lunes, 7 de octubre de 2013

El Gobierno de Obama, en la Insolvencia

Jesús Hernández Garibay

En los primeros minutos del pasado martes 1º de octubre, el gobierno de Estados Unidos hubo de cerrar parcialmente sus puertas ante la falta de acuerdo en el Congreso para una prórroga presupuestaria más allá de esa fecha, el comienzo de un nuevo año fiscal gubernamental. Una medida que afecta a más de un millón de empleados y un amplio número de programas, desde el cuidado de los parques nacionales hasta la marcha regular del Pentágono; a la vez, el 17 de octubre, las finanzas públicas podrían declararse en quiebra, si el desacuerdo persiste e impide elevar el llamado “techo de deuda”. Es este el escenario político y económico, preparado con empeño semanas antes por las fuerzas más ultramontanas del país, encabezadas por legisladores vinculados al “Tea Party”.

Bastó solamente que el senador republicano por Texas, Ted Cruz, vinculado con ese grupo ultraconservador, comenzara a hablar el martes 24 y prometiera hacerlo “hasta que ya no pueda estar de pie”, para promover la posibilidad de la insolvencia si la Casa Blanca no postergaba la activación de la ley de salud propuesta por el presidente y conocida como “Obamacare”, la que, habiendo sido aprobada por ambas Cámaras del Congreso, firmada por Barack Obama y respaldada por el Tribunal Constitucional el año pasado, debía activarse para el 1º de octubre. Ocupando su tiempo en criticar la ley ante una Cámara prácticamente vacía, el senador habló sin parar por casi 22 horas.

Criticado hasta por sus propios partidarios, en su intento por descarrilar la ley, Cruz aplicaba una táctica antes probada (recuérdese el discurso de más de 12 horas en marzo del republicano por Kentucky, Rand Paul, que al igual que Cruz representa al “Tea Party”), y comparaba su lucha con la guerra contra el nazismo (sic). “Me levanto hoy contra el Obamacare”, decía, al argumentar que la ley destruiría muchos empleos. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes, aprovechaba entonces y proponía un plan para retrasar un año la puesta en marcha de partes clave de la nueva ley y derogar un impuesto a dispositivos médicos como marcapasos, a cambio de evitar el cierre; plan que tanto Obama como el líder de la mayoría demócrata en el Senado rechazaron.

Como quiera que termine ese virtual intento de chantaje, uno más de los 40 amagos llevados a cabo antes por los republicanos para derogar el Obamacare, al final, la aplicación de la ley se ha iniciado. A pesar de los problemas del primer día de funcionamiento, en que los mercados de seguros en línea luchaban por controlar la ola de nuevos consumidores, donde una combinación de alta demanda y problemas técnicos parecían desbordar el sistema, las autoridades estaban trabajando para resolver los problemas. En las redes sociales, alguien opinaba: “A los republicanos no solo les bastó destruir económicamente el país durante el gobierno del mentiroso Bush, sino que además se aliaron a los cabilderos de las industrias farmacéuticas, de seguros y de servicio médico, etc., apoyando intereses egoístas o partidarios sin importarles un comino el beneficio de sus ciudadanos…”

7 de octubre de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de octubre de 2013)
El Otoño del Imperio

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