sábado, 25 de marzo de 2017

Cumbre del G20: La Economía Mundial Sigue en Vilo

Jesús Hernández Garibay

Como un preámbulo para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 20 (G20) que se realizará el mes de julio en la ciudad de Hamburgo, el pasado 17 y 18 de marzo se llevó a cabo la cumbre de ministros de Finanzas del G20 en la ciudad de Baden Baden. Los ministros abordaron ahí temas relacionados con los problemas de la economía mundial y fue ésta una oportunidad para medir el alcance de las diferencias existentes ahora entre los principales gobiernos a la luz de las políticas proteccionistas que el nuevo presidente de Estados Unidos trata de impulsar.

En la cumbre de ministros la participación del novel secretario del Tesoro norteamericano Steven Mnuchin fue enfática, al advertir que en la intención del mandatario de anteponer a “[Norte]América Primero” no cabe un sistema comercial global abierto y que EUA estaría dispuesto a llevar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) la propuesta de renegociar sus compromisos de no proteccionismo, olvidando Mnuchin que desde siempre ha sido planteado en este organismo la falta de consenso de su país respecto a la regla, sí aceptada por el resto de las economías, de no proteccionismo.

Como quiera que sea, la gran pregunta que sería necesario hacer es si esta posible “crisis de la globalización” ―como se comienza a llamar a la amenaza de Donald Trump de cambiar las reglas del “libre mercado”―, es resultado de la insensatez del controvertido gobernante, o hay razones furtivas que operan en la economía norteamericana y mundial, que obligan a buscar nuevas soluciones a los complejos problemas que persisten en todos lados.

Al respecto, es importante destacar el dato que apunta al déficit comercial de Norteamérica que hoy alcanza ya los 48 mil 500 millones de dólares, el más grande déficit comercial de ese país desde el 2012 (Bloomberg). Dato que por sí mismo sería suficiente para explicar la preocupación de Trump respecto a las actuales condiciones de la economía, y que el presidente supone ser resultado de la globalización que ha promovido la salida de capitales de su país.

Habría, sin embargo, que excavar más a fondo para entender la verdadera razón del grave deterioro histórico que hoy sufre Estados Unidos. Economistas italianos como Carchedi hacen un juicioso estudio de 65 años (1945-2010) que da cuenta de la enorme caída irreversible de la tasa media de ganancia de los capitales en aquel país; una tendencia frenada por momentos a lo largo de esos años por la productividad consecuencia de mejoras tecnológicas o por el abatimiento de los salarios y la mayor tasa de explotación de los trabajadores, pero al final imparable.

Para peor, una condición que no es exclusiva de EUA sino a la vez vigente en el conjunto del sistema, que deja ver el deterioro global de las economías de mercado y la creciente incapacidad de los gobiernos para detener su tendencia; temas de permanente preocupación en los principales foros económicos mundiales, como el G20, el de Davos y otros más.

25 de marzo de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 26 de marzo de 2017)
El Otoño del Imperio

viernes, 17 de marzo de 2017

Estados Unidos: Nación Históricamente Declinante

Jesús Hernández Garibay

Han pasado cuatro meses a partir de la noche en que se anunciara el triunfo electoral del multimillonario Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Al respecto, muchas cosas han sucedido en la escena política de ese país, comenzando con las acciones diarias de un mandatario empeñado en demostrar que desde el día siguiente a su toma de posesión promovería un conjunto de órdenes ejecutivas en busca de llevar adelante sus promesas de campaña, hasta la multitud de protestas y llamados de atención de distintos sectores de la sociedad respecto a sus acciones y a su misma presidencia.
Lo peculiar del caso es que en los altos niveles de la política se mantiene todavía abierta una virtual guerra que de nuevo da cuenta de la insatisfacción demócrata por el resultado de los comicios, como de los resquemores que existen hacia el nuevo habitante de la Casa Blanca, quien a su vez acusa a medios de información y ahora hasta al ex-presidente Barack Obama de pretender debilitar su mandato.
El argumento favorito del círculo cercano a Hillary Clinton es la acusación de que un gobierno extranjero, el de Vladímir Putin, hackeó cuentas de correo del equipo de campaña de la ex-secretaria de Estado, cuyos contenidos dados a conocer ampliamente por WikiLeaks prueban que se llevó a cabo una estrategia en contra del otro precandidato Bernie Sanders, lo que permitió a la Clinton ganar la candidatura de su partido.
Dicho argumento de intrusión de un gobierno extranjero en las elecciones, pretende confirmarse tanto por las varias ocasiones en que Trump ha planteado su intención de lograr una mayor proximidad con el gobierno ruso en busca de lo que intente lograr el ahora jefe de gobierno, como por haberse dado a conocer recientemente conversaciones telefónicas que exhiben acercamientos del círculo del presidente con funcionarios rusos.
Estos informes obtenidos de forma ilegal, que han sido calificados como un intento de “golpe de Estado silencioso” por algunos comentaristas, le permiten hoy al nuevo mandatario levantar una acusación en contra de Obama de haber intervenido las líneas telefónicas de la Torre Trump desde la campaña electoral, provocando esa imputación un nuevo escándalo que sube la temperatura en el panorama doméstico, y que se calienta más por nuevas acusaciones de espionaje de las oficinas presidenciales.
Sea lo que alcancen a impactar, más allá de ser resultado de los disparates de los demócratas o los de un mandatario encajonado en sus propias simplezas, dichas contradicciones no son más que nuevas manifestaciones de la crisis política que sufre el país en su condición de nación históricamente declinante. Una nación enredada en sus limitaciones y sin posibilidades de reencontrar el ritmo perdido ya desde hace décadas, ante el descenso de los mercados y el ascenso de nuevos actores a nivel internacional con China y Rusia a la cabeza, y a nivel local ante nuevas generaciones que impulsan ambientes no siempre del agrado de muchos, pero boyantes y que responden a cambios demográficos irrefrenables.

17 de marzo de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 12 de marzo de 2017)
El Otoño del Imperio

domingo, 5 de marzo de 2017

El Incontenible Avance de la Cibertecnología

Jesús Hernández Garibay

El vertiginoso ritmo del desarrollo tecnológico en nuestro tiempo resulta impresionante. En 1965 Gordon Moore hablaba de la velocidad de los iniciales microprocesadores y predecía que se duplicaría cada 18 meses. No obstante, hacia finales del siglo XX se anunciaba un lapso de sólo 12 meses, mientras que el británico Nick Bostrom advertía desde entonces que la potencia de las computadoras se habría ya multiplicado por mil hacia el 2007. Así, varios especialistas afirman que en este siglo XXI no viviremos 100 años sino 20 mil años de progreso, tan sólo tomando en cuenta el ritmo de desarrollo de la ciencia a inicios del mismo.

Pero el impacto social de ese avance es aún más fulminante. Hace algunos años se llegó a considerar que hacia el 2030 sería posible que existiera una red informática integrada en nuestro medio ambiente. Pero ya hoy, quince años antes, dicha red está integrada en nuestro medio ambiente: las “redes sociales” en los Teléfonos Inteligentes y las Tabletas son eso que se preveía: un nuevo y emergente “firmamento inalámbrico” que, como profetizaba Ray Hammond, sería dentro de tres lustros “un lugar para poder conversar, jugar, hacer negocios, ganar dinero, administrar el gobierno, aprender, enamorarnos, hacer el amor, almacenar nuestros recuerdos, recordar y honrar la memoria de nuestros difuntos, y conectarnos con nuestros amores y amigos, con nuestros objetos inanimados y con nosotros mismos…”

Y es que el uso de las computadoras y de Internet en el orbe avanza a pasos agigantados. A principios de 2015 Internet Live Stats e Internet Society anunciaban que había ya 3 mil millones de personas en todo el mundo conectadas a la red (el 42% del total de la población mundial, que se convirtió en más del 51% hacia finales de ese año). Dos años después, en este mes de febrero, el número de usuarios de Internet es ya de alrededor de 3 mil 600 millones. Y la cifra sigue creciendo a pasos acelerados (ver en tiempo real: http://www.internetlivestats.com/)

En cuanto a las redes sociales, hace sólo seis meses Facebook ya tenía más de mil 709 millones de usuarios activos, Twitter casi 305 millones 950 mil y Google más de 460 millones 145 mil. En diciembre de 2016 cada segundo se publicaban unas 700 fotos en Instagram, y también cada segundo se enviaban casi tres mil correos electrónicos y se realizaban aproximadamente dos mil llamadas por Skype. A la vez, diariamente se realizaban más de 2 billones 566 millones de búsquedas en Google y cada segundo se veían más de 119 mil videos en YouTube.

Específicamente en México, el 12° Estudio de Usos y Hábitos de Internet 2015 publicado en 2016 por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), informa que al final de ese año el número de internautas alcanzó los 65 millones de personas, o el 59.8% de la población. Un incontenible proceso universal que modifica sensiblemente hábitos y costumbres, desafiando las formas de la cultura mundial y afectando notablemente el curso de los mercados.

15 de febrero de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 12 de febrero de 2017)
El Otoño del Imperio