sábado, 6 de abril de 2013

Chipre es el Nuevo Capítulo de la Crisis

Jesús Hernández Garibay

El nuevo capítulo de la crisis en Europa se llama Chipre, una nación euroasiática miembro de la Unión Europea, situada en la isla del mismo nombre. Y en esta parte de la historia, los responsables principales de nuevo son los bancos, que antepusieron su avaricia a la gestión responsable de sus funciones; compraron deuda griega barata a trasmano, pensando en que podrían lograr luego pingües ganancias, pero obligado su gobierno por sus propias deudas, estableció una quita, y así los bancos perdieron gran parte del dinero invertido. El Cyprus Bank, el más grande del país, llegó a tener 2 mil 400 millones de euros en bonos griegos; el Laiki Bank, el segundo, otros 3 mil 400 millones, y había que pagar ahora, así que no logrando asumir las pérdidas acudieron a papá gobierno.

Cuando los políticos chipriotas vieron que los bancos estaban quebrados, tuvieron dos opciones: liquidarlos ordenadamente, o plantear a sus conciudadanos que fueran ellos los que pagaran los platos rotos de las malas inversiones. Así decidieron el “rescate”, pero dado que las pérdidas del sistema financiero fueron de 10 mil millones de euros para un país con un PIB de sólo 17 mil 800 millones, el Estado no pudo asumirlo. Entonces pidieron su apoyo a la Zona Euro y al FMI. Estos, desde luego, pensaron que la mejor solución sería la receta griega y plantearon al gobierno chipriota que les darían asistencia financiera por 10 mil millones de euros, pero a cambio de duras condiciones para someter al sector bancario a una completa reestructuración, que deja en la chilla a los ciudadanos...

El problema mayor, no para los chipriotas ―estos ya fueron de nuevo saqueados por banqueros― sino para el resto del mundo, es que Chipre es un muy importante “paraíso fiscal”. Los paraísos fiscales son “un verdadero hoyo negro” que ofrecen refugio a los capitales de cualquier parte con gravámenes cero o muy bajos; además de magníficos rendimientos para todo tipo de transacciones financieras, manteniendo el secreto bancario de manera casi absoluta sobre titulares de cuentas y beneficiarios, así como del origen y destino de los depósitos y retiros. Como se advierte, un lugar ideal para evadir impuestos y lidiar con recursos de procedencia ilícita, o sea, lavar dinero.

Pero además en medio de la crisis global estos sitios se han vuelto lugar favorito para que los más ricos del orbe escondan su dinero, en espera de “que las cosas mejoren en el mercado”. Se calcula que en los 60 “paraísos fiscales” existentes (3 veces más que hace 40 años) están depositados unos 13 billones de dólares, dando “refugio” a unos 2 millones de corporativos o 10 millones de personas del mundo entero, en más de 2,4 millones de empresas fantasma; con una población de sólo poco más de un millón de personas y 9 mil kms. de territorio, en Chipre hay 34 bancos y 41 mil “empresas internacionales”. Virtual fuga de capitales de todos lados y más del 50% del dinero proveniente del comercio internacional. Obvio es, entonces, que la crisis ahí deba tener preocupados a aquellos ricos en ese y el resto de los “paraísos fiscales”, donde el dinero podría también evaporarse…

6 de abril de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 7 de abril de 2013)
El Otoño del Imperio

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