domingo, 10 de marzo de 2013

Los Recortes de Barack Obama al Gasto Gubernamental

Jesús Hernández Garibay

Tal y como era de esperarse porque luego de largas negociaciones entre Barack Obama y la mayoría republicana de la Cámara de Representantes no se alcanzó un mejor acuerdo para el manejo del gasto presupuestal del gobierno en este 2013, el presidente hubo de ordenar el pasado viernes 1º de marzo la reducción de 85 mil millones de dólares en el presupuesto de su administración, cumpliendo con su obligación legal de poner en marcha este recorte automático en gastos domésticos y de defensa, desde ahora hasta finales del presente año fiscal (30 de septiembre). Una acción que hará más lenta la recuperación de la mayor economía del planeta, afectando el empleo nacional.

Ante el fracaso de los esfuerzos por alcanzar un mejor acuerdo entre republicanos y demócratas para reducir el déficit fiscal mediante el cobro de impuestos a los más ricos del país, el mandatario afirmó que los recortes presupuestarios, a los que ―promovidos por sus adversarios republicanos― llamó “estúpidos” y “arbitrarios”, costarán empleos y dañarán la economía del país. La Oficina de Presupuesto del Congreso, un organismo no partidista, anunció de inmediato su previsión de que la merma provocará la pérdida de 750 mil puestos de trabajo en el presente año, aunque algunos analistas advierten que la medida podría hacer peligrar hasta dos millones de empleos.

Los recortes, que podrían ocasionar la contracción de medio punto porcentual en el crecimiento de la economía, de manera progresiva tienen un efecto en varios rubros a nivel federal, como una reducción del 13% al gasto del Pentágono (recortes de horas y sueldo a 8 mil empleados y a mediano plazo la cancelación del mantenimiento de parte de su flota de barcos y aviones), la desmovilización de agentes del FBI, de la DEA, de la Patrulla Fronteriza, y disminución del presupuesto a las cárceles. En varios Estados habrá un deterioro de los servicios en áreas que van desde el suministro de vacunas para niños, pruebas de detección de VIH o alimentación para ancianos, hasta el despido de profesores.

Los ajustes implican un recorte de 26 mil millones de dólares a programas nacionales de educación, salud y prevención del uso de drogas, además de 11 mil millones a los proveedores del Medicare que atienden a ancianos y 5 mil millones a los planes de ayuda para desempleados y agricultores. En California, por ejemplo, unos 15 mil niños quedarán sin vacunas para prevenir enfermedades como el sarampión, la tos convulsiva y la gripe, mientras otros 82 mil dejarán de recibir los beneficios de programas de educación temprana; a la vez, el recorte en el presupuesto para educación primaria y secundaria colocará en riesgo mil 210 empleos y la atención a 187 mil niños.

Un panorama insólito para un país otrora de sueños posibles cumplidos que se dedicaba a dilapidar recursos a trasmano y que sufre ahora los estragos del endeudamiento, el déficit fiscal, la inflación y las limitaciones presupuestales; la decadencia pues, que lo hacen ver como “república bananera”, viviendo de apariencias y ofreciendo insolvencias...

10 de marzo de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de marzo de 2013)
El Otoño del Imperio

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