lunes, 3 de diciembre de 2012

El Triunfo de Obama, Reflejo de los Cambios en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Luego de tres semanas de las elecciones en Estados Unidos, un análisis más detenido acerca de las condiciones en las que gana de nueva cuenta la presidencia el actual mandatario Barack Obama permite advertir reveladores detalles que, sin duda, tendrán en ese país un cada vez más amplio significado en los años por venir. De hecho, como por otra parte ha sido reconocido en diversos medios informativos, son propiamente las minorías quienes por segunda ocasión llevan a Obama a un nuevo periodo, en un país que vive nuevas circunstancias que marcan su futuro, más allá de “la potencia indispensable” del planeta, que como tal la define hoy el primer presidente afroamericano de la nación.

De los más de 119 y medio millones de ciudadanos que sufragaron en las urnas, casi 61 lo hicieron por Obama y cerca de 58 por Romney; así, el voto popular confirmó la importancia de la diferencia de los 334 delegados electorales del presidente, frente a los 206 del empresario. No obstante, en relación con la elección de 2008, lo obvio es que Obama no despertó ahora el mismo entusiasmo que en su primera elección; en 2008 hubo una participación cercana al 65% (más de 148 millones), el porcentaje más alto desde 1908 y la mayor cifra de electores desde 1960, lo que dio un triunfo al demócrata con más de 69 millones de votos y 365 votos electorales, casi 10% más arriba que los de 2012.

Es decir, en esta ocasión con una participación de alrededor de un tercio menos de electores que en el 2008, Obama obtiene también unos 9 millones de votos menos; el mismo Romney no consiguió superar en número de votos al senador McCain, pues alcanzó dos millones y medio de votos menos (57 millones frente a casi los 60 de McCain). Lo que revela un desgaste institucional que en una época de decadencia podría tornarse cada día más significativo. Romney, desde luego, redujo sensiblemente la diferencia en número de votos contra Obama, pero más que por sí mismo debido en parte a la gran pérdida de electores del gobernante; hace cuatro años Obama obtuvo 10 millones de votos más que McCain, mientras esta vez logró sólo algo menos de dos millones de votantes frente a Romney; una diferencia del 52%-45% de hace cuatro años, frente al 50%-48% de ahora.

La victoria de Obama fue resultado de diversos factores; desde luego de los errores y limitaciones del republicano, pero sobre todo del voto de las minorías, pues como se sabe Obama recibió más de la mitad del voto de las mujeres jóvenes y trabajadoras, casi dos tercios de los votos de jóvenes entre 18 y 29 años y poco más de la mitad de quienes tienen entre 30 y 44 años, además, curiosamente, del de 7 de cada 10 de origen judío; pero sobre todo del 93% de los afroamericanos, del 73% de los de origen asiático y del 71% de los hispanos. Una virtual “coalición arcoíris” que derrota a la población blanca y en particular al puritanismo del blanco anglo-sajón (WASP), confirmando la tendencia del creciente peso de las minorías, aunque también evidenciando el de la desconfianza que con paso lento pero ineludible por ahora crece en capas de la población que dejan de votar.

3 de diciembre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 2 de diciembre de 2012)
El Otoño del Imperio

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