domingo, 9 de marzo de 2014

Ucrania: ¿Una Nueva Guerra Caliente?

Jesús Hernández Garibay

Los acontecimientos sucedidos en Ucrania amenazan con desatar otra guerra caliente en el mundo. Un nuevo golpe de Estado, planeado en contra de un gobierno legítimamente constituido, después del cual la embajada norteamericana y la dirigencia de la Unión Europea rápidamente imponen a un gobierno provisional "a modo", amenaza con abrir una preocupante etapa de hostilidades en esa zona del Mar Negro, que inevitablemente involucra a Crimea, por sus relaciones étnicas con Rusia, pero también a Bielorrusia, Rumania, Polonia, Moldavia, Eslovaquia, Hungría y la República Checa. El problema es que esta circunstancia amenaza con herir gravemente a los pueblos de la zona e impactar nuevamente al planeta.

Tras la revolución rusa de 1917, Ucrania se convierte en una de las Repúblicas Socialistas que conforman la Unión Soviética (URSS) y pasa a ser una República Autónoma dentro de la unión de países. A la caída de la URSS, en 1992 el Soviet Supremo ruso anula el tratado por el cual Crimea se incorpora a Ucrania, y la declara también República Autónoma; sin embargo, Ucrania logra mantenerla como su territorio. Crimea está situada en la costa norte del mar Negro, y es una región de sentimiento pro-ruso que cuenta con 2,3 millones de habitantes, la mayoría de los cuales se identifican como rusos étnicos y hablan el idioma ruso.

Los ucranianos étnicos componen el 24 por ciento de la población de Crimea, en comparación con el 58 por ciento de rusos y el 12 por ciento de tártaros; la relación, así, entre Crimea y Rusia, no obedece a fronteras establecidas sino a vínculos étnicos, tradición, historia y lenguaje. La región votó mayoritariamente por Viktor Yanukóvich en las elecciones presidenciales de 2010; por ello su población está en contra de la salida del presidente, y denuncia que hubo un golpe de Estado. Además, a Crimea le afecta mucho que una de las primeras decisiones del nuevo Gobierno de facto de Kiev, haya sido que canceló la ley que permitía que el ruso (y otros idiomas minoritarios) fuera ahí oficial.

Tras la salida de Yanukóvich, la mayoría rusa de Crimea se reunió ante el Parlamento local en Simferópol para demandar el apoyo de Rusia; por ello es que tras el golpe de Estado el presidente Vladimir Putin pide y posteriormente obtiene autorización del Senado para el empleo ocasional de las tropas rusas destacadas en Crimea, con el fin de defender a los ciudadanos rusos en ese territorio. Pero la disputa mayor está en Sebastopol, la ciudad más importante de esta región donde Rusia tiene la base de su flota, en uno de los puertos claves del Mar Negro; por razones geoestratégicas, Rusia no está dispuesta a perder esa base, ruta de intercambios comerciales globales y ductos que transportan petróleo y gas de Oriente a Occidente. Es en este entorno que Estados Unidos exige a Rusia que detenga su misión en Crimea y advierte que de no hacerlo sufrirá las consecuencias; tal advertencia podría generar un conflicto no sólo entre Ucrania y Rusia, sino que también incluiría a países de Occidente.

9 de marzo de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 9 de marzo de 2014)
El Otoño del Imperio

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