jueves, 20 de enero de 2011

La Visita del Presidente Chino Hu Jintao a Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

La visita de Hu Jintao, presidente de la República Popular China, a la Unión Americana, llevada a cabo del 19 al 21 de este mes, se desenvuelve en el contexto del mordaz panorama por el que camina ahora un país en crisis, frente al pujante desarrollo de la economía del “Dragón Rojo”. El hecho, que golpea la conciencia de muchos ciudadanos estadounidenses, se sucede a la vez en medio del clima de zozobra ocasionado por la violencia que deriva en la muerte de ciudadanos en el mitin donde fue baleada Gabrielle Giffords, congresista por Arizona; en un acto llevado a cabo en la universidad de ese Estado, días después del abominable hecho, decía al respecto el presidente Barack Obama: “las pérdidas repentinas nos llevan a la introspección, a reflexionar sobre el presente y el futuro...” Un futuro en el que el mundo cambia, no del todo en favor de su país.

Como se sabe, la relación entre China y Estados Unidos es ahora desfavorable a este último. Beijing es, desde 2008, como poseedor de la mayoría de los bonos del Tesoro estadounidenses, el principal acreedor de EUA, por encima de Japón; y aunque se menciona que el principal acreedor de la Casa Blanca es más recientemente la Reserva Federal, lo cierto es que aun en medio de la crisis que golpea por todos lados, no existe comparación entre el crecimiento de China de un 8 al 10% en los últimos años, y el de EUA que fue de 0.4% en 2008, de -2.4% en 2009 y de 2.6% estimado por la OCDE en 2010. Para 2008 China había alcanzado un superávit de 368 mil 200 millones de dólares (mdd) en su balanza comercial, mientras EUA sufría en el mismo año un déficit de -568 mil 800 mdd. (según The World Factbook). Cifras que representan un dolor de cabeza para la Casa Blanca, por lo que implican al desempleo y el crecimiento de la pobreza.

Hu Jintao era esperado para entrevistarse con el presidente Obama, con quien debía tratar espinosos asuntos bilaterales como el valor comercial del yuan, considerado inconveniente para el crecientemente débil dólar, tanto como varios diferendos comerciales que han afectado las relaciones de las dos potencias económicas mundiales. A la vez, la visita del jefe de Estado se realiza al tenor de las tensiones ocurridas entre Corea del Norte (aliado de China) y Corea del Sur (aliado de Washington), lo que aumenta los temores de una mayor desestabilización en la región que al gobierno chino preocupa por lo que pudiera implicar para su nación como vecina de la zona. Asuntos todos para encarar, que requerirían de parte de Obama un rol de líder fuerte, que por el momento no alcanza.

Para el presidente Obama, el momento en el que se realiza la visita no resulta a la vez muy conveniente, dada la nueva correlación de fuerzas en el Congreso, desfavorable a su gobierno; circunstancia que lo obliga a adoptar internamente un discurso unitario, alejado de discordancias que pudieran ocasionarle mayores obstáculos en su administración. Por algo ha mencionado que espera con ansias la ocasión de trabajar tanto con demócratas como con republicanos para enfrentar los desafíos que encara el país. Por ello también ha planteado que la prioridad ahora es enfrentar los retos que el país tiene por delante, como la necesidad de crear empleos, forjar una economía más fuerte y competitiva, apuntalar el presupuesto, etcétera; aspectos todos que, de ser hoy una realidad y no una necesidad, le permitirían posibilidades distintas frente su rival mundial. Posibilidades que no alcanza, por lo que sólo puede mantener una actitud de respeto frente a su par chino.

20 de enero de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 23 de enero de 2011)
El Otoño del Imperio

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