domingo, 6 de enero de 2013

En el Nuevo Año, Continúa la Crisis

Jesús Hernández Garibay

En el final del viejo año en que se anhelaban mejores noticias para el nuevo 2013, el mundo atendía angustiado las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos respecto a la eventual solución del temido “abismo fiscal”, una peculiar combinación en ese país de aumento de impuestos y masivos recortes al gasto público que entraría en vigor el martes primer día de enero y que, aseguraban expertos, de no resolverse abriría el camino para sumir al país en una nueva recesión y arrastrar a su vez a otras economías, entre ellas las europeas cuyos mercados financieros están pegados con alfileres en medio del menoscabo de créditos por falta de liquidez en los bancos.

En las últimas horas del año, el presidente Obama hacía llamados a la bancada republicana, a fin de no hacer recortes al gasto público y aceptar subir impuestos a los más ricos, en beneficio “de la clase media”. Varios de esos ricos han declarado en meses pasados, uno en EUA, otros en Francia, estar dispuestos a ser gravados a fin de mejorar las finanzas públicas, desde luego como “contribución excepcional” en el “esfuerzo solidario” para respaldar el futuro económico de un país del cual, dicen, “nos hemos beneficiado plenamente”, siempre y cuando la medida forme parte de un “esfuerzo más amplio de reforma”, en gastos como en ingresos; no obstante tan, diríamos, desprendida actitud, en Francia acaba de ser rechazada dicha posibilidad, según ello, “por inconstitucional”. De su lado, en el Congreso de EUA la posibilidad del “abismo” queda aplazado a nuevas negociaciones a fin de afectar lo menos posible al 98% de la población, en tanto que los más ricos son sólo en parte inquietados.

Para desmejorar todo, a pesar de otras medidas que ya se han impulsado, como el fortalecimiento de los bancos centrales y la creación de nuevos mecanismos financieros (“banco malo” para activos tóxicos en España, que sólo pospone un estallido), a lo largo de este 2012 se ha venido vaticinando una más grave situación para el 2013. Desde el mes de octubre el Fondo Monetario Internacional recortaba por segunda vez su estimación de crecimiento de la economía global para el nuevo año y advertía a funcionarios europeos y estadounidenses que la desaceleración se prolongaría si no lograban corregir los problemas de sus economías, por causa de la no consolidación fiscal y un sistema financiero débil; problemas que persiguen al mundo desde la crisis del 2008.

Y en los negocios la cosa empeora. La compañía Arcelor-Mittal, la mayor empresa siderúrgica mundial con una plantilla de más de 310 mil empleados en más de 60 países, ha indicado recién que si bien sus previsiones para el último trimestre de este año eran ya malas, hacia el 2013 todo será aún peor. Arcelor avisa del riesgo de más cierres de filiales en Europa, pues el desplome de la demanda se extiende también al norte del continente y afecta a todos los productos; a estas alturas, la multinacional tiene parados casi la mitad de sus hornos. Un ejemplo entre muchos de la manera en que la crisis arrasa a cualquiera, aunque claro afectando sobre todo a los trabajadores y a los desocupados; España, que en el 2012 sufre la mayor caída de poder adquisitivo en 27 años, alcanzará en este 2013 ni más ni menos que un penoso desempleo del 27 por ciento. Sin solución a la vista.

6 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 6 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio

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