miércoles, 11 de enero de 2012

Estados Unidos Da Pasos Hacia un Estado Totalitario

Jesús Hernández Garibay

Virtualmente no destacada en los medios informativos, en momentos en que los estadounidenses se disponían a brindar por el nuevo año con sus familias, el presidente Barack Obama firmó en Hawai el pasado 31 de diciembre la llamada Ley de Autorización de la Defensa Nacional (National Defense Authorization Act / NDAA). La Ley fue propuesta en abril de 2011, aprobada por la Cámara de Representantes el 26 de mayo, sancionada por el Senado el 1º de diciembre y firmada por el presidente, en un acto silencioso, en la víspera del 2012. A partir de ello, al ser considerado como “terrorista” o coadyuvante de una actividad terrorista, cualquier ciudadano puede ser detenido, sin derecho a juicio.

La firma de esta Ley equivale a la militarización de la vida civil en Estados Unidos, pues deroga la Ley Posse Comitatus, una ley federal aprobada en 1878 cuyo fin era establecer límites al Gobierno Federal en el uso de militares como fuerzas del orden. La Ley Posse Comitatus prohíbe a los cuerpos uniformados federales (Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional) ejercer atribuciones propias de las fuerzas del orden público, como la policía, en propiedades no federales dentro del territorio nacional; impide al personal militar tener autoridad de ley y orden en la misma Unión Americana, excepto bajo la autorización expresa de la Constitución o del Congreso.

La aprobación de la NDAA, indican analistas en espacios de las redes sociales donde mejor fue conocida la noticia de su firma, “está íntimamente relacionada con la agenda mundial militar de Washington. La búsqueda de la hegemonía militar de todo el mundo requiere también la ‘militarización de la Patria’, es decir, la desaparición de la república estadounidense…” (Chossudovsky); lo que significa, desde ahora, que manifestantes pacíficos puedan ser arrestados, acusados como terroristas potenciales y condenados sin juicio ni abogado. Desde su presentación, el proyecto de ley pretendía justificarse, insinuando que “Estados Unidos es un Campo de Batalla” y que ello otorga el derecho a los militares a detener indefinidamente a ciudadanos sin las debidas garantías.

Con la excusa del 11 de septiembre ya el entonces presidente George W. Bush había decretado que sus ejércitos detuvieran, sin el más mínimo derecho a su defensa, a cualquier ciudadano del mundo considerado “sospechoso de terrorismo”. Lo que ahora hace Obama es llevar ese precepto hasta sus últimas consecuencias, violando la Constitución y estableciendo un estado de excepción en su mismo país. Según Obama, lo justifica la amenaza de Al Qaeda; pero aunque diga que tiene serias reservas con respecto a ello (“mi administración no autorizará la detención militar indefinida sin juicio a ciudadanos estadounidenses... creo que al hacerlo se rompería con nuestras más importantes tradiciones y valores como nación…”), al estampar su firma, consciente o inconscientemente contribuye al riesgo de un estado totalitario mundial, vestido con traje de civil. Una circunstancia que en medio de la crisis avanza; lenta pero segura…

11 de enero de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 15 de enero de 2012)
El Otoño del Imperio

Military Could Detain Americans Indefinitely, Cenk Uygur & Ben Mankiewicz

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