domingo, 31 de mayo de 2015

Elecciones 2016 en Estados Unidos: la Búsqueda por la Presidencia

Jesús Hernández Garibay

Apenas pasadas dos semanas desde las elecciones presidenciales de 2012, en Estados Unidos ya se murmuraba sobre los posibles candidatos para las de 2016. En el Partido Republicano comenzaba a hablarse entonces del senador por Florida Mario Rubio, del exgobernador de Florida Jeb Bush y del senador por Kentucky Rand Paul, mientras que de la perdedora en las primarias del Partido Demócrata, Hillary Clinton, se pensaba que volvería en un tiempo más a la contienda. Ahora, a un año y medio de que se definan candidaturas para la carrera presidencial, comienzan a moverse las aguas hacia las primarias en la escena nacional.

Clinton ―quien acaba de anunciar que sí compite―, es vista por muchos como favorita para convertirse en la primera presidenta de la nación, pero al frente tiene a varios posibles rivales de cuidado dentro de su partido para las primarias, como el exsenador por Virginia, Jim Webb, el exgobernador de Rhode Island, Lincoln Chafee, el vicepresidente Joseph Biden o la senadora Elizabeth Warren. De otro lado, hace tiempo que se habla de que estas próximas elecciones se disputarían entre dos poderosos clanes familiares: el de los Clinton y el de los Bush; así que muchos esperan que el exgobernador Jeb Bush represente toda la fortaleza del Partido Republicano, hoy adueñado del Congreso.

Bush, desde luego, tampoco la tiene fácil, porque se enfrenta a contrincantes partidarios fuertes; por ahora, los senadores Ted Cruz, Rand Paul y Marco Rubio han anunciado ya oficialmente su postulación a las primarias, pero en las mismas también otros posibles candidatos han puesto la vista: el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, el gobernador de Wisconsin, Scott Walter y el de Nueva Jersey, Chris Christie.

Para la exsecretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton, de lo que se trata es de prepararse para ganar el voto de sectores desfavorecidos, como las madres de familia jóvenes que incluyen negras y latinas, además de obreros y futuros jubilados; a ellos les dice: “los estadounidenses de a pie necesitan un campeón. Yo quiero ser ese campeón…” De su lado, los precandidatos republicanos prometen echar por tierra los logros y alcances de la administración de Barack Obama, y guiñan el ojo a las comunidades de inmigrantes con un posible sistema para solicitar permisos de trabajo.

Como quiera que sea, las elecciones de 2016 ―que incluirán el gasto supermillonario de rigor que logre convencer a los golpeados ciudadanos de que lo mejor está por venir―, como siempre determinarán a los electores del Colegio Electoral y al candidato presidencial que recibirá el martes 8 de noviembre la mayoría de los votos por parte de ese cuerpo, para ser el 45 presidente de Estados Unidos; así, el ganador asumirá el 20 de enero del 2017. Aparte de presidente, el mismo día deberán ser electos 13 gobernadores y nuevos miembros para el Congreso. O sea, por ahora, un escenario de lo más predecible; ya veremos si sigue así…

31 de mayo de 2015.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 3 de mayo de 2015)
El Otoño del Imperio

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