lunes, 21 de junio de 2010

El Fantasma de la Crisis Recorre Europa

Jesús Hernández Garibay

Muy a pesar de la pretensión de que el Campeonato Mundial de Futbol que se lleva a cabo en Sudáfrica, permita remontar al menos en parte la crisis económica internacional con base en el incremento de las ventas millonarias de distintos productos vinculados con la parafernalia del balompié, lo cierto es que el paliativo tanto financiero como psicológico de estas semanas no será suficiente para dejar atrás los efectos de muchos años de depredación de los mercados, donde quienes ganan en verdad son los más grandes. Así, la cruda realidad se impone y se mantiene por ahora en forma evidente y aun latente en zonas geográficas como Europa, donde como en Grecia se revelan graves los problemas, o como en Hungría donde amenazan con seguir el ejemplo trágico de aquel país, o en Portugal donde crece latente el desempleo, o en España donde se convierte en realidad devastadora.

La crisis mundial tomó a Grecia en mala posición; como el país más endeudado de la eurozona, con un déficit presupuestario diez puntos por encima del umbral estipulado por el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea (UE), desde el año pasado pero sobre todo a principios de éste atraviesa una crisis sin precedente, que suscita gran nerviosismo en los mercados y pone en entredicho la fortaleza unionista. Su balanza de pagos muestra gran debilidad y sus finanzas públicas colapsan; la deuda pública de Grecia alcanzó en 2009 ni más ni menos que el 115,1% de su Producto Interno Bruto (PIB). A raíz de ello, el gobierno de Giorgos Papandreou monta un plan de austeridad para reducir el déficit, que incluye medidas impopulares como el congelamiento de las jubilaciones y los recortes salariales a los empleados públicos; hecho que, desde luego, provoca grandes huelgas y movilizaciones.

Pero el fantasma de la crisis amenaza también a otros países, como Hungría, cuyos mercados reaccionan con gran virulencia al hecho de que su gobierno haya reconocido que falseó sus datos económicos en los últimos años y que su situación es “muy grave”; el endeudamiento público de Hungría, un candidato a entrar en la zona euro, representó el 78,3% de su PIB en 2009. No por menos es que la UE ha aprobado un plan de ayuda financiera hasta de 997 mil millones de dólares (mdd), para crear un mecanismo de garantías y avales para gobiernos con dificultades de pago. Un monto inédito, pues tan sólo el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa al término de la Segunda Guerra Mundial implicó recursos por 17 mil 600 mdd, que a valor actual serían 120 mil mdd (cálculo de la Hoover Institution, de la Universidad de Stanford). Así, el paquete puesto sobre la mesa por gobiernos europeos equivale a 7.6 planes Marshall.

Varios analistas y economistas señalan también a Portugal, el país más pobre en la zona euro, con una deuda pública del 80% del PIB, como el siguiente país que tendrá problemas. Y muy cerca del mismo sitúan a España, cuyos bancos se convirtieron en el pasado mes de mayo en los principales demandantes de crédito al Banco Central Europeo. Un alto funcionario del BBVA, el segundo banco de España después del Santander, lo decía de una manera cruda: “Los mercados financieros han retirado su confianza en nuestro país. Para la mayoría de empresas y entidades españolas, los mercados internacionales de capitales están cerrados”; una situación de emergencia que se vive en medio de la especulación desenfrenada en el sector inmobiliario y un mercado de trabajo en el que más del 33% de los trabajadores tienen un empleo precario y el 19% (casi 4,5 millones) están desocupados.

21 de junio de 2010.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 27 de junio de 2010)
El Otoño del Imperio

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