lunes, 22 de abril de 2013

Hacia una Nueva Ley de Inmigración en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Con una participación de más de 100 mil personas, el pasado miércoles 10 de abril se llevó a cabo en los predios del Capitolio de la ciudad de Washington una marcha de activistas, inmigrantes y líderes comunitarios para exigir que el Congreso apruebe pronto la reforma que permita la legalización y eventual ciudadanía de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. De acuerdo con sus organizadores, la manifestación buscaba enviar un mensaje de urgencia en favor de una reforma que pusiera freno a las deportaciones y la separación de las familias inmigrantes; en la misma, se escucharon discursos de líderes comunitarios y personalidades del mundo artístico, político y sindical.

La marcha coincidió con el séptimo aniversario de la gran protesta de 2006 que tuvo por escenario a más de 100 ciudades del país, donde más de un millón de personas se manifestaron contra una ley que habría impuesto condenas a todos los inmigrantes sin papeles. Organizada por una coalición de grupos cívicos, religiosos, empresariales y sindicales, la marcha del día 10 buscaba ahora apoyar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados residentes en la Unión Americana y se llevó a cabo en un momento en que ambas cámaras del Congreso elaboran un plan que supondría la mayor reforma del sistema migratorio desde la “amnistía” de 1986 durante la presidencia de Ronald Reagan.

Como se recuerda, la reforma migratoria integral fue una promesa de campaña de Barack Obama en las presidenciales tanto del 2008 como del 2012. Y aunque datos oficiales revelan que desde la llegada al poder del gobernante afroamericano en enero de 2009 han sido deportados más de millón y medio de inmigrantes (tan sólo en el 2012 a cerca de 410 mil), se tiene la esperanza de que en su segundo periodo, el presidente apoye decididamente dicha reforma. Además de la marcha en Washington también había previstas movilizaciones en otros estados del país como California, Arizona o Florida, aunque en esta ocasión no superó la cifra de más de un millón de inmigrantes que marcharon en todo EUA en 2006; pero la misma forma parte de una continua movilización nacional y campaña de presión política de una amplia coalición en favor de la reforma migratoria.

Los legisladores, de su parte, se han mantenido divididos sobre asuntos como la configuración de un programa de “trabajadores huéspedes”, el control de futuros flujos migratorios, el cronograma para el debate y la votación final, así como el costo de su puesta en marcha. Obama, de su parte, ha afirmado que si el Congreso no actúa pronto, él enviará su propia propuesta que garantice “un proceso justo” que permita a los indocumentados “ganarse” el derecho a la legalización y la eventual ciudadanía, y que incluya el fortalecimiento de la seguridad fronteriza, una vía para la eventual legalización y ciudadanía de los indocumentados, tanto como sanciones para empresas que contraten a sabiendas de su estatus de ilegales; asimismo, un sistema para verificar dicho estatus, y sobre todo mejoras en el actual sistema para seguir atrayendo a talentos. Por cierto, a nuestros talentos.

22 de abril de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 21 de abril de 2013)
El Otoño del Imperio

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