lunes, 26 de abril de 2010

La Conferencia Climática de Bolivia

Jesús Hernández Garibay

“Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro…”, dice la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra (ó “Acuerdo de los Pueblos”) que resultó de la llamada Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra llevada a cabo en la ciudad de Cochabamba, en Bolivia, del 19 al 22 de abril últimos. Un evento considerado indispensable, luego del fracaso en el que se tornó la Cumbre de Copenhague de diciembre; ahora, a diferencia de entonces en que pretendió imponerse la voluntad de países poderosos, a pesar de haber representantes de gobierno de 47 naciones, quienes tomaron la batuta fueron movimientos sociales, campesinos, indígenas, académicos, intelectuales, activistas, artistas, músicos, organizaciones de mujeres, ambientalistas y presidentes comprometidos con sus pueblos.

La Conferencia Climática de Cochabamba fue una iniciativa del presidente boliviano Evo Morales, quien invitó a realizar en su país un nuevo tipo de cumbre climática. Así, durante tres días se debatió en 17 grupos de trabajo convocados por los organizadores y 127 talleres autorganizados. El mismo gobierno boliviano proponía cuatro grandes ejes para discutir: otorgar derechos que protejan de la aniquilación a los ecosistemas (una declaración universal de los derechos de la madre tierra); enfrentar consecuencias legales por parte de aquellos que violen esos derechos (un tribunal de justicia climática); que los países pobres reciban compensaciones por las crisis que enfrenten y que no hayan causado (deuda climática), y que exista un mecanismo para que la gente en el mundo exprese sus puntos de vista sobre estos temas (un referéndum mundial de los pueblos sobre cambio climático).

Con base en esas ideas se llevó a cabo un inusual encuentro en el que también participaron los presidentes de Ecuador, Venezuela, Paraguay, Nicaragua y el anfitrión Bolivia (miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América / ALBA), donde se denunciaron las causas de la crisis climática, al advertir que, en el fondo, la resultante amenaza a la vida en el planeta es consecuencia de un sistema que se ha impuesto mediante una lógica de competencia y crecimiento ilimitado. “Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma…”, expresa el Acuerdo de los Pueblos.

Para enfrentar el cambio climático, la Conferencia reconocía al planeta mismo como fuente de la vida y llamaba a forjar un nuevo sistema basado en los principios de armonía y equilibrio, complementariedad, solidaridad y equidad, bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos, reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene, eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo, y paz entre los pueblos. “El modelo que propugnamos ―concluye la Declaración― no es de desarrollo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades fundamentales de su población, pero de ninguna manera pueden continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar…” Sustentos fundamentales estos, que ya confrontarán a la Cumbre Climática de diciembre en Cancún.

26 de abril de 2010.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 2 de mayo de 2010)
El Otoño del Imperio

lunes, 19 de abril de 2010

La Muerte del Presidente Polaco Lech Kaczynski

Jesús Hernández Garibay

El domingo 18 de abril fue sepultado el presidente de Polonia Lech Kaczynski, quien falleciera ocho días antes en el accidente sufrido por su avión durante una maniobra fallida de aproximación al aeropuerto de Smolensk, en Rusia. Como se recuerda, en el accidente murieron la pareja presidencial y otras 94 personas entre las que se encontraban los principales funcionarios civiles y militares de su país. Reconocido como uno de los políticos europeos actuales más polémicos, la muerte del ultraconservador Kaczynski, así como de gran parte de su equipo de gobierno, deja a su patria en una crisis no sencilla de resolver, dados los antecedentes de una nación que se convirtió un fuerte aliado de Estados Unidos y otros países occidentales, cuyos mandatarios no pudieron llegar a las exequias por causa de otra crisis: la de la aviación, que tuvo que paralizar sus vuelos por peligros ambientales.

Lech Kaczynski apoyó a Lech Walesa en el sindicato “Solidaridad” que fue importante para derrocar al régimen socialista en 1989. Junto con su hermano gemelo Jaroslaw fundó el partido Ley y Justicia en 2001, que defiende los valores tradicionales del catolicismo. Convencido homofóbico, cuando fue alcalde de Varsovia en 2002 prohibió manifestaciones de grupos gay. Tras las elecciones de 2005 los dos hermanos gobernaron juntos, Lech como presidente y Jaroslaw como primer ministro. Una de las medidas más polémicas que intentaron poner en marcha fue una ley que obligaba a 700 mil polacos a confesar si habían colaborado con los servicios secretos del anterior régimen socialista; no obstante, el Tribunal Constitucional se opuso a la iniciativa y como esa, muchas de sus políticas fueron derrotadas. Su hermano perdió las elecciones en 2007 y, desde entonces, Lech Kaczynski tuvo que compartir el mando con Donald Tusk, del partido de centroderecha Plataforma Cívica.

La liga de Kaczynski con Lech Walesa fue fundamental en la defensa del sindicato “Solidaridad” en la Polonia de 1988-1989, cuando luego de una ola de huelgas el entonces régimen socialista hubo de reconocer su existencia. Un movimiento aquel en el que desde diez años antes figuras occidentales como Juan Pablo II cumplieron un relevante papel en la conformación de una Polonia del gusto pleno del capitalismo europeo y mundial, desde luego del norteamericano cuyo presidente Ronald Reagan con su “revolución conservadora” había otorgado mediante sus servicios de inteligencia el mayor apoyo posible en la dirección de la caída del “Muro de Berlín” en Alemania, la desaparición de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) y en general el fortalecimiento de los movimientos europeos en el rescate de sus países ante “las garras del comunismo”.

Como se recuerda, resultado de la disolución de la URSS en Europa cambia hasta el mapa geográfico con la división de Checoslovaquia (República Checa y Eslovaquia) o la fragmentación de Yugoslavia (Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Macedonia). Países a la vez como Alemania, Rumanía o Polonia misma, sufren también importantes cambios internos, no concluidos aún. La muerte ahora de Kaczynski abre en su país una nueva etapa en la cual volverá a plantearse el futuro de la nación. El sondeo más reciente muestra ya que el ahora fallecido contaba sólo con el 25% de apoyo entre la población, mientras que la polémica entre quienes ya muerto lo consideran un héroe y quienes ven en el mismo sólo a un jefe de Estado a quien se debe honrar, sin más, deja ver en medio de la crisis global no resuelta para el mundo, que el destino de Polonia sigue en juego.

19 de abril de 2010.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 25 de abril de 2010)
El Otoño del Imperio

jueves, 15 de abril de 2010

La Nueva Política Nuclear de Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El pasado jueves 8 de abril los presidentes de Estados y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvédev, respectivamente, firmaron en Praga el nuevo tratado de reducción de armas nucleares, segunda versión del START (siglas en inglés del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas Nucleares), que sustituye al START-1, firmado por esos gobiernos en 1991. Por medio del mismo, ambos países limitan a mil 500 sus ojivas nucleares estratégicas cada uno, en un plazo de siete años. El tratado era un compromiso que Obama y Medvédev habían establecido reunidos en Moscú el pasado mes de julio, pues el START-1 caducaba en diciembre de 2009. La nueva firma se produce a sólo unos días de que Obama atendiera en Washington el 12 y 13 de este mismo mes, la Cumbre Sobre Seguridad Nuclear en la que participarían 47 jefes de Estado, para discutir medidas como “evitar que armas nucleares lleguen a manos de grupos terroristas”.

El acuerdo START-1 fue firmado unos meses antes de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991; en ese entonces permitió reducir los arsenales estratégicos de los dos países de 10 mil a menos de seis mil ojivas nucleares. Luego en varias ocasiones tanto la Casa Blanca como los gobiernos rusos intentaron renegociar el tema. El mismo George W. Bush intentó un acuerdo con Vladimir Putin para sustituir al START-1, desde mayo de 2001, sin que finalmente fuera logrado por las dificultades en el entorno del ataque terrorista a las Torres Gemelas. No obstante, ya desde el 31 de diciembre de ese mismo año el Departamento de Defensa emitía un documento titulado “Revisión de la Postura Nuclear”, en el que habla de la necesidad de modificar la política de Estados Unidos respecto al tema.

Dos días antes de la reciente firma, tanto el jefe del Pentágono Robert Gates como la secretaria de Estado Hillary Clinton daban a conocer la nueva versión de la “Revisión de la Postura Nuclear”, que en esencia plantea que EUA le asigna ahora un papel menor a las armas nucleares para su defensa, al indicar que “un primer ataque con estas armas sólo se contemplará bajo determinadas circunstancias…”; a la vez, que no fabricará nuevas cabezas nucleares y seguirá desistiendo de hacer pruebas atómicas, además de renunciar por vez primera en su historia al uso de armas atómicas contra países sin arsenal nuclear. Junto a ello, Washington mantiene una especial atención al cuidado de la “Iniciativa de Combate al Terrorismo Nuclear”, cuyo objetivo central es fortalecer la capacidad para “prevenir la adquisición de materiales y conocimientos en materia nuclear por parte de terroristas”.

La nueva política de Obama, así, mantiene una diferencia respecto de la de Bush de buscar represalias nucleares ante un potencial ataque químico o biológico. No obstante, además de conservar “su derecho” a sí usar la bomba atómica “de manera excepcional” en contra de “estados fuera de la ley”, como considera a Irán y Corea del Norte, la Casa Blanca mantiene a la vez su intención de acelerar su programa para desarrollar y desplegar una nueva clase de misiles balísticos intercontinentales, que tendrían la capacidad de golpear blancos en cualquier parte del mundo en un plazo de una a cuatro horas. El proyecto, denominado “Golpe Inmediato Global” (Prompt Global Strike), tiene la intención de lograr “un golpe concentrado utilizando varios miles de armas convencionales de precisión…” Un concepto no menos belicoso que otros previos encabezados por el Pentágono.

15 de abril de 2010.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 18 de abril de 2010)
El Otoño del Imperio

lunes, 5 de abril de 2010

28 Años de la Guerra de las Malvinas

Jesús Hernández Garibay

El pasado 2 de abril se cumplieron 28 años del inicio de la guerra de las Malvinas. Allá por el año 1982 el gobierno militar de facto había entrado en crisis, por lo que distintos sectores argentinos vislumbraban la posibilidad de una salida democrática para un país castigado por seis años de atrocidades militares. La gente se animaba a salir a la calle y la muestra la daba la Confederación General de Trabajadores (CGT), que convoca a una manifestación multitudinaria para el 30 de marzo; no obstante, en los planes de la dictadura se mantenía la idea de acabar con la “subversión apátrida”, por lo que es la marcha es reprimida violentamente. Acorralado por la crisis, el gobierno militar pretendía que para ganar la voluntad de la sociedad no le quedaba otro camino que apelar al nacionalismo; así es como dos días después el entonces dictador Leopoldo F. Galtieri daba la orden de comenzar la guerra en supuesto rescate de las islas, de tiempo atrás bajo soberanía británica.

El archipiélago de las Malvinas fue descubierto en 1520 por una expedición del portugués Fernando de Magallanes. Tras pasar a lo largo de la historia por manos españolas, francesas y argentinas, en 1833 los ingleses toman posesión de las islas; desde entonces la soberanía del archipiélago fue foco de tensiones diplomáticas entre Gran Bretaña y Argentina. Unos 15 días antes del inicio de la guerra, obreros de una empresa ballenera argentina desembarcan en las islas de Georgia del Sur, cercanas a las Malvinas y también bajo soberanía británica, para desmontar una fábrica. Las autoridades británicas presentan una nota de protesta y amenazan con expulsarlos, porque los trabadores izaban allí una bandera argentina. El suceso tensa las relaciones entre ambos países, mientras Galtieri anuncia oficialmente que las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur quedan bajo su soberanía.

El 2 de abril el ejército argentino invade el archipiélago, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne para tratar el tema. El 8 de abril las tropas británicas llegan a la zona, el 25 recuperan las Georgias del Sur, el 1° de mayo el ejército británico ataca por mar y aire Puerto Argentino, capital de las Malvinas y al día siguiente, Puerto Darwin, segunda ciudad en importancia. El 6 de mayo la ONU propone un plan de paz que contempla el retiro de las fuerzas de ambos países, el inicio de negociaciones, el retiro de las sanciones económicas a Argentina y la administración de las islas mientras duren las negociaciones. El gobierno de Margaret Tatcher rechaza el plan y los combates avanzan con notable desventaja para las tropas argentinas, hasta el 14 de junio en que el gobierno dictatorial decide firmar su capitulación incondicional ante la representación inglesa. En Buenos Aires se celebra una manifestación contra la rendición, que termina con graves enfrentamientos.

A propósito de los 25 años de la guerra en el 2007, el canciller argentino Jorge Taiana rechazaba la invitación del Reino Unido para realizar un acto conjunto; el acto fue planteado como una “celebración” por los ingleses y no como una “conmemoración”, dijo Taiana; por esos días un sitio oficial británico en Internet vendía variados artículos (lapiceros, discos compactos, camisetas, etc.) que “recuerdan a los que participaron del conflicto”. De su parte, la Comisión Provincial por la Memoria, de Río de la Plata, opinaba: “Fue una Guerra impuesta, reivindicada desde una idea de ‘Nación’ también inspiradora del plan sistemático de exterminio…” Por fortuna la guerra terminó, y aunque la derrota fue contundente, aquella intención de la dictadura se convirtió en el principio del fin de dicho régimen.

5 de abril de 2010
(Publicado: Revista Siempre!, México, 11 de abril de 2010)
El Otoño del Imperio

viernes, 2 de abril de 2010

El Narcotráfico y los Esfuerzos Binacionales

Jesús Hernández Garibay

El martes 23 de marzo una delegación de altos funcionarios estadounidenses encabezada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, arribó a la ciudad de México con el objetivo declarado de “concertar el futuro de la Iniciativa Mérida y estrechar la colaboración estratégica binacional” en la lucha contra los cárteles de la droga. Además de la Clinton, dicha delegación estaría integrada por el secretario de la Defensa, Robert Gates, la titular del Departamento de Seguridad Interna, Janet Napolitano, así como por el director nacional de Inteligencia, el vicealmirante Dennis Blair, entre otros funcionarios. Un comunicado del Departamento de Estado informa que “este es el segundo encuentro formal del más alto nivel del grupo consultivo [de la Iniciativa Mérida] que se ha venido preparando durante varios meses, y cuya primera reunión se realizó en Washington en diciembre de 2008”.

A pesar de este antecedente, que justificaría la segunda reunión formal y necesaria para un instrumento al que Estados Unidos le apuesta para contribuir a blindar la frontera mexicana en su favor, lo real es que el nuevo encuentro se realiza en el preocupante contexto del incremento de muertes por la violencia relacionada con el narcotráfico que, sobre todo en Ciudad Juárez, rebasa con creces la capacidad de respuesta del Estado mexicano. La reciente muerte sobre todo de tres personas vinculadas a los servicios consulares norteamericanos en esa ciudad, pone en estado de alerta al gobierno de Washington para intentar influir más en el derrotero de dicha respuesta. De acuerdo con el periódico El Universal durante los primeros 34 días de este año hubo mil personas asesinadas por dicha violencia; esta misma cantidad de muertes se alcanzó en 2005 en 254 días, en 2006 en 181, en 2007 en 134, en 2008 en 113, y en 2009 en 51 días; un crecimiento constante y pasmoso.

Otras cifras, por lo demás ampliamente conocidas, hablan de la gravedad de un problema eminentemente binacional. Ya desde enero de 2005 el general retirado Barry McCaffrey, antiguo zar antidrogas estadounidense, aseguraba que en la frontera operaban unos 100 grupos delictivos dedicados al narcotráfico que pertenecían a 30 grandes organizaciones criminales. En marzo de 2009 el periodista Jorge Fernández afirmaba de su parte que trabajan en el narcotráfico en México (incluidos quienes se dedican a la siembra y el cuidado de cultivos) unas 300 mil personas; a la vez, decía que se estima que esta actividad maneja unos 25 mil millones de dólares, de los cuales en nuestro país se quedan solamente seis mil millones, mientras que los otros 19 mil millones terminan en el sistema financiero estadounidense. El negocio ―agrega este autor―, según las cifras más conservadoras, deja en el vecino país unos 60 mil millones de dólares de utilidades.

Como se sabe, la estrategia de gobiernos como el estadounidense o el mexicano se ha sustentado en la visión de los “buenos” y los “malos”, un enfoque maniqueo que esconde hechos fundamentales, como el que en una sociedad como la nuestra, de un mercado libre donde la lógica es el lucro y el engaño, los “males necesarios” del sistema también se vuelven pandemias. Al persistir el desempleo y la pobreza o la corrupción, los más listos encabezan nuevas formas de enriquecimiento (así sean altamente delincuenciales), mientras los más afectados se vuelven carne de cañón de esos primeros. Así, una estrategia que ahora tome en cuenta “lo social”, no es sino lo mínimo que se tendría que hacer en un grave problema que, no obstante, persistirá todavía por mucho tiempo más entre nosotros.

2 de abril de 2010.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 4 de abril de 2010)
El Otoño del Imperio