miércoles, 22 de mayo de 2013

El Movimiento de los Indignados Sigue Vivo

Jesús Hernández Garibay

Hace dos años, el 15 de mayo de 2011, fue llevada a cabo la primera asamblea del 15-M celebrada en la Puerta del Sol de Madrid. El “movimiento de los indignados” de España, alcanzó en cosa de semanas su cúspide como expresión del descontento generalizado por causa de la crisis y la manera en cómo se distribuye la riqueza en este mundo, luego de la llamada “primavera árabe”, un movimiento más que dio cuenta también de cambios en la conciencia de la gente, al exhibir el hartazgo que se manifiesta por el mundo de nuevas maneras. El pasado domingo 12, a este respecto, lo recordaron en una nueva manifestación decenas de miles de españoles indignados en más de 30 ciudades de ese país.

Dos años han pasado pero, ¿qué ha sucedido después del estallido inicial y de la movilización de las primeras semanas? Desde luego incontables pequeñas y grandes concentraciones, miles de asambleas, cientos de choques con la policía, huelgas generales y varios procesos electorales, si bien marcados por el éxito del Partido Popular y el hundimiento del PSOE, con el renacimiento de otros partidos de izquierda. La capacidad de movilización social ha avanzado, con la incorporación al movimiento de sectores antes no presentes, como los médicos o los rectores de las universidades, y hasta los jueces, magistrados y fiscalistas que ―junto con los sindicatos mayoritarios, que han convocado a huelgas generales― secundaron en más de un 60 por ciento la llevada a cabo el 20 de febrero último.

El movimiento “Democracia Real Ya”, nacido del inicial plantón en Madrid y que después apoyaran cientos de miles en varias plazas públicas de Cataluña, como en Barcelona y diversas ciudades españolas además de otras ciudades europeas, ha mostrado durante estos 24 meses el malestar generalizado de la mayoría de la sociedad convertido en una indignación que se exhibió ante el mundo en forma de ocupaciones, desafiando al orden establecido y cuestionando la “democracia de mercado”, representada ahora por el gobierno de Mariano Rajoy y su partido. Lo que es posible advertir es que durante este tiempo el movimiento ha sido el catalizador del descontento de millones de españoles.

La lucha contra el drama de los desahucios es uno de sus logros. También el haber hecho de las discusiones políticas algo habitual, al traer a debate público temas antes tratados sólo por grupúsculos o académicos, como el del fraude fiscal; algo sobre lo que ahora la gente tiene más conciencia. Es además un movimiento cada vez más unitario; a través de las redes sociales se convoca con mayor facilidad a la formación de estructuras compactas, en formas de movilizaciones participativas, por ejemplo en la educación o la salud. Algunos pretenden comparar la situación actual del 15-M con la del momento del estallido inicial; lo cierto es que aquello fue un hecho excepcional que respondió a una necesidad coyuntural. Pero al final, como uno de sus participantes advierte: “El 15-M va en la línea de un compromiso de transformación profunda del sistema”, que se consolida en propuestas y en forma de actuar. Es decir, que la gente aprende…

22 de mayo de 2013.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 19 de mayo de 2013)
El Otoño del Imperio

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