lunes, 15 de marzo de 2010

La Visión Norteamericana Sobre Derechos Humanos

Jesús Hernández Garibay

El 23 de febrero último el gobierno de Washington dio a conocer la versión 2010 del Informe Anual por Países sobre Prácticas de Derechos Humanos. En el mismo, la actual administración se esfuerza por mostrar una novedosa visión acerca de su controvertida intensión calificadora, al opinar que el 2009 fue un año de contrastes en que “las tensiones étnicas, raciales y religiosas llevaron a conflictos violentos y violaciones graves de los derechos humanos”, y alimentaron o agravaron más de 30 guerras o conflictos armados internos. Pero, al mismo tiempo, dice, “fue un año en el que los Estados Unidos y otros gobiernos dedicaron una mayor atención en encontrar maneras de reconocer y combatir esas tensiones…, a través de su liderazgo en la promoción del respeto de los derechos humanos universales, la promoción de la tolerancia, la lucha contra el extremismo violento, y buscando soluciones pacíficas a conflictos de larga data en el Oriente Medio y otros lugares...”

En efecto, el Informe procura tomar en cuenta el espíritu del presidente Barack Obama planteado en su discurso de junio de 2009 en la Universidad de El Cairo, en el sentido de que “debemos ser definidos no por nuestras diferencias sino por nuestra humanidad común y debemos encontrar maneras de trabajar en asociación con otras naciones para que todas las personas alcancen la justicia y la prosperidad…” Así, el documento incluye informes sobre las cárceles y una nueva legislación para ayudar a otros gobiernos a mejorar sus condiciones correctivas; una nueva sección sobre derechos de los trabajadores; reportes sobre iniciativas de otros países para ampliar la libertad de prensa; cobertura más amplia de casos de niños soldados, derechos reproductivos y prácticas que amenazan la salud, el bienestar o los medios de vida de indígenas; cobertura de discriminación contra personas homosexuales, bisexuales y transexuales (LGBT), así como sobre personas con VIH/SIDA.

La nota de prensa sobre el Informe 2010 destaca que su elaboración fue encabezada por Michael H. Posner, abogado fundador y presidente de la organización ciudadana “Primero Derechos Humanos” (Human Rights First, antes Lawyers Committee for Human Rights), a quien Obama nombrara el año pasado como secretario adjunto de la “Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo” del Departamento de Estado; asumiendo así el presidente que en su gobierno cambian algunas reglas con la presencia de nuevos elementos con una visión disímil a la que por años tuteló la Casa Blanca. El Informe, dice Posner, cubre los derechos civiles, políticos y laborales internacionalmente reconocidos. Entre esos figuran el vivir libre de tortura, el no ejercicio de la detención prolongada sin acusación, y el vivir “libre de otras violaciones a los derechos a la vida, la libertad y la seguridad…”

El problema para el informe, impugnado siempre por diversas asociaciones pro derechos humanos, es que continúa dirigido sobre todo a aquellos espacios que son vitales para su seguridad (como es el caso de México), o a quienes no comparten la ruta que a la Unión Americana le complace más, que es la de la “libre empresa”, el “libre comercio” y la “democracia de mercado”: China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, Bolivia, son los gobiernos a quienes más fustiga en la misma medida en que alaba a aquellos quienes sí se mantienen en dicha ruta, como es el caso de Honduras donde si bien destaca la violación a los derechos humanos durante el golpe de Estado, asume que sus recientes elecciones fueron “libres y justas”, cuando paradójicamente se dieron conducidas y avaladas por ese mismo golpe.

15 de marzo de 2010
(Publicado: Revista Siempre!, México, 21 de marzo de 2010)
"El otoño del imperio"

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