martes, 27 de diciembre de 2011

2011: La Crisis se Agrava y la Solución no se Vislumbra

Jesús Hernández Garibay

El año 2011 tendrá que ser irremediablemente recordado como aquél en el que el recrudecimiento de la crisis que acompaña al capitalismo mundial advierte de la incapacidad del mismo para resolver en forma duradera sus graves contradicciones. También lo será porque es ahora cuando los pueblos comienzan a tornarse de una manera más firme que antes de espectadores pasivos de su desolación en críticos activos en busca de un mejor destino que el que el sistema siempre les promete sin cumplirlo. Del surgimiento de este movimiento mundial de protesta en contra de las actuales condiciones del mundo hablaremos luego; por ahora comentemos la más reciente escena de la interminable crisis.

Acuciada por las deudas y el debilitamiento de los mercados, luego de meses de intentos por resolver las graves circunstancias financieras por las que atraviesan varios de los países de la Eurozona como Grecia, España, Portugal, Italia y otros, los gobiernos de Alemania y Francia proponen endurecer la disciplina fiscal, al contemplar la imposición de sanciones a los infractores que superen el techo de déficit superior al 3% del PIB, lo que en los hechos implica solamente un acuerdo intergubernamental y no una reforma a fondo de los tratados de Maastricht. La Comisión Europea pretende así revisar los presupuestos nacionales y el Tribunal de Justicia de la Unión verificar esa disciplina fiscal a fin de imponer, sin más, tales sanciones.

Este draconiano intento por controlar las economías nacionales, lo que realmente provoca es acentuar las profundas divisiones ya existentes en un bloque que amenaza con resquebrajarse, pues mientras el optimista presidente francés Nicolás Sarkozy asegura que “otra Europa está naciendo”, las principales bolsas europeas cierran con fuertes pérdidas en un mercado tenso por las amenazas de las agencias de calificación de rebajar la nota a la zona y las dudas sobre la eficacia de las medidas adoptadas en la reciente cumbre europea. “El mercado ―decía un analista financiero― ha considerado el acuerdo de la Unión Europea y se parece a los anteriores. Hay muchas buenas intenciones, pero falta aplicarlo y darle seguimiento. El mercado lo evaluó el fin de semana y decidió que la crisis no ha terminado…” (Christian Thwaites).

Y es que los problemas estructurales están lejos de ser resueltos. Los grandes bancos centrales han anunciado también recientemente una nueva acción coordinada para inyectar liquidez en los mercados y combatir así la escasez del crédito que afecta a la banca. Pero, como sabemos, inyectar liquidez sin un mayor sustento podría implicar jugar con fuego avivando una hiperinflación que, sin duda, contraerá más un mercado asediado por la disminución del consumo. Así, se posponen los problemas y la solución no se vislumbra, mientras más observadores advierten de “fuertes contratiempos en la economía del próximo año”, que traerán a los gobiernos “problemas considerables para cumplir los objetivos que se han marcado…” (Commerzbank). Pronóstico nada benigno para el 2012.

27 de diciembre de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 25 de diciembre de 2011)
El Otoño del Imperio

La crisis que cambiará el mundo

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