jueves, 24 de noviembre de 2011

“Ocupa Wall Street”, Hacia una Nueva Fase

Jesús Hernández Garibay

El pasado jueves 17 de noviembre (17N) cumplió dos meses de iniciado el movimiento “Ocupa Wall Street”. Dos días antes el alcalde de Nueva York, el multimillonario Michael Bloomberg, había desalojado el plantón del Parque Zuccotti (o como fue rebautizado, Plaza Libertad). Como respuesta, la Asamblea General de los “ocupantes” llamó a una movilización llevada a cabo por decenas de miles de personas ese jueves tanto a las puertas de la Bolsa de Valores como en el Puente Brooklyn y los cinco municipios de la ciudad. Tras la acción de Bloomberg, el lema: “ustedes no pueden desalojar una idea cuyo momento ha llegado”, se convirtió en la nueva rúbrica de los llamados “99%”.

La jornada de ese 17N comenzó a las siete de la mañana en Wall Street; miles bloquearon todos los puntos de entrada a la Bolsa de Valores, mientras que a lo largo del día una cifra histórica de 32 mil 500 personas (estimación hecha por el Departamento de Policía de la ciudad) participaron de las acciones. Miles de personas también se movilizaron en al menos unas 30 ciudades más de Estados Unidos: Los Ángeles, Portland, Detroit, Washington, Filadelfia, Miami, Chicago, Houston, Pittsburgh o Baltimore, entre otras, mientras que en países como Canadá, Japón, Reino Unido, España, Alemania y otros (Grecia, destacadamente) hubo también manifestaciones; todos haciendo sentir que representan el ascenso de “un movimiento cívico poderoso y diverso por la justicia social”.

Lo más sugestivo de esa jornada es que en respuesta a los ataques coordinados sobre las ocupaciones y en contra de trabajadores que se han estado llevando a cabo por sectores conservadores y derechistas en toda la Unión Americana, ocupaciones en distintas ciudades que han padecido una represión sistemática, plantean ahora desarrollar nuevas acciones: una jornada mundial en defensa de los derechos humanos para el 11 de diciembre; o el “bloqueo y la perturbación del aparato económico del llamado ‘1%’ a través de un cierre coordinado de puertos” en toda la Costa Oeste de Estados Unidos para el 12 de ese mes, por decir sólo dos; confiados en que esa movilización de Nueva York demostró que “el movimiento está en ascenso y es capaz de navegar por entre obstáculos…”

Esto puede ser así, porque el pueblo norteamericano y en general los pueblos del mundo sufren el declive de los mercados libres; tan sólo para EUA hay economistas que se atreven a decir que los datos son cada día más claros: a partir de 2012, desempleo del 50%, una caída de la bolsa de 90% y 100% de inflación anual (Robert Wiedemer). Un panorama que, con toda seguridad, ante los graduales patinazos del sistema que amenaza para su supuesta salvación con convertir el planeta en un gran escenario de conflictos bélicos permanentes, para su contención cuenta solamente con la movilización de los pueblos en defensa de su dignidad. Al respecto, el creciente movimiento social mundial advierte ya que mucha gente “ha abierto sus ojos para reconocer la decadencia y la injustica del sistema común que nos explota”; a esto le llama, “el principio del principio…”

24 de noviembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 27 de noviembre de 2011)
El Otoño del Imperio

Ocupas cumplen 2 meses de protestas

jueves, 17 de noviembre de 2011

Las Elecciones Españolas, Ante los Indignados

Jesús Hernández Garibay

“Desde asambleas de barrios a universidades, desde asambleas generales a individuos o grupos de amigos, animamos a salir a las calles este sábado 12N (12 de noviembre) con urnas para recoger las propuestas de la ciudadanía y contribuir a una verdadera democracia…” Es este uno de los más recientes llamados a la participación hecho por quienes encabezan la manifestación del descontento social denominada “acampada de los indignados” en la Puerta del Sol de Madrid; un suceso que, antes y después de su inicio en mayo pasado, como inédito que resulta en sus alcances y potencialidad alcanza también su peso en las elecciones presidenciales adelantadas de este 20 de noviembre en España, frente a una grave crisis sin solución en las manos por parte de ninguno de los candidatos.

El Movimiento 15-M, también llamado movimiento de los indignados, formado a partir del 15 de mayo pasado, en sus orígenes se nutre sobre todo de la participación espontánea de desempleados o trabajadores a punto de perder el empleo, además de gente desalojada o amenazada de desalojo de sus casas por no cubrir la renta o pagos de sus propiedades; jóvenes incluso con altos niveles educativos pero imposibilitados de trabajar por la ausencia de plazas en el mercado laboral. Todos ellos, a los que luego se suman amas de casa, obreros y aun empleados de oficinas gubernamentales para quienes el salario ya no alcanza, conforman la amplia base social de quienes encuentran en las asambleas del plantón la mejor manera de delinear un futuro aún incierto pero prometedor.

El objetivo del movimiento ha sido, hasta ahora, promover en todas las asambleas “un funcionamiento transparente, horizontal, y que permita a todas las personas participar en igualdad de condiciones”. Para ello, uno de los objetivos centrales ha sido “evitar que surjan líderes o jefes que decidan por todos sin tenerles en cuenta, cómo los políticos, vamos...” La participación en tales asambleas ha permitido defender al movimiento frente a los intentos de desalojo por la policía y ha promovido propuestas a la ciudadanía, como la de las “Urnas Indignadas” puesta en marcha el 12 de noviembre, que superó cualquier expectativa. Este ejercicio cívico generó una multitud de propuestas y sobre todo 10 más destacadas, que hablan de una visión cada vez más perspicaz de la gente.

Entre estas se incluye una central: “Que los culpables de esta crisis económica mundial vayan a la cárcel, tanto los bancos principales causantes… como los que sabiendo lo que ocurría no hicieron nada para frenarlo…: el FMI, Banco central europeo. Y también los culpables de la crisis por omisión, que no hicieron nada por impedirlo: los políticos, el presidente del gobierno…” Una visión compartida por gente de todo el mundo, que en la jornada “Unidos por un cambio global” del 15 de octubre pasado se expresó en 1,040 ciudades en 90 países del mundo, y que tan sólo en España movilizó a un millón y medio de personas; 500 mil de ellas solamente en Madrid, unidas por consignas como: “Nuestros sueños no caben en sus urnas…” Un desafío, claro, para la “democracia de mercado”.

17 de noviembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 20 de noviembre de 2011)
El Otoño del Imperio

Los indignados cumplen seis meses de resistencia

jueves, 10 de noviembre de 2011

La Crisis Arrecia, la Pobreza Escala, la Protesta Crece

Jesús Hernández Garibay

Luego de semanas y meses de incertidumbre en los escenarios económico, social y aun político de distintos países, el panorama que aflora en el mundo es más que evidente: la crisis arrecia, mientras la pobreza escala y la protesta crece. Dígalo si no la cuerda floja en la que han vivido los mercados en la Unión Europea por causa sobre todo de la crisis griega y sus posibilidades de contagio; o la pobreza extrema que alcanza a unos 900 millones de personas, con 20 y medio tan sólo en Estados Unidos, el país más rico de la tierra; o la protesta que se amplía cada día más desde la primavera de los pueblos árabes o los “indignados” en España, hasta el movimiento “Ocupa Wall Street” que se generaliza en la Unión Americana y comienza a prosperar ahora en más de 1,500 ciudades en el mundo.

Después de la apetecida reunión del llamado G-20 en la que gobiernos como los de Alemania y Francia pretendían lograr una respuesta contundente ante los llamados a utilizar “una gran bazooka” en apoyo a la grave crisis bancaria sobre todo en Grecia, en medio del trepidar de las bolsas europeas por las circunstancias políticas en ese golpeado país, hoy la misma Unión Europea y el mundo entero continúan transitando cada día caminos más cerrados para los severos problemas que sufren los mercados, enfrentados a la disminución del consumo por la persistencia del desempleo, la ampliación de la pobreza y la creciente ineficacia del crédito como salida a la precaria situación de las familias.

En Estados Unidos, el “país de las oportunidades”, como ha sido reconocido la economía se tambalea: el porcentaje de la pobreza extrema creció durante 2010 en 300 de las 360 más grandes áreas metropolitanas, mientras el número de personas que utilizan los cupones alimentarios del gobierno aumenta; en la actualidad, hay más de 45 millones que utilizan dichos cupones; un incremento del 74% del 2007 al 2010. A la vez, la tasa de pobreza en los niños aumentó a 22% en 2010, mientras que en al menos 314 condados el 30% de los niños se enfrentan a la inseguridad alimentaria; ahora, uno de cada cuatro niños utiliza los cupones alimentarios, mientras se estima que hasta medio millón de estos viven actualmente sin casa (homeless) en todo el país (cifras de la Oficina del Censo).

Ante ello, la única salida que ofrecen los mercados es, como le ha sido propuesto de nueva cuenta al pueblo griego, apoyo financiero pero condicionado a la mayor austeridad que, en los bolsillos de la gente, se traduce en un mayor desempleo, menores ingresos a pensionados, disminución del salario y en general menos programas de apoyo social; condiciones en las que el mercado deja al mundo en su afán de lucro, bajo la pretensión imaginaria o la facundia de que algún día llegará una nueva era de bonanza. Por algo las protestas en contra del 1% depredador que comienzan a ocupar las plazas públicas; por gente que tal vez por ahora no alcance todavía a vislumbrar la solución a sus crecientes penurias pero que, poco a poco, viendo en el otro el espejo de su situación, aprenden hoy y se preparan para ampliar su lucha, de manera desigual pero inevitable...

10 de noviembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 13 de noviembre de 2011)
El Otoño del Imperio

Cifras de pobreza en EE.UU. son preocupantes

domingo, 6 de noviembre de 2011

El Gasto Militar de Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El informe anual 2011 del reconocido Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), un libro que detalla las tendencias armamentistas de los países en el mundo, destaca que para 2010 el gasto militar global siguió creciendo, en comparación con 2009; el aumento fue de un 1,3% en términos reales y llegó a los 1.630 billones de dólares. Una disminución respecto de los años previos ―pues entre 2001 y 2009 el crecimiento anual promedio fue de 5.1% en términos reales―, con seguridad a consecuencia del impacto de la crisis en los distintos países del mundo que obligo a los gobiernos a contraer su gasto militar. De hecho, el crecimiento en 2010 se basa en un 99.9% exclusivamente en Estados Unidos.

El gasto militar total de este país en 2009 fue de 661 mil millones, mientras que en 2010 se redujo a 517 mil 8 millones. Aun así, EUA resultó el mayor dispendioso en términos absolutos, con 43% del total mundial (6 veces más que su rival más cercano China); de hecho, EUA encabeza el incremento global desde 2001, con un aumento del 81% en términos reales comparado con el 32.5% del resto del mundo. China, es cierto, aumenta su gasto militar en un 12,7% en 2011, hasta cerca de 91 mil 500 millones de dólares. No obstante, el gobierno chino tiene un saludable presupuesto que le ha permitido incrementar su gasto social y su gasto en infraestructura, a diferencia de Estados Unidos.

De esta manera, Estados Unidos continua siendo excepcional en términos de su gasto militar, pues el porcentaje del PIB norteamericano dedicado a las fuerzas armadas, es decir, “la carga militar”, ha crecido considerablemente del 3.1% en 2001 a un estimado de 4.8% en 2010, mientras que en la mayoría del resto del mundo dicha carga militar se redujo o se mantuvo estable. De los países en que SIPRI tiene datos confiables, Estados Unidos tuvo la mayor carga militar fuera del Medio Oriente en 2010, en base a proyecciones del FMI para el PIB. Aún con los esfuerzos para reducir el creciente déficit presupuestal estadounidense, el gasto militar continúa recibiendo un tratamiento privilegiado.

El presupuesto para el año fiscal 2012 del presidente Obama anuncia un congelamiento de 5 años de los gastos discrecionales no relacionados con la seguridad, pero el gasto militar, junto con otros gastos de seguridad como Inteligencia y Seguridad Nacional (Homeland Security) es la excepción. De hecho, ya desde este 1º de febrero Obama presentaba la solicitud de gasto militar anual más grande de su historia, de unos 708 mil millones de dólares para el año, a la vez que el Departamento de Defensa emitía su revisión cuatrienal, cuyo enfoque está referido a las nuevas amenazas supranacionales, la lucha contra el “terrorismo” y la “contrainsurgencia” como misiones militares centrales, además de “construir la capacidad de seguridad de naciones socias”. En tanto, mientras el mundo se vuelve militarmente más peligroso, la pobreza en ese país crece a falta de presupuesto.

6 de noviembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 30 de octubre de 2011)
El Otoño del Imperio

Derroche bélico militar de Estados Unidos

La Crisis de la Educación en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Como se sabe, Estados Unidos es hoy un país con problemas económicos, sociales o políticos de todo tipo y en este entorno en que la crisis afecta a todos niveles, la educación pública no es un problema de menor monta. Los bajos índices en el rendimiento escolar y los precarios resultados en exámenes internacionales como el PISA de la OCDE, se entreveran con recortes presupuestarios cada vez mayores; un escenario donde las corrientes privatizadoras del sector educativo público ganan nuevos espacios. Como se sabe, la educación en ese país responde a un entorno en el que todo funciona como una mercancía para vender o comprar; y en el que a cambio de ello se fomenta el individualismo, la petulancia y el desinterés en todo lo que no sea lúdicamente simplón y patriotero.

Así, en tanto que pasa el país por la peor crisis estructural de su historia, la educación también se encuentra en entredicho con sus grandes déficits presupuestarios y más de 30 mil escuelas con bajo rendimiento académico a nivel nacional. No en balde, el secretario de Educación, Arne Duncan, decía en noviembre de 2009 que una cuarta parte de los estudiantes de secundaria abandona las escuelas para irse a las calles cada año, mientras en son de queja recordaba que el 75% de los jóvenes estadounidenses entre 17 y 24 años no podía enlistarse en las fuerzas armadas, porque no contaba con certificado de secundaria, tenía antecedentes penales o estaba incapacitado físicamente.

Pero los problemas son mayores; en algunos estados de la Unión Americana el costo promedio para poder asistir a una universidad pública de cuatro años aumentó de un 20 a 30% del ingreso familiar en 1999-2000 hasta un 35 a 40% en 2007-2008; un incremento que por supuesto resienten más las familias de menores ingresos. A escala nacional, la matrícula en las universidades públicas cuesta hoy a las familias incluidas en el segmento de mayores ingresos (quinta parte del total) el 9 por ciento de sus ingresos, mientras que las familias en el segmento de menores ingresos tienen que pagar el 55 por ciento, frente al 39 por ciento que pagaban en 1999-2000.

Además, el sistema de educación superior estadounidense durante mucho tiempo fue visto como un líder en el mundo, pero la confianza en su futuro está comenzando a derrumbarse, de acuerdo con las encuestas. Hay mucha preocupación sobre el costo actual de la Universidad y los graduados universitarios de bajos ingresos; aquellos agobiados por deudas de préstamos para estudiar están ahora cuestionando el valor de sus títulos o planteando que el costo ha retrasado otras decisiones importantes en su vida. Y para más, las mismas universidades están preocupadas por la creciente competencia internacional y la disminución de la calidad de sus estudiantes; más de un tercio de los rectores de las universidades públicas consideran inclusive que estas van en una dirección equivocada y que sin un cambio de rumbo, en una década más la educación superior estadounidense se encontrará en desventaja frente al resto del mundo.

6 de noviembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de noviembre de 2011)
El Otoño del Imperio

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