domingo, 4 de diciembre de 2011

Crecen y se Fortalecen Movimientos Sociales en Distintos Países

Jesús Hernández Garibay

Luego de las espectaculares jornadas que dieron forma hace casi un año a la llamada “revolución de enero” en Plaza Tahrir, El Cairo, Egipto, que obligaron al ejército a desplazar del poder a Hosni Mubarak para tratar de encontrar un periodo de estabilidad hacia un nuevo régimen que mantuviera los intereses del “status quo”, el llamado Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha tenido que hacer frente al creciente descontento social que, mediante nuevas y significativas manifestaciones en la misma plaza, exige ahora su renuncia y la formación inmediata de un gobierno civil independiente y ajeno al régimen de Mubarak. Lo peculiar, sin embargo, es que dicho descontento es sólo uno entre varios que se desenvuelven en distintos países.

En Grecia cada vez más analistas advierten que está cercano el momento en que la precaria situación financiera que trata de ser paliada mediante la sustitución de un gobierno de “izquierda” por el de Lukas Papademos más cercano a los intereses bancarios en juego, en lo que se convertirá será en “un shock sistémico demasiado grande y no administrable con supuestos económicos convencionales”. El país vive ya una fuerte escalada de tensiones políticas y sociales con la huelga general que paralizó el país por dos días en octubre y la nueva del reciente 1º de diciembre, la séptima en lo que va del año, en protesta contra las medidas de austeridad y las reformas fiscales, los despidos y la homologación de los sueldos que reducen ingresos de algunos trabajadores hasta en un 55 por ciento.

En lo que se considera la más grande movilización en la historia del país, el 24 de noviembre decenas de miles de personas salieron a las calles de Portugal durante otra huelga general contra las medidas de austeridad que fueron adoptadas por el gobierno: recortes en los sueldos de los empleados públicos, recortes en las pensiones, recortes en la educación y la salud, menos acceso a prestaciones por desempleo y otros beneficios sociales, que aumentan el número de las horas de trabajo. La mayoría de los huelguistas eran empleados públicos y su impacto fue particularmente fuerte en el sector del transporte, pero participaron también estudiantes y profesores de las universidades e insólitamente unos 10 mil policías y soldados de la fuerza aérea, infantería y marina.

En Italia, el longevo líder y calificado como “bufón” Silvio Berlusconi se vio obligado a dimitir en favor del banquero Mario Monti, para quien las nuevas medidas de austeridad derivadas del proyecto de ley de reforma impuesto por la Unión Europea y aprobado por el parlamento, son la única solución viable a lo que una vez que se manifieste abiertamente será la más grave crisis europea en medio siglo. Curiosamente, tanto en este último país como en los anteriores y en muchos otros, los movimientos de indignados se articulan con los movimientos de ocupación en plazas públicas de Europa, Estados Unidos y otros países árabes, trasponiendo fronteras en un movimiento mundial que crece y se fortalece bajo la bandera de “No austeridad, ocupa en todos lados...!”

4 de diciembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 4 de diciembre de 2011)
El Otoño del Imperio

Revolucracia, la semilla del cambio. 2011

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