martes, 19 de julio de 2011

La Reforma Migratoria Frustrada de Obama

Jesús Hernández Garibay

A propósito del inicio de las hostilidades preelectorales por alcanzar la presidencia de Estados Unidos, el tema migratorio no deja de estar presente en diversos foros y, según el mismo lo menciona, en las inquietudes no satisfechas de Barack Obama. Al presidente, no obstante, desde el momento en que asume su cargo en la Casa Blanca y comienza a llevar adelante su programa de trabajo, se le achaca el no incluir con mayor decisión su promesa por alcanzar una Reforma Migratoria integral, por lo que tales inquietudes son consideradas más bien una intención oportunista en el proselitismo demócrata hacia las elecciones en el 2012. Así, organizados o no, pero “decepcionados por las falsas promesas”, grupos de inmigrantes vienen protestando en contra del inquilino de la Casa Blanca.

Durante la campaña del 2008 tanto el candidato republicano John McCain como el mismo Obama trataron de evitar el tema migratorio en distintos foros, pues resultaba un tema volátil que no estaba entre las prioridades de la mayoría de los electores. A pesar de ello, a sólo siete semanas de las elecciones ambos candidatos pusieron sobre el tapete sus posturas. De ganar la presidencia, para enfrentar la migración McCain pondría en marcha la consumación del llamado muro fronterizo, físico y virtual, mientras continuaría con la política de redadas y deportaciones, para lo cual tendría que incrementar el presupuesto a la patrulla fronteriza. De su parte, Obama intentaría alcanzar una reforma que permitiera legalizar el estatus migratorio y allanar el camino a la ciudadanía.

Optimismo en demasía de por medio, Obama aspiraba además con dicha reforma a resolver problemas de fondo que, según el panorama global actual, se antojan imposibles, tales como ayudar con políticas que generen desarrollo y crecimiento económico en los países expulsores, con el objeto de frenar la migración desde el origen, así como desmantelar el contrabando y combatir a la delincuencia asociada al narcotráfico. Opuesto a la criminalización de los migrantes, lo que el mandatario planteaba también era acabar con la burocracia actual que impide la reunificación familiar y a la vez incrementar el número de visas para miembros de las familias que viven en Estados Unidos y para los migrantes que puedan ejercer empleos no cubiertos con mano de obra local.

Como sea, los tiempos y las contradicciones han estrechado la salida a los planes iniciales del ahora presidente. El desempleo rampante, la atención a tres guerras, la deuda pública, la caída del consumo, son temas prioritarios para la administración, porque lo son para todo el país, frente a una forzada inmigración, que en la mente conservadora de muchos llega para complicar más las cosas, acusada como es de promover el narcotráfico y la violencia, o de ganar empleos así sean de lavaplatos, o de pretender llevarse parte de los recursos de la seguridad social; no importa cuánto haya hecho más ricos a muchos el trabajo honesto de los actuales 11 millones de ilegales, que siguen sufriendo la dramática realidad de sus países, tanto como el desprecio de sus nuevos propietarios.

18 de julio de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 24 de julio de 2011)
El Otoño del Imperio

Obama revive la urgencia de aprobar la reforma migratoria

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