domingo, 25 de mayo de 2014

Benghazi: Una Piedra Más en el Zapato de Obama

Jesús Hernández Garibay

El 11 de septiembre de 2012 se produjo el asalto al consulado estadounidense en Benghazi, en esa ciudad del este de Libia. El asalto provocó la muerte de varias personas, entre ellas la del embajador estadounidense en el país africano, Christopher Stevens, así como la de varios soldados y funcionarios. La respuesta inmediata al inesperado suceso fue el envío, por parte de Washington, de 50 marines de la Flota del Equipo de Seguridad Antiterrorista y dos buques de guerra a Libia, así como evacuar a su personal diplomático en el país. Pero a la vez y desde entonces, el evento fue convertido en un punto de aguda crítica para la presidencia de Barack Obama, que supone que si el mandatario hubiese actuado a tiempo, el embajador y sus custodios estarían hoy reunidos con sus familias.

Hasta hace un tiempo la Casa Blanca podía considerar que el hecho era un tema olvidado y que no influiría sobre los comicios electorales de 2014 y 2016. No obstante, la organización “Judicial Watch” interpuso de tiempo atrás una demanda que obligó al gobierno a dar a conocer el contenido de documentos que no se habían hecho públicos en año y medio. Ahora, la revelación de correos electrónicos sobre el tema, originados un día después de la masacre por el asesor presidencial Ben Rhodes, destapó una Caja de Pandora que dicen, tiene el potencial de convertirse en un nuevo “Watergate”, pues en esos correos Rhodes instruye a Susan Rice, embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, sobre la forma en que debía explicar los acontecimientos en el curso de cinco comparecencias televisadas el domingo 16 de septiembre del 2012.

Siguiendo las instrucciones de Rhodes, la Embajadora Rice ofreció en todas sus comparecencias la versión de que el ataque al Consulado había sido una reacción espontánea contra un video aficionado norteamericano donde se atacaba al Profeta Mahoma, y no un acto terrorista orquestado por Al Qaeda. La versión, sin embargo, no ha sido del agrado de grupos conservadores; desde hace meses estos grupos insisten en que la Casa Blanca miente, pues entre otros datos existen alertas preventivas de gobiernos acerca de la preparación del ataque por Al Qaeda, que no tomaron en cuenta ni Obama ni Hillary Clinton, entonces encargada del Departamento de Estado. Hasta hace unas semanas el republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, se había resistido a nombrar un Comité que investigara el escándalo; ahora, ante la presunta evidencia de encubrimiento, no tuvo más alternativa que acceder a su creación.

En enero pasado, J. D. Gordon, un comandante retirado de la Armada publicaba un artículo en la página editorial del diario “USA Today”, en el que escribe que el alegato de que Al Qaeda no estuvo involucrada “no solo contradice a las autoridades de inteligencia de EUA…, sino que a propósito minimiza el peligro que representa para todos los estadounidenses una amplia variedad de grupos terroristas islámicos radicales…” Este artículo editorial, en un periódico de amplia circulación en Estados Unidos, no es más que una de las muchas expresiones de malestar proyectadas en los medios, en contra del supuesto encubrimiento presente en el entorno del gobierno de Obama que, como han dicho algunos, amenaza con colocar al presidente “en medio de la tormenta perfecta para un enjuiciamiento…” Un sueño, claro, largamente acariciado por el “Tea Party” desde que toma posesión Obama en 2009.

25 de mayo de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 25 de mayo de 2014)
El Otoño del Imperio

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