domingo, 18 de enero de 2015

La Guerra más Larga en la Historia Norteamericana Llega a su Fin

Jesús Hernández Garibay

El pasado 18 de diciembre las fuerzas armadas de la OTAN en Afganistán (ISAF), anunciaron su salida del país luego de 13 años de combates. El anuncio fue hecho simultáneamente al del presidente Barack Obama, quien también dio término a la presencia norteamericana en la misma nación. “Juntos hemos sacado al pueblo afgano de las tinieblas de la desesperación y le hemos dado esperanza en el futuro”, dijo el general John Campbell ante los soldados de la OTAN en una ceremonia solemne, mientras el mandatario estadounidense opinaba que “gracias al sacrificio extraordinario de nuestros hombres y mujeres uniformados, nuestra misión se acaba y la guerra más larga en la historia de Estados Unidos termina de forma responsable…”

Fuerzas talibanes por su parte, aseguraban un día después que la retirada de las tropas internacionales de suelo afgano marca una derrota para Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. “¿Cuál es el sentido de que EE.UU. ponga fin a la guerra? —preguntaba a la agencia de noticias EFE el portavoz talibán Zabihullah Mujahid—. Esto significa que Estados Unidos y sus aliados… están huyendo del campo de batalla —agregaba—. La ISAF replegó su bandera en una atmósfera de fracaso y decepción, sin haber logrado nada sustancial o tangible…”

Aun así, la guerra llega oficialmente a su fin, aunque en el entorno también del cansancio y la insatisfacción de las tropas, cuyo desgaste moral es evidente. En los últimos años, en verdad, el pesimismo acerca de la misión en Afganistán creció sostenidamente y muchos soldados se preguntan ahora qué es lo que realmente lograron los 13 años de guerra; la mayoría de las tropas son hoy una fuerza desmoralizada que cree que no se cumplieron los objetivos de la guerra.

En efecto, según una reciente encuesta de Military Times Group, la moral se redujo drásticamente en los últimos cinco años y a la mayoría de los activos lo que preocupa más es que su calidad de vida empeorará; a la vez, pocos apoyan plenamente a sus altos dirigentes; la popularidad de Obama entre sus soldados —que nunca fue alta— ahora se desmorona, al pasar del 35 por ciento en 2009 a sólo el 15 por ciento en 2014, con un índice de desaprobación que aumentó del 40 hasta el 55 por ciento durante ese tiempo.

Para peor, Matthieu Aikins, un periodista residente en Kabul que ha investigado para la revista “Rolling Stone” sobre el auge de la heroína de Afganistán, advierte que en los 13 años desde que Estados Unidos invadió el país, la producción de opio ahí se duplicó y representa ahora nada menos que alrededor del 90 por ciento de la oferta mundial. “Lo que ha ocurrido en Afganistán en los últimos 13 años —decía Aikins en una entrevista para ‘Democracy Now’— ha sido el florecimiento de un narco-estado que no tiene precedente en la historia,.. Esto es algo extraordinario, catastrófico, que es un grave peligro para el futuro…”, y que con seguridad deja al pueblo afgano en las tinieblas…

18 de enero de 2015.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 11 de enero de 2015)
El Otoño del Imperio

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