domingo, 24 de agosto de 2014

Estados Unidos: Las Protestas en Contra del Racismo Policiaco

Jesús Hernández Garibay

El pasado sábado 16 de agosto el gobernador de Missouri, Jay Nixon, declaró el estado de emergencia y un toque de queda en la ciudad de Ferguson, donde días antes se habían desatado protestas y enfrentamientos por causa de la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un oficial de policía. Luego de iniciado el toque de queda unas 200 personas permanecieron congregadas en el sector donde Brown fue asesinado y se negaron a dispersarse, por lo que agentes antimotines emplearon bombas lacrimógenas en su contra; el resultado: siete detenidos y un herido. De su parte, los familiares de la víctima convocaban a una nueva manifestación pacífica para exigir justicia por el asesinato del joven que, según un testigo, ocurrió pese a que se encontraba desarmado y con las manos en alto.

El jueves anterior ya se habían celebrado vigilias, además de “un minuto de silencio nacional”, en 90 ciudades de 35 estados de la Unión, en honor a las víctimas de la violencia policial y en busca de esclarecer el suceso; un hecho que viene a colocar de nuevo en las primeras planas de los informativos nacionales el perene asunto del racismo en contra de las minorías étnicas. Hasta ese día las marchas se habían limitado a Ferguson, pero ahora miles de personas en toda la nación se reunían en parques y plazas, organizados desde las redes sociales por el movimiento “National Moment of Silence for Victims”. Una de las más copiosas fue la que colapsó la emblemática Times Square de Nueva York, donde se reunieron miles de personas en una marcha pacífica que partió de Broadway, y en la que hubo también encarcelados.

El suceso ha desatado de nuevo el debate de lo racial en el país y más en particular los fantasmas del racismo en el uso de la fuerza policial, con el recuerdo de un reciente suceso similar en la ciudad de Los Ángeles donde también un policía disparó a Ezell Ford, joven negro de 25 años con trastorno mental, quien murió días después luego de recibir varios tiros desarmado; o el de Trayvon Martin, también adolescente afroamericano que murió a manos de un vigilante que le disparó en Florida en 2012; y claro el de los disturbios de 1992 en Los Ángeles, cuando un jurado compuesto casi completamente por blancos absolvió a cuatro agentes de policía que propinaron una paliza al joven negro Rodney King, en un lugar donde después murieron entre 50 y 60 personas sobre todo negros y latinos, en medio de la respuesta policial a la revuelta.

Miles de ciudadanos indignados plantean hoy que ningún hurto justifica haber baleado a un adolescente con las manos en alto, y que lo único que ocasiona el hecho es una nueva guerra interracial. El mismo activista por los derechos civiles y ex aspirante a la candidatura presidencial del Partido Demócrata Al Sharpton, cuestionaba el informe de la policía y acusaba a ésta de querer justificar el asesinato. Carteles con la frase: “Alto al racismo de la policía”, levantados en alto de manera pacífica cerca del lugar donde Brown fue abatido, dejaban ver el sentir de muchos más en ese “país de los valientes”, donde un nuevo suceso remueve la conciencia social en medio de la creciente pobreza, acerca de un gobierno y sus “fuerzas del orden”, cuya lógica en las cacerías policiacas a trasmano, particularmente en contra de negros y latinos, no representa más que un intento por justificar su papel con base en la idea maniquea de estar “las fuerzas del bien, luchando contra las fuerzas del mal…”

24 de agosto de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 24 de agosto de 2014)
El Otoño del Imperio

lunes, 11 de agosto de 2014

La Industria Militar, Detrás de la Masacre Sionista en Palestina

Jesús Hernández Garibay

El asesinato de miles de personas en territorio palestino, incluidos ancianos, mujeres y niños, por parte del ejército israelí al mando del primer ministro Benjamín Netanyahu, está ya siendo condenado virtualmente por todos los gobiernos y muchos de los pueblos del mundo, excepto claro por Estados Unidos, cuyo mandatario, el “Nobel de la Paz Obama”, es un rehén atrapado en las redes de los poderosos intereses sionistas que predominan en Washington; a la vez que eficaz cautivo ─como lo han sido los distintos inquilinos en turno de la Casa Blanca─, de los lucrativos negocios de las más grandes corporaciones y en particular del matrero complejo militar industrial norteamericano, cuyos tentáculos se entrelazan con otros en el mundo.

Por razón del peso de los intereses sionistas en Estados Unidos, Israel comenzó a recibir ayuda económica de aquél país desde mediados de los años setenta, luego de los acuerdos de Camp David, a un ritmo de 3 mil millones de dólares por año, siempre en más de un 50% específicamente como apoyo militar. Desde entonces y a lo largo de los decenios esta cantidad representa dos y medio millones de millones de dólares; esto es, mucho más del doble del costo total de la guerra de Vietnam. Israel, por cierto, es el único país del mundo que recibe casi toda la ayuda económica estadounidense en forma de pago en efectivo.

Así, Elbit Systems Ltd. (ESL), líder mundial para la modernización de equipo militar, Israel Aircraft Industries, Ltd. (IAI), fabricante de sofisticados sistemas para batallas en aire, mar o tierra, Israel Military Industries (IMI), empresa propiedad del gobierno principal proveedor de artillería (armas como la Uzi o Galil, entre otras), RAFAEL (Armaments Development Authority), la mayor firma de Israel para plataformas sofisticadas de combate, y Tadiran Electronic Industries, la más grande firma privada en sistemas de comunicaciones, son hoy algunos de los ganadores en esta guerra de exterminio largamente financiada por Washington y soportes del terrorismo de Estado aplicado por Israel en contra del pueblo palestino.

A la vez, el gobierno estadounidense ha proporcionado también en las últimas décadas a Tel Aviv un total de 500 ojivas nucleares. Esos substanciosos gastos militares han representado siempre jugosos negocios para la industria armamentista norteamericana, que ha suministrado también muchos miles de millones de dólares en armas a Israel, entre otras rifles M-16, misiles aire-aire AIM-120C-5, cañones Gatling para cazas F-16 y helicópteros de ataque Apache. Esta “relación especial” con el sionismo, ha sido siempre una cuestión resuelta con el silencio absoluto de los grandes medios de información, quienes al informar emplean eufemismos o repiten mecánicamente la línea oficial de su gobierno.

La industria militar de otros países recibe también una parte de los beneficios en tan suculento negocio. Desde 2010, licencias de exportación de armas por un valor de más de 40 millones de euros han sido otorgadas a 130 fabricantes británicos, para vender equipamientos militares al régimen de Tel Aviv. España misma ha reconocido ventas de armamento a ese gobierno por valor de 472.545 euros en 2011; 637.842 en 2012, y 4,9 millones de euros en 2013. En fin, la danza de los millones que explica bien los motivos detrás del comportamiento criminal del sionismo en su máxima expresión depredadora.

11 de agosto de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de agosto de 2014)
El Otoño del Imperio

domingo, 3 de agosto de 2014

26 de Julio: Día de la Rebeldía Nacional en Cuba

Jesús Hernández Garibay

El 26 de julio pasado se llevó a cabo en la isla antillana la celebración del 61 aniversario del asalto al cuartel Moncada (Santiago de Cuba), hecho que fue parte de la acción armada de un grupo de hombres y mujeres al mando del Fidel Castro realizada en 1953, con el fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista; la intención del grupo se reafirmó con el ataque al cuartel Carlos Manuel de Céspedes (Bayamo), pero las fuerzas batistianas repelieron los ataques y apresaron a los insurrectos. Durante el juicio a los atacantes, Fidel Castro se haría conocido en todo el país al autodefenderse poniendo en evidencia al gobierno; en dicho juicio presentó su alegato por escrito, en el histórico documento conocido como “La historia me absolverá”.

En memoria de ese heroico evento, cada año Cuba celebra el hecho a través del Día de la Rebeldía Nacional, cuya conmemoración central en esta ocasión se llevó a cabo en la joven provincia de Artemisa, adjunta a la ciudad de La Habana. En el acto oficial, presidido por el general del Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y vicepresidente de esos mismos Consejos, decía en su disertación: “Un día como hoy mis primeras palabras son para todos aquellos que han hecho posible esta Revolución, en especial para los que derramaron su sangre y entregaron sus vidas por una Cuba verdaderamente independiente…”

En nombre de los llamados Cinco Héroes que han estado presos en cárceles de Estados Unidos por haber denunciado los planes de grupos terroristas que viven y conspiran desde ese país, uno de ellos, Antonio Guerrero, envió un mensaje de felicitación a su pueblo por la nueva conmemoración: “Junto a todos ustedes, en una prisión estadounidense ─decía─, celebraremos este 26 de Julio, llenos de júbilo, espíritu combativo y optimismo. Sabemos que las tareas son complejas y las metas son difíciles, pero cada cubano y cada cubana que ama la Revolución saben valorar toda la sangre derramada por nuestra plena independencia y jamás se dejará arrebatar esa sublime conquista. Trabajar duro, trabajar bien es la palabra de orden…”

Iroel Sánchez recuerda en Cubadebate la manera en que sintetizaba el mismo Che Guevara en las páginas de su diario en Bolivia, lo ocurrido en la fecha recordada del año 1953: “Rebelión contra las oligarquías y contra dogmas revolucionarios”; una definición que ha acompañado hasta hoy la supervivencia de la Revolución frente a las agresiones externas, y aun frente a sus propios errores y limitaciones. Una condición que, sin embargo, no le ha impedido al pueblo mantener su dignidad, no obstante los casi 60 años de bloqueo decretado por el gobierno norteamericano, como se sabe, con base en la Ley Helms-Burton que sustenta esa política.

Una ley, esta, que luego ya de décadas de vilipendios y acciones desestabilizadoras, desde 1996 renueva aquello que para los Estados Unidos debiera ser la “libertad y democracia” en Cuba: lograr el resurgimiento del sagrado “libre mercado” y, si no, pretender perpetuar el clima de hostilidad hacia la isla, buscando forzar la destrucción de su Revolución, intimidando por todos los medios posibles a los empresarios extranjeros para tratar de evitar las inversiones y el comercio internacional con Cuba. Un hecho condenado reiteradamente en la ONU, por prácticamente todos los países del mundo.

03 de agosto de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 03 de agosto de 2014)
El Otoño del Imperio