lunes, 24 de octubre de 2016

A Todo Vapor la Guerra Electoral en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

El panorama electoral en Estados Unidos, a sólo tres semanas de los comicios del 8 de noviembre, mantiene expectantes tanto a los electores de su país, como a medios informativos, gobiernos, organismos internacionales, foros mundiales y fuerzas políticas diversas en el planeta entero. Todos en espera del resultado final de lo que a estas alturas se ha convertido en una guerra general abierta en la que los dos contendientes principales y sus más fieles seguidores, unos más, otros menos, sacan al balcón los trapitos del adversario para golpearlo en sus debilidades y así tratar de mermar sus oportunidades de ganar la batalla por la Casa Blanca.

Como se ha visto luego de los debates de campaña llevados a cabo, el equipo de la candidata demócrata Hillary Clinton ha podido aprovechar los pueriles dislates y las escabrosas historias de su contrincante, para pegar y difundir la idea de que una presidencia republicana sería hoy “el Apocalipsis” (para una nación de tiempo atrás ya, por cierto, golpeada por su declive histórico). Una candidata que apoyada fervientemente por el “establishment”, ha podido en este nuevo momento y en este hipócrita entorno donde el sexismo entre muchos empresarios igual que políticos se da a flor de piel, sosegar un poco sus preocupaciones frente al peligro que representan las decididas huestes electorales de quien se autonombra el “salvador” de la nación.

Donald Trump de su lado, continúa insistiendo en que la candidata es “deshonesta” (“crooked Hillary”, le ha puesto como mote), al acusarla de connivencia con Wall Street y otras grandes empresas, y recalcar en los correos electrónicos que durante su cargo como Secretaria de Estado manejó sin apegarse a más estrictas medidas de seguridad, o los correos de su equipo que durante la precampaña contribuyeron a descarrilar las aspiraciones de su rival demócrata Bernie Sanders; estos segundos dados a conocer por el equipo de WikiLeaks y por lo cual los demócratas ahora grotescamente acusan de hackeo a Vladimir Putin. El propio republicano, claro, sigue dando muestras de lo embrollada que sería su presidencia en caso de ganar las elecciones y ahora todo lo acontecido le da fuerzas a la cúpula de su partido para repudiar de plano a quien ya era un “candidato incómodo”.

Donde en verdad se percibe mejor todo el lodazal en el que se ha convertido el proceso electoral de este 2016, es en el sentido común del ciudadano de a pie que se ve reflejado en las redes sociales. Dígalo si no, un “meme” difundido con la fotografía de un niño pequeño que comienza a meter un cuchillo de metal en una de las dos tomas de corriente de un contacto de pared y al que a punto de recibir una descarga eléctrica le siguen las palabras: “¿Trump, o Hillary? ¿El socket de arriba, o el socket de abajo?” o, entre muchos más, otro que incluye las fotos tanto del empresario como de la ex-primera dama, seguidas de las palabras: “¿Son estos dos realmente lo mejor que pudimos lograr…?” Así, lo bueno es que todavía hay quien tiene muy claro el cuadro que se nos viene, quede quien quede, luego del segundo martes de noviembre…

24 de octubre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 23 de octubre
de 2016)
El Otoño del Imperio

lunes, 10 de octubre de 2016

Cuarenta Años del Asesinato de Orlando Letelier

Jesús Hernández Garibay

El 21 de septiembre pasado se cumplieron 40 años del asesinato del ex-canciller chileno Orlando Letelier, a raíz del atentado terrorista perpetrado por la execrable Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) pinochetista en Washington; una bomba colocada en el piso de su automóvil generó un estallido que le provocó la muerte. Junto con Letelier, también ministro del Interior y ministro de la Defensa Nacional en el gobierno de Salvador Allende, falleció su acompañante, la joven estadounidense Ronni Karpen Moffitt, su secretaria en el Instituto de Estudios Políticos donde ambos laboraban.

El atentado provocó una oleada de repudio internacional e incluso el Congreso de Estados Unidos responsabilizó del mismo al régimen de Pinochet, exigió una investigación e impuso un embargo de armas a Chile. Letelier mantenía la cartera de Relaciones Exteriores cuando el golpe militar de 1973. Fue detenido y confinado a la Isla Dawson junto con otros altos funcionarios del gobierno depuesto; luego sería liberado gracias a la fuerte presión internacional y desde entonces partió al exilio a Venezuela y posteriormente a Estados Unidos.

De acuerdo con el periodista chileno José Miguel Varas, premio nacional de literatura 2006 (ver su libro “Escucha Chile”, LOM, 2012), en agosto de 1975 una ola de protestas sacudió a Holanda. Organizaciones sindicales, estudiantiles, culturales, religiosas y políticas iniciaron una vigorosa movilización contra el poderoso consorcio holandés “Steven”, que había dado a conocer su decisión de efectuar una inversión de 62 millones de dólares en Chile. El respectivo contrato ya tenía la aprobación del comité de inversionistas extranjeros de la Junta Militar y debía firmarse a comienzos de septiembre en Santiago. Pero nunca se firmó.

El repudio del pueblo holandés a la dictadura fue particularmente fuerte y activo. Ante el escándalo del apoyo de una empresa holandesa a la Junta, una docena de ciudades holandesas anunciaron su decisión de cancelar todos sus contratos con la firma “Steven” en caso de que ésta persistiera en llevar sus capitales a Chile. Finalmente, el 27 de ese mes el consorcio informó que quedaba cancelado el proyecto de invertir en Chile. Esta fue para la Junta una derrota de grandes proporciones, que evidenció un nuevo grado de aislamiento internacional.

“Desde Santiago ―dice en su libro Miguel Varas― deben haber partido muchos mensajes furiosos o inquisitivos…, tratando de encontrar al ‘culpable’ de lo ocurrido. Y los agentes de la DINA… se apresuraron a informar sobre la presencia en Holanda por aquellos días de Orlando Letelier. En ese instante quedó firmada su sentencia de muerte. El 10 de septiembre, el diario oficial publicaba el decreto, firmado por Pinochet, que pretendía grotescamente privar de la nacionalidad chilena a Letelier, a quien se acusaba de ‘realizar en el extranjero una campaña publicitaria destinada a lograr el aislamiento político, económico y cultural de Chile’…” Con base en ello el general golpista dio la orden de acabar con la vida del patriota chileno radicado en Washington…

10 de octubre de 2016.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 9 de octubre
de 2016)
El Otoño del Imperio