lunes, 21 de enero de 2013

Toma de Posesión Presidencial de Barack Obama 2013

Jesús Hernández Garibay

El día 20 de enero, como lo indica la Constitución de Estados Unidos, juramenta y toma posesión ―en privado ante el juez presidente del Tribunal Supremo y en un salón de la Casa Blanca, por ser domingo― el reelecto presidente Barack Obama. Al día siguiente, el 21, lo hace en ceremonia llevada a cabo ante un nutrido público en la escalinata del Capitolio, en la 57ª inauguración presidencial cuatrienal. La juramentación presidencial y el Discurso Inaugural procuran establecer el tono que el nuevo presidente aspira a otorgarle a su mandato, usualmente un tema de aliento que en esta ocasión sería el mensaje de “Fe en el futuro de Estados Unidos”, un mensaje de unidad que su régimen considera importante en estos tiempos de declive y crisis.

La ceremonia para juramentar al 44º presidente de la nación se llevaría a cabo con una menor expectativa que hace cuatro años por parte de los ciudadanos; se calcula que en su primera toma de posesión, algo así como 1 millón 800 mil personas esperaron durante varias horas en un día festivo, bajo una temperatura de un grado bajo cero, para presenciar el juramento, escuchar el discurso del primer presidente negro de la nación y ver el desfile en la Avenida Pennsylvania desde el Capitolio hasta la Casa Blanca. A diferencia de entonces, en esta ocasión eran esperados el día 21 tan sólo entre 600 mil y 800 mil personas, para contemplar el juramento de Obama y su posterior marcha hacia la Casa Blanca, seguido de un desfile con bandas, bailarines, caballos y militares.

Como se sabe, tampoco el segundo mandato resulta nada sencillo para el presidente. Tan sólo por estos días su administración enfrenta tres serios problemas: primero, una compleja decisión acerca de los recortes en el gasto gubernamental, tema enlazado con la deuda pública; segundo, la imperiosa necesidad de tomar medidas sobre el control de las armas de fuego, y tercero, la promesa de una reforma migratoria. De ellos, el tema de la economía es sin duda el prioritario ante la amenaza de una nueva recesión, que a finales de febrero cuando EUA alcance nuevamente el techo de su deuda y tengan que negociarse los aplazados recortes del gasto público en esferas como la salud, la defensa y el empleo, enfrentará de nuevo en el Congreso a demócratas y republicanos.

El control de las armas es a la vez una tarea urgente, pues sobre todo después de la masacre en la que mueren 20 niños en una escuela de Newtown, Connecticut, el asunto ha provocado un encendido debate en los medios informativos, bajo el protagonismo de los defensores del supuesto derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego, en contra de sus detractores. Finalmente, una reforma migratoria que podría beneficiar a millones de indocumentados igualmente resulta asignatura pendiente como promesa de campaña, que a pesar de que ahora contaría con el apoyo de algunos sectores republicanos quienes, por conveniencia política, estarían a favor de aprobar alguna ley al respecto, su solución no deja de ser intrincada. A todo ello se referiría Obama en su toma de protesta.

21 de enero de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 20 de enero de 2013)
El Otoño del Imperio

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