sábado, 12 de julio de 2014

Termina la Copa Mundial de Futbol 2014 en Brasil

Jesús Hernández Garibay

Llevada a cabo entre el 12 de junio y el 13 de julio de este año, culminó luego de cuatro intensas semanas la XX edición de la Copa Mundial de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), Brasil 2014. Como se sabe, los preparativos para este mundial se vieron empañados por retrasos en las obras y protestas de distintos sectores de la sociedad brasileña, cuestionando al gobierno y a la FIFA por invertir miles de millones de dólares en grandes eventos deportivos y dejando de lado mejoras en varios sectores sociales, como salud y educación. Las protestas a lo largo de 2013 y en este 2014 se llevaron a cabo a través de grandes manifestaciones y graves disturbios, que se intensificaron en las semanas previas al comienzo de la Copa Mundial y los primeros días de su celebración.

A pesar de esas expresiones de descontento que se mantuvieron en el transcurso del evento, éstas se alcanzaron a controlar por los cuerpos represivos brasileños, por las promesas del gobierno y la FIFA de atender luego las necesidades de distintos sectores populares, y por la propia gente que en el alto espíritu futbolero de Brasil y sustento generoso al turismo, convirtieron dicha celebración en un magno y gozoso suceso deportivo de alto nivel. No obstante ello, durante el transcurso de la prueba la FIFA fue acremente criticada por el triste papel de sus árbitros o la severidad de sus castigos, a más del abuso con los haitianos al cobrar dos millones de dólares por los derechos de transmisión de televisión, o la amenaza de sanción en contra del equipo de Argentina, por atreverse a presentar en una pancarta: “Las Malvinas son argentinas”. Señalamientos todos al elitismo de ese club trasnacional de monarcas en que se ha convertido.

Fundada en 1904, hoy sólo unos cuantos trabajan en la sede en Zúrich de la FIFA y solamente unos mil privilegiados trabajan en los 209 países miembros. Los 24 miembros de su Consejo, que reciben cada uno un pago de 50 mil dólares al mes, pasan su tiempo viajando por el mundo y haciendo tratos con Estados-naciones y corporaciones. De un modo muy similar al FMI, la rotación de personal es mínima; la mayoría de sus empleados han ocupado sus puestos durante ya unos 20 años. Así, la FIFA maneja la comercialización de cada producto vinculado al fútbol profesional, el patrocinio y los derechos de la televisión, que se traduce en un mercado de 500 mil millones de dólares; un verdadero ícono de los negocios, apenas paga impuestos, por lo que nunca pierde dinero, lo que la vuelve un verdadero paraíso para sus indelebles socios.

Una refrescante isla en el océano de la danza de los millones que ganaron sobre todo aquellas trasnacionales vinculadas a esos suculentos negocios, resulto ahora el rol jugado por la relevante televisora sudamericana TeleSur (telesurtv.net), que durante la celebración transmitió aparte de un magistral seguimiento del evento, dos emisiones trascendentes: de un lado el ciclo de 13 capítulos “Fútbol pasión”, conducido por el prestigioso escritor uruguayo Eduardo Galeano, autor de “El fútbol a sol y sombra” (Siglo XXI), acompañado por el periodista argentino Ezequiel Fernández Moores; del otro, el programa diario “De Zurda”, protagonizado por la leyenda viva argentina Diego Armando Maradona, y Víctor Hugo Morales, carismático comentarista y periodista uruguayo. Esto fue, con mucho, algo de lo mejor que fue visto por millones de telespectadores en esta XX edición de la Copa Mundial.

12 de julio de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 13 de julio de 2014)
El Otoño del Imperio

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