domingo, 18 de mayo de 2014

Crece el Número de Trabajos Precarios en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El pasado 5 de mayo, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, señalaba que, según las previsiones del organismo, la economía global crecerá un 3,5% en 2014. En su discurso durante la apertura del “Forum 2014” de la OCDE, Gurría señalaba que la economía global está mostrando “importantes signos de mejora”; no obstante, afirmaba que los progresos registrados “no son suficientes” para acabar con el desempleo, que afecta a 202 millones de trabajadores y de manera particular a 73 millones de jóvenes. Recién en Estados Unidos se vive, al respecto, un aliento, pues el índice del desempleo para el mes de abril ha mejorado; el problema se mantiene, sin embargo, agravado por las condiciones adversas de quienes sí trabajan, en condiciones precarias.

En efecto, a pesar de que la cifra de los trabajos formales mejora, un creciente número de trabajadores en EUA no cuenta con un trabajo estable de largo plazo, vinculado a un negocio en particular. Por el contrario, muchos trabajadores laboran en trabajos temporales, por obra o tiempo determinado, en empleos precarios sin mayores prestaciones. Ello pone al trabajador a expensas de su patrón, que puede despedirlo en el momento en que lo desee, lo que implica un régimen de inseguridad laboral sin derecho a seguridad social y pensión. El asunto no es menor, pues la Oficina de Cuentas Nacionales estima que dicha condición alcanza al 30 por ciento del total de los trabajadores, los cuales son empleados en alguno de los tipos de “contrato de trabajo contingente” que incluye a trabajadores independientes de tiempo parcial (“freelancers”).

Los trabajadores por obra o tiempo determinado son empleados en toda la economía formal, en todas las industrias y en prácticamente todas las ocupaciones. Dicho empleo incluye a trabajadores por obra contratada con sueldos bajos en la agricultura, la construcción, la industria, el comercio minorista y los servicios. De manera particular, es en la educación superior donde se ubica uno de los sectores más afectados: gran cantidad de profesores adjuntos, que son contratados profusamente en cada ciclo escolar para dar clases frente a pizarrón, con sueldos bajos y sin prestaciones. De hecho, las cifras muestran que a principios de los ochenta el 40 por ciento de los profesores en Colegios y Universidades tenían un “trabajo contingente”, mientras que hoy rebasan el 70 por ciento del total (Friedman, “Truthout”, 9 de mayo de 2014).

En su discurso, el secretario general de la OCDE añadía que son insuficientes los esfuerzos que se han hecho para resolver la economía mundial; sobre todo, decía, cuando las desigualdades en muchos países están creciendo ahora más rápido que antes de la crisis, y cuando la confianza en líderes, gobiernos, parlamentos, empresas, bancos, agencias de rating, reguladores y medios de comunicación “se está erosionando y alcanzando niveles mínimos récord…” Como quiera, lo cierto es que es el “libre mercado” el que manda; de hecho, a partir de la recesión económica de principios del nuevo siglo y de la anémica recuperación desde el 2007 hasta el presente, los patrones han rechazado los contratos de trabajo de largo plazo y los trabajadores han tenido que aceptar de facto la creciente precariedad en el empleo. Así, ninguna acción de política educativa o laboral, por contundente que parezca, podrá mejorar la perspectiva del empleo/desempleo, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo

18 de mayo de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 18 de mayo de 2014)
El Otoño del Imperio

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