lunes, 11 de abril de 2011

La Zona de Exclusión Aérea en Libia

Jesús Hernández Garibay

La compleja situación en Libia, no resuelta ni en vías de resolverse en meses por adelante, ha venido de nueva cuenta a dividir a la opinión pública entre quienes desean que un supuesto dictador sea derrocado con celeridad por la “comunidad internacional”, y quienes consideran que, sea lo que sea que signifique la situación creada, lo imprescindible es permitir que los pueblos sean quienes solucionen sus propios conflictos internos, de una manera soberana. Un proceso el libio lleno de entreveros, que pretende ahora resolverse por fuerzas interesadas en lo que pudiera resultar para su beneficio, y que conforma un indeseable panorama bélico en el que sólo algunos ganan y muchos más pierden.

Es tan delicada la nueva situación creada, que Barack Obama con su Premio Nobel de la Paz a cuestas, ha tenido que buscar la manera de sostener una intervención más sin transgredir principios pacifistas y esa es la razón por la que decide “pasar el mando” de las decisiones militares a la OTAN, con el fin de que no se le vincule con una nueva guerra. Pero la nueva guerra ya está activa y pretende estar sustentada en una Resolución de la ONU empujada por la misma Casa Blanca y sus aliados, que autoriza a crear ahí una zona de exclusión aérea, y que en los hechos fue convenientemente traducida por las fuerzas militares de Occidente como: “la ONU da luz verde para atacar a Libia…”, sin importar más muertes de civiles por causa de los “daños colaterales”.

Lo cierto es que el golpe de Estado ensamblado en un inicio contra Muamar Kadafi resultó fallido y esa es la razón por la que esas fuerzas militares, ante dicho escenario, lo que tratan de alcanzar ahora es la supervivencia de una oposición todavía endeble y desafortunadamente creada al amparo de los servicios de inteligencia de varios países: la CIA de Estados Unidos, el M15 de Gran Bretaña, el Mossad de Israel y hasta el Istajbarat de Arabia Saudita; justamente de la misma forma en que le hubiera gustado a Occidente sostener una oposición en Irán, hoy disminuida aunque no acabada, por la fortaleza del Estado iraní. Por cierto, una oposición la libia, vinculada también a fuerzas leales a grupos de Al Qaeda, lo que para EUA implica jugar con un escabroso fuego.

De mi parte, no podría aceptar otra cosa que no sea estar decididamente en contra de una solución militar a un conflicto en cualquier zona del mundo. Los pueblos tienen derecho a su propia autodeterminación y a resolver sus contradicciones, SIN INJERENCIA EXTRANJERA; así sea ésta bajo la pretensión de los más “nobles” supuestos humanitarios internacionales. Y eso no significa ubicarse en favor de cualquier desgastado gobernante, sino estar en favor de la paz y el sagrado derecho de los pueblos a ser absolutamente soberanos en sus decisiones; de otra forma, tendría que aceptar el hecho de que en mi propio país cualquier potencia extranjera impusiera condiciones a la soberana decisión de mi pueblo en la construcción de su propia historia, lo que a la vez resulta contrario a nuestros principios de política exterior.

11 de abril de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 10 de abril de 2011)
El Otoño del Imperio

Bombardeos fuerzas imperialistas en Libia mata a civiles

No hay comentarios.:

Publicar un comentario