viernes, 9 de diciembre de 2011

Nace la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños

Jesús Hernández Garibay

Los días 2 y 3 de diciembre últimos se dio inicio formal en la ciudad de Caracas a la llamada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), un esfuerzo más que continúa modificando, como ya lo han hecho otros anteriores, el mapa político del continente. La CELAC nace en un momento crucial y fundamental para las repúblicas nuestramericanas, en un nuevo avance soberano que busca romper en definitiva con el esquema interamericano nacido en 1948 a raíz de la IX Conferencia de Estados Americanos de Bogotá que da vida a la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la tutela de Estados Unidos. Hoy, 33 países de nuestro subcontinente, deciden excluir a EUA y a Canadá de los asuntos que sólo competen a los latinoamericanos y caribeños.

En la búsqueda por la independencia y la integración para un desarrollo económico y social justo, exento de las cadenas trasnacionales a las que el dólar ha sometido a nuestra región, muchas voluntades intentaron antes resolver las trabas: esfuerzos como la ALALC y la ALADI, el Pacto Andino, el Mercado Común Centroamericano, la Comunidad Económica del Caribe o el Sistema Económico Latinoamericano, son algunas de tales intenciones que desde 1987 fueron robustecidas por lo que sería el Grupo de Río. Junto a estos, la creación del Parlamento Latinoamericano y el apoyo de la Central Latinoamericana de Trabajadores a la Comunidad Latinoamérica de Naciones, les dio continuidad a todos ellos en la búsqueda de nuestra independencia.

El nacimiento en 1991 del MERCOSUR y unos años después de la Asociación de Estados del Caribe y del Área de Libre Comercio Suramericana, acompañan la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) impulsado por Estados Unidos con la participación de México y Canadá, como el principal antecedente en la intención por crear para su beneficio un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Por fortuna, ya en otro momento y al amparo de los triunfos electorales de Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador, entre otros, con la participación de Cuba se forma en diciembre de 2004 la ahora Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y desde mayo de 2008 la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).

La CELAC nace con el legado político del Grupo de Río en el marco de la III Cumbre de América Latina sobre Integración y Desarrollo, en el entorno de una nueva etapa en la que más naciones advierten la necesidad de avanzar en la búsqueda de un desarrollo verdadero sin el concurso de sus pretensos dueños. El hecho mismo de que en la coordinación de este nuevo esfuerzo participen gobiernos como los de Cuba y Venezuela ―a quienes las fuerzas derechistas más beligerantes han vilipendiado con dureza― bajo el pleno acuerdo de los más cercanos actuales “socios” de Washington: Colombia, Chile, Panamá, Costa Rica, México inclusive, habla de una creciente preocupación de estos por la crisis, pero también en los nuevos tiempos, de un cambio promisorio para nuestros pueblos.

9 de diciembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 11 de diciembre de 2011)
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