares de víctimas, demandantes de un mayor control a la venta de armas, defensores del derecho a poseer armas como la poderosa Asociación Nacional del Rifle (RNA, en inglés), empresas que se han beneficiado con la venta de videojuegos que explotan el excesivo uso de armas y violencia, cadenas como Wal-Mart que se ha convertido en el principal distribuidor de armas y cartuchos de recambio; luego de ese periodo Biden emitiría recomendaciones que toma en cuenta el presidente para decretar iniciativas legislativas y órdenes ejecutivas para establecer mayores controles en la venta y el uso de armamento.

Las propuestas de Obama incluyen restaurar la prohibición sobre armas de asalto tipo militar que fue aprobada en 1994, pero que se permitió que caducara en 2004, además de establecer un límite de 10 balas en cargadores de municiones (los usados en matanzas recientes han tenido tres veces esa capacidad). También propone una ley que establezca el requisito de que todo comprador de armas sea sujeto a una verificación de su historial, así como ordenar mayor atención a fuerzas de seguridad pública, y campañas educativas sobre seguridad en el manejo de armas; un ambicioso esfuerzo este, por regular un asunto que se ha convertido en pesadilla del “sueño americano”.

Claro que a Obama no le resultará nada fácil llevar adelante todas esas propuestas; la RNA ha anunciado ya una “guerra frontal” en contra del gobierno y ha llamado a la movilización ciudadana; el sábado 19 miles de reclamantes contrarios a la intención gubernamental se manifestaron en distintas ciudades a protestar por las medidas; y la batalla en medios informativos busca socavar la posibilidad de que salgan adelante, sencillamente porque desde Hollywood mismo y las televisoras se ha glorificado siempre a la violencia armada. Los mismos actores y actrices que ahora llaman a una cruzada en contra de las armas, han sido calificados de “hipócritas”, pues ellos mismos han participado en infinidad de películas utilizando a trasmano mortíferas armas. Tal vez por ello con toda razón, algún ciudadano sugería en Internet: “¿Qué tal si empezamos con la prohibición de la violencia armada en los medios de comunicación? Eso sería un buen comienzo…”

27 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 27 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio

lunes, 21 de enero de 2013

Toma de Posesión Presidencial de Barack Obama 2013

Jesús Hernández Garibay

El día 20 de enero, como lo indica la Constitución de Estados Unidos, juramenta y toma posesión ―en privado ante el juez presidente del Tribunal Supremo y en un salón de la Casa Blanca, por ser domingo― el reelecto presidente Barack Obama. Al día siguiente, el 21, lo hace en ceremonia llevada a cabo ante un nutrido público en la escalinata del Capitolio, en la 57ª inauguración presidencial cuatrienal. La juramentación presidencial y el Discurso Inaugural procuran establecer el tono que el nuevo presidente aspira a otorgarle a su mandato, usualmente un tema de aliento que en esta ocasión sería el mensaje de “Fe en el futuro de Estados Unidos”, un mensaje de unidad que su régimen considera importante en estos tiempos de declive y crisis.

La ceremonia para juramentar al 44º presidente de la nación se llevaría a cabo con una menor expectativa que hace cuatro años por parte de los ciudadanos; se calcula que en su primera toma de posesión, algo así como 1 millón 800 mil personas esperaron durante varias horas en un día festivo, bajo una temperatura de un grado bajo cero, para presenciar el juramento, escuchar el discurso del primer presidente negro de la nación y ver el desfile en la Avenida Pennsylvania desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. A diferencia de entonces, en esta ocasión eran esperados el día 21 tan sólo entre 600 mil y 800 mil personas, para contemplar el juramento de Obama y su posterior marcha hacia la Casa Blanca, seguido de un desfile con bandas, bailarines, caballos y militares.

Como se sabe, tampoco el segundo mandato resulta nada sencillo para el presidente. Tan sólo por estos días su administración enfrenta tres serios problemas: primero, una compleja decisión acerca de los recortes en el gasto gubernamental, tema enlazado con la deuda pública; segundo, la imperiosa necesidad de tomar medidas sobre el control de las armas de fuego, y tercero, la promesa de una reforma migratoria. De ellos, el tema de la economía es sin duda el prioritario ante la amenaza de una nueva recesión, que a finales de febrero cuando EUA alcance nuevamente el techo de su deuda y tengan que negociarse los aplazados recortes del gasto público en esferas como la salud, la defensa y el empleo, enfrentará de nuevo en el Congreso a demócratas y republicanos.

El control de las armas es a la vez una tarea urgente, pues sobre todo después de la masacre en la que mueren 20 niños en una escuela de Newtown, Connecticut, el asunto ha provocado un encendido debate en los medios informativos, bajo el protagonismo de los defensores del supuesto derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego, en contra de sus detractores. Finalmente, una reforma migratoria que podría beneficiar a millones de indocumentados igualmente resulta asignatura pendiente como promesa de campaña, que a pesar de que ahora contaría con el apoyo de algunos sectores republicanos quienes, por conveniencia política, estarían a favor de aprobar alguna ley al respecto, su solución no deja de ser intrincada. A todo ello se referiría Obama en su toma de protesta.

21 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 20 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio

domingo, 13 de enero de 2013

De Nuevo en 2013, la Ley de Autorización de Defensa Nacional

Jesús Hernández Garibay

Hace poco más de un año, en la víspera del 2012, el presidente Barack Obama firmaba la denominada Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), mediante la cual autorizaba a partir de entonces a las fuerzas armadas de su país a detener por tiempo indefinido a cualquier ciudadano estadounidense, tan sólo por ser considerado sospechoso de ejercer una actividad terrorista. Obama insistía entonces que había firmado la ley para mantener un financiamiento militar necesario; lo cierto es que con ello abundaba en un grave retroceso de las libertades civiles del país. Al respecto, en este nuevo año, Obama acaba de firmar de nueva cuenta la misma ley, para el 2013.

La ley firmada para el 2012 autorizaba al uso del ejército no solamente para detener sin derecho a un juicio legal a cualquier civil en EUA, sino también en cualquier otro país del mundo. Y mientras que durante el año varios gobiernos emitieron declaraciones en contra de tal legislación, en su país varias personalidades como el académico Noam Chomsky, el filósofo político Cornel West, el analista militar Daniel Ellsberg, el Premio Pulitzer Chris Hedges y otros, promovieron una demanda de inconstitucionalidad en contra de dicha ley, que hasta ahora no ha sido llamada a cuentas por la Suprema Corte; así, en contrario del cada vez mayor rechazo, ahora en el 2013 es ratificada por el presidente.

La nueva iniciativa de ley fue aprobada por el Congreso en medio de las caóticas negociaciones sobre el “abismo fiscal” de finales del año, y entregada a la Casa Blanca en el último fin de semana de 2012. La iniciativa contenía el presupuesto estimado de armas, barcos, aviones y personal militar del Pentágono, así como el de la guerra en Afganistán: 528 mil millones de dólares (mmd) para el presupuesto base de esa dependencia, 17 mmd para los programas de defensa y nucleares del Departamento de Energía y 88 mmd para otros gastos de guerra. A la vez, también proponía reforzar las sanciones en contra de Irán, el aumento a la seguridad para las misiones diplomáticas estadounidenses luego del ataque contra el consulado en Libia, y considera al conflicto en Siria.

No obstante el énfasis en el reforzamiento de las acciones bélicas en contra de otros países, la ambigüedad del texto legal pone en situación de riesgo a sus mismos ciudadanos, incluidos de manera especial a activistas, periodistas o intelectuales que no coincidan con la visión guerrerista que se mantiene en la Casa Blanca, el Congreso y por supuesto entre cerca de quince millones de norteamericanos azuzados por el complejo de gananciosas empresas armamentistas vinculadas a Hollywood y a la creciente industria de la violencia en la televisión que promueven para ellos un clima de zozobra; clima que, dicen, tienen que resolverse con base en la defensa, a sangre y fuego, del “mejor de los mundos posible”. El presidente Obama dice ahora que discrepa de varios de los artículos de la NDAA, por “interferir con mi autoridad constitucional para conducir las relaciones exteriores de Estados Unidos…”; y lo declara, después de haberla firmado…

13 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 13 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio

domingo, 6 de enero de 2013

En el Nuevo Año, Continúa la Crisis

Jesús Hernández Garibay

En el final del viejo año en que se anhelaban mejores noticias para el nuevo 2013, el mundo atendía angustiado las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos respecto a la eventual solución del temido “abismo fiscal”, una peculiar combinación en ese país de aumento de impuestos y masivos recortes al gasto público que entraría en vigor el martes primer día de enero y que, aseguraban expertos, de no resolverse abriría el camino para sumir al país en una nueva recesión y arrastrar a su vez a otras economías, entre ellas las europeas cuyos mercados financieros están pegados con alfileres en medio del menoscabo de créditos por falta de liquidez en los bancos.

En las últimas horas del año, el presidente Obama hacía llamados a la bancada republicana, a fin de no hacer recortes al gasto público y aceptar subir impuestos a los más ricos, en beneficio “de la clase media”. Varios de esos ricos han declarado en meses pasados, uno en EUA, otros en Francia, estar dispuestos a ser gravados a fin de mejorar las finanzas públicas, desde luego como “contribución excepcional” en el “esfuerzo solidario” para respaldar el futuro económico de un país del cual, dicen, “nos hemos beneficiado plenamente”, siempre y cuando la medida forme parte de un “esfuerzo más amplio de reforma”, en gastos como en ingresos; no obstante tan, diríamos, desprendida actitud, en Francia acaba de ser rechazada dicha posibilidad, según ello, “por inconstitucional”. De su lado, en el Congreso de EUA la posibilidad del “abismo” queda aplazado a nuevas negociaciones a fin de afectar lo menos posible al 98% de la población, en tanto que los más ricos son sólo en parte inquietados.

Para desmejorar todo, a pesar de otras medidas que ya se han impulsado, como el fortalecimiento de los bancos centrales y la creación de nuevos mecanismos financieros (“banco malo” para activos tóxicos en España, que sólo pospone un estallido), a lo largo de este 2012 se ha venido vaticinando una más grave situación para el 2013. Desde el mes de octubre el Fondo Monetario Internacional recortaba por segunda vez su estimación de crecimiento de la economía global para el nuevo año y advertía a funcionarios europeos y estadounidenses que la desaceleración se prolongaría si no lograban corregir los problemas de sus economías, por causa de la no consolidación fiscal y un sistema financiero débil; problemas que persiguen al mundo desde la crisis del 2008.

Y en los negocios la cosa empeora. La compañía Arcelor-Mittal, la mayor empresa siderúrgica mundial con una plantilla de más de 310 mil empleados en más de 60 países, ha indicado recién que si bien sus previsiones para el último trimestre de este año eran ya malas, hacia el 2013 todo será aún peor. Arcelor avisa del riesgo de más cierres de filiales en Europa, pues el desplome de la demanda se extiende también al norte del continente y afecta a todos los productos; a estas alturas, la multinacional tiene parados casi la mitad de sus hornos. Un ejemplo entre muchos de la manera en que la crisis arrasa a cualquiera, aunque claro afectando sobre todo a los trabajadores y a los desocupados; España, que en el 2012 sufre la mayor caída de poder adquisitivo en 27 años, alcanzará en este 2013 ni más ni menos que un penoso desempleo del 27 por ciento. Sin solución a la vista.

6 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio