domingo, 14 de enero de 2018

Cuestionan la Capacidad de Trump para Ser Jefe de la Casa Blanca

Jesús Hernández Garibay

Noticia principal en el intrincado ambiente domestico del presidente Donald Trump, considerado como un “libro basura” por los cofrades defensores del magnate, o como una valiente denuncia por sus detractores, el libro de Michael Wolff, “Fuego y Furia: Al Interior de la Casa Blanca de Trump”, describe el clima de contradicciones vigentes durante el primer año de mandato del gobernante. Laureado periodista, ganador en 2008 de dos Premios Nacionales de columna en revistas y autor de otros libros polémicos, Wolff describe en su obra a un mandatario criticado por su propio círculo de colaboradores, como “infantil” y “mal preparado” para ejercer el cargo.

Según su autor, el libro es resultado de meses de trabajo en la Casa Blanca y entrevistas con 200 personas, y ahí se incluye un compendio de opiniones que, por otro lado, habían sido dichas ya desde que Trump se presentara como precandidato republicano en 2015, sobre sus tendencias egocéntricas o la manera grosera de conducirse, además de su inexperiencia política o los volubles enredos en su manera de expresarse. No es en efecto la primera vez que se habla de la incapacidad del novel presidente para su importante cargo; el escenario ha estado repleto de críticas de los demócratas que se sintieron no sólo agraviados sino humillados por la derrota de Hillary Clinton, y hasta en las propias filas de los republicanos donde se han exhibido malestares y diatribas reiteradas, sobre todo de parte de la más radical ultraderecha.

El 26 de diciembre pasado el ex-senador tejano Ron Paul, figura que inspiró al llamado Tea Party, opinaba en una entrevista en el Washington Examiner que el “auge económico” habido durante 2017 bajo el presidente Trump, “ha sido una ilusión”, y que la desigualdad, la inflación y la deuda reinantes todavía causarían luego “una confusión que beneficiaría al núcleo duro” de republicanos opuestos a Trump, lo que daría lugar a un fuerte rival para él, en las precandidaturas del 2020. Para más, el republicano decía con especial énfasis: “Estamos [en EUA] al borde de algo como lo que pasó en el 89, cuando se derrumbó el sistema soviético…”

Ya desde febrero de 2017 un grupo de 35 psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales habían enviado una carta al New York Times en la que afirmaban que el nuevo presidente mostraba una “grave inestabilidad emocional” que le impedía ser presidente. En concordancia, en un nuevo libro citado recién en septiembre por la revista Newsweek, titulado “El peligroso caso de Donald Trump”, 27 médicos analizan la parte pública de la vida del líder norteamericano y califican al mandatario como “el hombre más peligroso del mundo” por su tipología “narcisista, sociópata, hedonista”, y su actitud “impulsiva, inmadura e incompetente...”

Claro, lo que no se entrevera en todos esos epítetos y preocupaciones por la salud mental del mandatario, es que Donald Trump es resultado de la decadencia que sufre su país en el entorno de la problemática global que padece hoy el capitalismo mundial. Una condición que lleva a los capitanes de la nave y sus compinches a la búsqueda de nuevas salidas ―por insuficientes que sean o inconvenientes que parezcan―, a una ocurrencia al final de cuentas irreparable: la inquebrantable baja en las tasas de ganancia que los nuevos y lucrativos negocios no pueden solventar, sin hacer más ricos a los menos y más pobres a los más.

14 de enero de 2018.
(Publicado: Revista Siempre!, México,
13 de enero de 2018)
El Otoño del Imperio

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