domingo, 23 de diciembre de 2012

Los Intereses Armamentistas Detrás de los Atentados en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

La masacre de la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut el pasado 14 de diciembre, con un saldo de 28 muertos, entre estos 20 niños, ha sido la más reciente de las tragedias sufridas por una nación que incontables veces en el pasado se solazó de poseer en el “american way of life” el mejor estilo de vida del mundo. Paradójicamente, los últimos 15 años ha padecido 32 asesinatos masivos con un execrable saldo de 292 muertos; ello sin contar lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en que murieron alrededor de tres mil personas, ni datos oficiales recientes que indican que tan sólo en 2010 sucumbieron por armas de fuego 2 mil 694 menores de edad.

En esos tres últimos lustros ha habido ocho atentados con un saldo mayor a 10 muertos en seis estados. En 1999 la masacre en la escuela de Columbine, Colorado, con 15 personas muertas; en 2005 la de Red Lake, Minnesota, con 10; en 2007 la de Virginia Tech con 33 (ésta fue la peor masacre llevada a cabo por una sola persona en la historia de Estados Unidos y una de las más mortíferas en el mundo); en 2008 la de Covina, California, con 10 personas muertas; en 2009 la masacre en el Condado de Geneva, Alabama, con 11, además del tiroteo de Binghamton, Nueva York, con 14, y el tiroteo de Fort Hood, Texas, con 13; en 2012 el tiroteo en un cine de Aurora, Colorado, con 12 personas muertas.

Una realidad imposible de cambiar, pues la venta de armas en todo el territorio de la Unión Americana se sustenta en fuertes intereses de la industria armamentista que son defendidos a capa y espada por la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), una asociación fundada desde hace más de 140 años, quien respalda el derecho a tener armas por parte de cualquier ciudadano en la llamada Segunda Enmienda de la Constitución (que establece: “el derecho a poseer y portar armas no será infringido”), y ofrece a sus 4 millones y medio de miembros y 30 millones de simpatizantes asesoría legal para salvaguardar este derecho.

Una de las principales fortalezas de la NRA es el Instituto de Acción Legislativa o NRA-ILA que desde 1975 es su brazo político. Este instituto se encarga de cabildear en el Capitolio y en las legislaturas locales acciones en favor de la Segunda Enmienda y combate todas aquellas iniciativas que busquen limitarla. A la vez, favorece las candidaturas de posibles representantes y/o senadores que apoyen las iniciativas en favor de la libertad para comprar y vender armas. De hecho, NRA-ILA es, en el fondo, un principalísimo bastión del llamado “lobby” armamentista; la Asociación está tan vinculada a ello que en la página principal de su Sitio ésta se congratula en agradecer a la poderosa compañía armamentista Smith & Wesson el ser un importante contribuyente en su desarrollo.

En la actualidad la NRA está encabezada por Wayne LaPierre, un experimentado cabildero para quien la frase: “Más armas, menos crímenes”, define lo que según su punto de vista es necesario hacer hoy en su país. Otros acérrimos defensores suyos, lo dicen de esta manera: “Hay cuchillos, martillos, bates de béisbol, todo tipo de cosas que han matado a la gente, hay locos en coches que matan a la gente; y no se escucha nada acerca de su restricción… Un rifle no mata gente, es la gente la que mata a las personas...” Aunque a pesar de su principal propósito, curiosamente la NRA-ILA trata de influir ahora también en temas como la Reforma de Salud, la financiación electoral o las regulaciones a Wall Street, lo que deja ver los intereses que tiene, más allá del simple asunto de las armas.

El mayor problema para el gobierno hoy, sin embargo, no son las interpretaciones o el cabildeo que alrededor del tema se tenga; el asunto es si en verdad sería posible prohibir o destruir hoy 40 millones de armas en un país con más de 300 millones de habitantes (los datos difieren y hay quien calcula incluso que 90 millones de ellos poseen 200 millones de armas); una tarea en extremo difícil, en medio de una industria que tiene sobre todo en la venta de las armas cortas las mayores ganancias. En su conjunto, se estima que las industrias, los importadores y las armerías emplean a casi 100 mil personas y facturan unos 32 mil millones de dólares anuales. Las armas de puño, pistolas y revólveres, son las más vendidas y entre 2007 y 2011 tuvieron un incremento de 104 por ciento en las ventas.

Mucha gente, no obstante, manifiesta ya grandes temores; y es que la gran pregunta que se hace ahora es si Adam Lanza, el autor de la masacre de Sandy Hook, habría podido matar con tanta facilidad a tantos si no hubiera tenido ese fácil acceso a las armas que su madre guardaba en su casa… Por ello es que tras la masacre, la página de la Asociación Nacional del Rifle en Facebook fue invadida por mensajes de usuarios indignados que se lanzaron contra la organización por defender el derecho a poseer armas, argumentando que se podría haber evitado la tragedia si el control de las mismas hubiera sido más firme. El Facebook de la NRA ya no estaba disponible para el viernes 14 por la tarde, alrededor de 10 horas después de la masacre; desde ese mismo día tampoco aparece ni un solo mensaje propio en su cuenta en Twitter.

23 de diciembre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 23 de diciembre de 2012)
El Otoño del Imperio

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