lunes, 11 de agosto de 2014

La Industria Militar, Detrás de la Masacre Sionista en Palestina

Jesús Hernández Garibay

El asesinato de miles de personas en territorio palestino, incluidos ancianos, mujeres y niños, por parte del ejército israelí al mando del primer ministro Benjamín Netanyahu, está ya siendo condenado virtualmente por todos los gobiernos y muchos de los pueblos del mundo, excepto claro por Estados Unidos, cuyo mandatario, el “Nobel de la Paz Obama”, es un rehén atrapado en las redes de los poderosos intereses sionistas que predominan en Washington; a la vez que eficaz cautivo ─como lo han sido los distintos inquilinos en turno de la Casa Blanca─, de los lucrativos negocios de las más grandes corporaciones y en particular del matrero complejo militar industrial norteamericano, cuyos tentáculos se entrelazan con otros en el mundo.

Por razón del peso de los intereses sionistas en Estados Unidos, Israel comenzó a recibir ayuda económica de aquél país desde mediados de los años setenta, luego de los acuerdos de Camp David, a un ritmo de 3 mil millones de dólares por año, siempre en más de un 50% específicamente como apoyo militar. Desde entonces y a lo largo de los decenios esta cantidad representa dos y medio millones de millones de dólares; esto es, mucho más del doble del costo total de la guerra de Vietnam. Israel, por cierto, es el único país del mundo que recibe casi toda la ayuda económica estadounidense en forma de pago en efectivo.

Así, Elbit Systems Ltd. (ESL), líder mundial para la modernización de equipo militar, Israel Aircraft Industries, Ltd. (IAI), fabricante de sofisticados sistemas para batallas en aire, mar o tierra, Israel Military Industries (IMI), empresa propiedad del gobierno principal proveedor de artillería (armas como la Uzi o Galil, entre otras), RAFAEL (Armaments Development Authority), la mayor firma de Israel para plataformas sofisticadas de combate, y Tadiran Electronic Industries, la más grande firma privada en sistemas de comunicaciones, son hoy algunos de los ganadores en esta guerra de exterminio largamente financiada por Washington y soportes del terrorismo de Estado aplicado por Israel en contra del pueblo palestino.

A la vez, el gobierno estadounidense ha proporcionado también en las últimas décadas a Tel Aviv un total de 500 ojivas nucleares. Esos substanciosos gastos militares han representado siempre jugosos negocios para la industria armamentista norteamericana, que ha suministrado también muchos miles de millones de dólares en armas a Israel, entre otras rifles M-16, misiles aire-aire AIM-120C-5, cañones Gatling para cazas F-16 y helicópteros de ataque Apache. Esta “relación especial” con el sionismo, ha sido siempre una cuestión resuelta con el silencio absoluto de los grandes medios de información, quienes al informar emplean eufemismos o repiten mecánicamente la línea oficial de su gobierno.

La industria militar de otros países recibe también una parte de los beneficios en tan suculento negocio. Desde 2010, licencias de exportación de armas por un valor de más de 40 millones de euros han sido otorgadas a 130 fabricantes británicos, para vender equipamientos militares al régimen de Tel Aviv. España misma ha reconocido ventas de armamento a ese gobierno por valor de 472.545 euros en 2011; 637.842 en 2012, y 4,9 millones de euros en 2013. En fin, la danza de los millones que explica bien los motivos detrás del comportamiento criminal del sionismo en su máxima expresión depredadora.

11 de agosto de 2014.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de agosto de 2014)
El Otoño del Imperio

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