lunes, 31 de enero de 2011

El Foro de Davos y los Riesgos de una Crisis Social

Jesús Hernández Garibay

El domingo 30 de enero concluyó en Davos, Suiza, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). El Foro, ahora en su 41ª edición, volvió a reunir como lo hace cada año en esta época invernal, a la crema y nata del llamado libre mercado mundial, además de algunos seguidores que desean ser escuchados por la misma; un lugar como siempre, donde los más grandes de los grandes negocios pueden sembrarse o florecer, y donde como en diversas ocasiones, se reitera la facundia de la búsqueda del bienestar de la gente, aunque no sea la gente la que disfrute finalmente de ello. En este 2011 destacaron las discordancias al hablar de soluciones para terminar por fin con una prolongada crisis, en medio del clima de incertidumbre que dejan las revueltas populares en varios países del mundo árabe, que amenazan con seguir contaminando al resto del orbe.

Ya desde días antes de la inauguración del Foro 2011, Klaus Schwab, presidente del organismo, había precisado que este año el tradicional evento trabajaría con el objetivo de encontrar la forma de “evitar que la crisis financiera mundial se convierta en una crisis social…” Una intención muy a tono con las condiciones actuales del mundo, en que el incremento desmedido en los precios de los artículos de la canasta básica se entrevera con la baja en el empleo global y las graves limitaciones en la capacidad de consumo de la gente. Una circunstancia que igual que ahora golpea la estabilidad política de naciones como Túnez, Egipto, Yemen y otros países árabes, sacude también a países europeos, africanos y latinoamericanos, por no mencionar a los propios Estados Unidos.

También previo al encuentro fue dado a conocer el informe del mismo WEF “Riesgos globales 2011”, en su sexta edición, que concluye que la crisis financiera ha mermado la capacidad global para afrontar las dificultades; en su presentación, el director General y Comercial del Foro, Robert Greenhill, indicaba que “Los sistemas del siglo XX no logran afrontar los riesgos del siglo XXI…”, mientras el informe concluía que hay tres grupos de riesgos que generan importantes obstáculos: las debilidades estructurales a largo plazo de la economía internacional; la economía informal que en 2009 alcanzó 1.3 billones de dólares o más, y las limitaciones de agua, alimentos y energía. Un reconocimiento de que el “modelo económico” imperante ha fracasado y, por ello, diversos países se encuentran en la antesala del conflicto social.

De nueva cuenta como en otros años y otros foros internacionales, en este WEF los grandes países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) acordaban que en julio próximo sí se alcanzaría por fin un acuerdo sobre la Ronda de Doha de liberalización comercial, a la vez que se discutiría acerca de las normas necesarias para hacer posible la cooperación mundial en esta nueva etapa; una fantasía entreverada con los grandes intereses implicados y no cumplida hasta ahora, después de diez años. También se propuso la creación de una Red de Respuesta a los Riesgos para que, de manera similar a lo que sucedió en los casos de Grecia o Irlanda, se establezca un mecanismo para mitigar situaciones de crisis antes de que éstas ocurran o sean mayores. En fin, que ante la perspectiva de que los puntos débiles del “libre mercado” puedan causar una nueva crisis global en los próximos años, en esta versión 41 del Foro destacó la necesidad de recordar los riesgos que pueden dar al traste con los grandes negocios, por causa de las protestas sociales.

31 de enero de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de febrero de 2011)
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