sábado, 21 de octubre de 2017

“Trump pone a Estados Unidos primero, pero cada vez se ve más solitario”

Jesús Hernández Garibay

Las palabras que encabezan este artículo dan título a una nota de la agencia AFP del día 14 de octubre último, en la que se destaca la manera en como el presidente Donald Trump ha llevado adelante la política exterior de su país durante la primera etapa de su gobierno. En la misma, la agencia destaca cómo el mandatario “ha jugado con la credibilidad diplomática de Estados Unidos, atacando un acuerdo nuclear de Irán que sus aliados europeos aprecian como punto de referencia para la cooperación internacional. Y al hacerlo… ha subrayado el riesgo de que su política…, ‘[Norte]América primero’, se traduzca en: ‘un solitario en [Norte]América’, al enfrentar futuras crisis…”

Entre discursos nacionalistas, proteccionistas, muecas y “arrebatos en Twitter de alto octanaje”, dice AFP, diversos observadores han batallado para identificar una estrategia coherente detrás de las decisiones del magnate. Y al mismo tiempo, miembros de su gabinete, de su partido y hasta de su cofradía en los medios, se han afanado en traducir sus decisiones para hacerlas más coherentes y acordes con los tiempos actuales. Lo cierto es que actuando de la manera en como lo ha hecho en temas como el medioambiente, los tratados comerciales o el Medio Oriente ha debilitado lazos con históricos aliados de su país, en la misma medida en que también internamente avanza en su mandato de tropiezo en tropiezo.

Ha mantenido los pleitos con los medios de comunicación, con importantes republicanos en el Congreso y hasta con los jugadores de la Liga Nacional de Futbol que protestan al hincarse durante el himno nacional en contra del racismo prevaleciente en la nación. En el tema de una prometida reforma fiscal, varios de sus aliados han dicho de manera anónima que temen que sus formas groseras al referirse a varios senadores republicanos que han criticado el proyecto de la Casa Blanca, podrían llevarlo a otro gran fracaso legislativo por el resto de su mandato y lo mostrarían como un líder ineficaz, incapaz de convencer a su propio partido de sus prioridades.

En el curso de este clima político, el senador Bob Corker, un republicano de Tennessee quien preside la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, hizo recién una dura evaluación acerca de la aptitud de Trump para la oficina oval, con la advertencia de que el comportamiento imprudente del presidente podría lanzar a la nación “en el camino a la III Guerra Mundial”. Y luego de un intercambio cáustico en Twitter con insultos entre Trump y Corker, ningún líder republicano ha acudido en defensa del Presidente, con excepción del vicepresidente Pence.

Por algo, luego de semanas de advertir su agenda en peligro por las divisiones republicanas y las luchas internas entre sus ayudantes, la agencia Reuters también dice: “Por el momento, el presidente de Estados Unidos… va solo”. Una circunstancia que desde luego no se puede explicar únicamente por el agrio carácter o las torpezas políticas del multimillonario, sino a la vez por el declive que sufre su país en el contexto del desgaste mundial de la formación social capitalista, que pugna por encontrar soluciones nada fáciles de alcanzar a su problemática actual.

21 de octubre de 2017.
(Publicado: Revista Siempre!, México,
22 de octubre de 2017)
El Otoño del Imperio

No hay comentarios.:

Publicar un comentario