domingo, 18 de marzo de 2012

Estados Unidos Enredado en el Otro Lado del Mundo

Jesús Hernández Garibay

La masacre perpetrada en la madrugada del domingo anterior en el sur de Afganistán por soldados estadounidenses que dispararon en contra de civiles afganos en un pueblo cercano, con un saldo inicial de 16 muertos incluidos mujeres y niños, viene a inflamar aún más la ira afgana por causa de 11 largos años de guerra y que fue más atizada cuando el 21 de febrero soldados estadounidenses quemaron copias del Corán en una base de la OTAN. El incidente de la quema del Corán provocó una respuesta inmediata de ataques y protestas que duraron semanas y dejaron al menos 30 soldados afganos y seis soldados estadounidenses muertos. Incidentes ambos que revelan el cansancio en esta estólida guerra en que se convirtió la invasión norteamericana a esa nación desde octubre del 2001.

Las bajas civiles en Afganistán han sido una importante fuente de fricción incluso entre el gobierno de Hamid Karzai apoyado por Occidente y la OTAN lanzada ahí por Estados Unidos. La OTAN se prepara ahora a entregar todas las responsabilidades de la seguridad del país a los afganos y espera que las tropas de combate extranjeras salgan a más tardar a finales de 2014. El nuevo incidente endurece el creciente consenso en Washington de que las perspectivas son oscuras en una guerra cuya sangría es calculada por el mismo Departamento de la Defensa en unos dos mil millones de dólares a la semana y casi dos mil vidas de soldados norteamericanos hasta hoy. Desde luego, con ganancias descomunales para el complejo industrial-militar.

Sin una solución de mayor fondo para la golpeada nación iraquí a pesar de la salida final en diciembre último de las tropas norteamericanas luego de nueve años de combate, tal y como fue reconocida la invasión de Irak como “la guerra de Bush”, la de Afganistán se convirtió no obstante la anunciada vocación pacifista del nuevo presidente, en “la guerra de Obama”. Una más entre otras participaciones en el mundo en estos recientes tiempos por parte de la primera potencia militar mundial que, con la lógica geoestratégica de mantener el predominio global y el pretexto de “expandir la democracia” en el planeta, lo que en el fondo ha hecho es apuntalar más el imperio de los grandes negocios.

Con esa lógica, pretexto y deseo, el “campeón mundial de la democracia” contribuyó abierta y clandestinamente a derrocar al régimen libio; con esa misma lógica trata ahora de derribar al gobierno sirio, buscando abrir las puertas al debilitamiento del régimen iraní. No obstante, en medio de las contradicciones que dicha “expansión de la democracia” sufre en lugares como Afganistán, pero a la vez enredado en las dificultades que caracteriza en estos tiempos a la muralla interna, regional y http://www.blogger.com/img/blank.gifmundial de Irán, Rusia o China, lo que resulta evidente es que, antes de proseguir en sus planes de expansión, antes de pretender algo más estólido en el otro lado del mundo, a EUA le convendrá pensarlo dos veces. O como Obama mismo lo dijo recién: atacar a Irán “no es un juego” y tendría graves consecuencias; o igual: “creer que hay una solución fácil [en Siria] es un error…”

18 de marzo de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 18 de marzo de 2012)
El Otoño del Imperio

La masacre en Afganistán no fue locura, Robert Fisk
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