domingo, 8 de septiembre de 2013

Se Desmorona el Argumento de Estados Unidos para Atacar Siria

Jesús Hernández Garibay

En relación con el supuesto ataque con armas químicas el 21 de agosto en Ghouta, un suburbio de Damasco, en el que murieron centenares de sirios, un grupo de rebeldes confirmó el sábado 31 en una entrevista con Dale Gavlak, corresponsal de Associated Press en Siria, su responsabilidad de lo que califican fue un “accidente”. Según el testimonio de los rebeldes opositores al régimen sirio, las armas provenían de Arabia Saudita e iban destinadas al Frente Al Nursa, grupo afilado a Al Qaeda. Los rebeldes declararon a la periodista que ellos fueron los responsables por el suceso que varios países occidentales atribuyen al gobierno de Bashar Al-Assad.

El grupo opositor afirmó que el hecho se produjo por el mal manejo de esas armas. “En numerosas entrevistas con los médicos, residentes de Ghouta, los rebeldes y sus familias ―escribe Gavlak―, muchos creen que los rebeldes recibieron armas químicas del jefe de la Inteligencia saudí, el príncipe Bandar bin Sultan, y que fueron ellos los responsables de llevar a cabo el ataque con gas…” (Mint Press News). La información obtenida por la periodista contradice completamente a los pretextos que esgrime la Casa Blanca, que a través de su titular del Departamento de Estado John Kerry se ha referido a la “alta confianza” que le merecen las pruebas que dice tener en su poder y que ―afirma― implican a Al Assad en el ataque con armas químicas.

En los hechos, esta nueva circunstancia, además del retiro de Gran Bretaña y otros gobiernos a participar como aliados de Estados Unidos en un ataque abierto en contra del gobierno de Damasco, ha obligado al presidente Barack Obama a dar un paso atrás y proponer que sea el Congreso de su país y no él mismo, el que decida acerca de la guerra contra Siria. Lo cual para muchos exhibe al presidente como inseguro de su habitual papel de “comandante en jefe” de un poderoso ejército, limitado a la vez por el 60 por ciento de los estadounidenses que consideran que EUA no debe intervenir en Siria, frente a sólo el 9 por ciento que piensa que sí (encuesta de la agencia Reuters).

Sabido es que Arabia Saudita resulta ser la principal fuente de financiación y de entrega de armas a los rebeldes sirios, a través de sus servicios de Inteligencia; esto es así porque Riad tiene un interés particular en la caída del régimen de Assad, dado el apoyo que recibe de su archienemigo Irán. The Washington Post, por su parte, ha informado que la CIA arma a los grupos rebeldes a través de bases clandestinas establecidas en Turquía y Jordania, con el objetivo de reforzar al llamado Ejército Libre Sirio ―tal y como se acordó en la última cumbre de “Amigos de Siria” en abril―, a través del Consejo Supremo Militar. De su lado, la Coalición Nacional Siria, un grupo apoyado por las monarquías absolutistas del Golfo y Occidente, eligieron recientemente a Ghassan Hitto, nacido en Siria, que ha vivido los últimos 30 años en Dallas, Texas, y ha sido ejecutivo de la empresa IT en ese estado, como su carta fuerte para un eventual gobierno post-Assad.

8 de septiembre de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 8 de septiembre de 2013)
El Otoño del Imperio

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