domingo, 8 de junio de 2014

La Revolución del Gas Esquisto en Estados Unidos (Segunda Parte)

Jesús Hernández Garibay

La llamada “revolución” del gas de esquisto o gas natural de lutita (“shale gas”) en Estados Unidos, ha creado grandes expectativas por lo que implica en un renovado impulso a nuevos energéticos y la estimación de que a través de su extracción ese país sería autosuficiente en petróleo y superavitario en gas natural en menos de 30 años, lo que en esta época de crisis y decadencia ofrece una nueva esperanza a la economía nacional. El problema, sin embargo, es que la obtención del “shale gas” está demostrando tener un alto costo para la vida humana; al respecto, un reporte elaborado por la “Alianza Mexicana Contra el Fracking” deja ver que el resultado de la extracción del gas por el método de la “fractura hidráulica” implica graves problemas.

Para la obtención del gas y el petróleo de esquisto, cada pozo necesita de millones de litros de agua mezclada con arena y miles de litros de químicos que incluyen productos tóxicos. Esto significa, dice la Alianza, que “nos despedimos para siempre de estos millones de litros de agua usados para el fracking que no podrán ser usados para otras actividades humanas ni devueltas al ambiente de forma segura…” Así, las aguas residuales representan un grave problema colateral, del cual por cierto no se quiere hablar. Se dice que es posible evaporar el agua contaminada, pero no se aclara lo que ello implica para el medio ambiente, ya lastimado por las emisiones de gas invernadero; diversos científicos calculan que el uso de “shale gas” es incluso peor para el calentamiento global que el uso del carbón.

Durante el más reciente Discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Barack Obama se vanagloriaba acerca del papel que jugaría el “shale gas” en su maltrecha economía y puntualizaba la necesidad de una pronta aprobación de los proyectos productivos previstos para ello. Y al respecto, el pasado 25 de marzo fue anunciado que el “boom” del nuevo gas ha implicado ya una millonaria inversión en la industria química nacional y que más de la mitad de esa inversión proviene de empresas con sede fuera de Estados Unidos; específicamente, de acuerdo con un comunicado del Consejo Americano de la Química, en febrero habían ya por lo menos 148 proyectos nuevos por un valor de 100 mil 200 millones de dólares.

Pero el gobierno está enfrentando un serio problema en sus comunidades: en distintos Estados la fiebre del “fracking” deriva en serios peligros, por la contaminación de las cuencas acuíferas. El sitio en Internet de la organizacion ”Earth Justice” ofrece un amplio listado, tan sólo muestra parcial de los accidentes relacionados con las fracturas: muerte de peces y ganado diverso, contaminación del agua potable, explosiones en zonas cercanas a las casas residenciales, incendios en pozos para residuos, altos niveles de contaminación en el aire, compuestos químicos peligrosos detectados y constantes miniterremotos en zonas no sismicas, entre otros. En todos los casos han sido encontrados componentes químicos tales como benzeno, tolueno, metano, etilbenzina, xileno, que causan dolores de cabeza, nauseas, hemorragias nasales severas, irritaciones oculares y problemas respiratorios; a algunos de estos componentes, se les considera altamente cancerigenos. La lista abarca Estados tales como Louisiana, Texas, Pensilvania, Virginia, Ohio, Oklahoma, Colorado y Wyoming, donde la gente se viene organizando para protestar y oponerse al ”fracking”.

8 de junio de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 8 de junio de 2014)
El Otoño del Imperio

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