domingo, 25 de enero de 2015

La Nueva Estrategia de Estados Unidos Hacia Latinoamérica

Jesús Hernández Garibay

La decisión del gobierno de Barack Obama de abrir una nueva etapa en las relaciones de Estados Unidos con Cuba, independientemente del significado que para ambos países tiene, marca un hito en la forma como advierte el poderoso país del norte el actual panorama interamericano, en el que importantes cambios se desenvuelven a lo largo de las últimas tres décadas.

Ante la imposibilidad de todavía mantener el panamericanismo que campeó en todo el continente por casi setenta años, mediante una Organización de Estados Americanos (OEA) desgastada y un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) obsoleto, EUA se ve obligado ahora a buscar formas nuevas para intentar salvaguardar su tradicional predominio, aquel que garantizó antes un “libre mercado” abierto y proclive a sus intereses.

Desde luego, ningún mérito quita al digno pueblo cubano —que ha tenido que sufrir como pocos la decisión valiente de mantener su independencia y el derecho a su autodeterminación a toda costa—, el que la necesidad de buscar una nueva estrategia para el país de las barras y las estrellas sea consecuencia de la diversidad de esfuerzos que en muchos de nuestros países, en unos más que en otros, se han hecho por defender también tales banderas.

El proceso de integración buscado por gobiernos a través de mecanismos nuevos como la ALBA, la UNASUR o la CELAC, pero sobre todo procesos más independientes como los de la “revolución bolivariana” en Venezuela, la “revolución ciudadana” en Ecuador o el “Estado plurinacional” de Bolivia, o el que en nuevos países se sigan tales ejemplos para alcanzar rumbos distintos a los que interesa preservar EUA para el regio mundo de los grandes negocios, son hechos y posibilidades que inquietan sobremanera a las fuerzas más retrogradas de la región.

La posibilidad abierta hace ya un tiempo por el gobierno de Colombia de que EUA utilice bases militares colombianas para agrupar sus fuerzas castrenses en el área y la reciente decisión final de la Cámara de Representantes colombiana, de aceptar tácitamente la eventual expansión de la OTAN hacia el escenario regional, son hechos que delineados por el Departamento de Estado estadunidense caminan en esa dirección, al pretender abrir un valladar más ante dichos cambios, a fin de contener eventualmente cualquier nuevo motivo de preocupación sistémica.

El cierre de pinzas que de otro lado busca el trabajo sedicioso que desarrollan silenciosamente la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), que se afanan en agravar las contradicciones sociales y políticas en países específicos y que en la nueva relación buscarán llevar adelante en Cuba con la intención de lograr algún día reimplantar el propio “libre mercado” y la democracia que lo garantice, son asuntos que forman parte hoy de esa misma estrategia que nuestro “buen vecino” trabaja en medio del declive global que padece…

25 de enero de 2015.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 25 de enero de 2015)
El Otoño del Imperio

domingo, 18 de enero de 2015

La Guerra más Larga en la Historia Norteamericana Llega a su Fin

Jesús Hernández Garibay

El pasado 18 de diciembre las fuerzas armadas de la OTAN en Afganistán (ISAF), anunciaron su salida del país luego de 13 años de combates. El anuncio fue hecho simultáneamente al del presidente Barack Obama, quien también dio término a la presencia norteamericana en la misma nación. “Juntos hemos sacado al pueblo afgano de las tinieblas de la desesperación y le hemos dado esperanza en el futuro”, dijo el general John Campbell ante los soldados de la OTAN en una ceremonia solemne, mientras el mandatario estadounidense opinaba que “gracias al sacrificio extraordinario de nuestros hombres y mujeres uniformados, nuestra misión se acaba y la guerra más larga en la historia de Estados Unidos termina de forma responsable…”

Fuerzas talibanes por su parte, aseguraban un día después que la retirada de las tropas internacionales de suelo afgano marca una derrota para Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. “¿Cuál es el sentido de que EE.UU. ponga fin a la guerra? —preguntaba a la agencia de noticias EFE el portavoz talibán Zabihullah Mujahid—. Esto significa que Estados Unidos y sus aliados… están huyendo del campo de batalla —agregaba—. La ISAF replegó su bandera en una atmósfera de fracaso y decepción, sin haber logrado nada sustancial o tangible…”

Aun así, la guerra llega oficialmente a su fin, aunque en el entorno también del cansancio y la insatisfacción de las tropas, cuyo desgaste moral es evidente. En los últimos años, en verdad, el pesimismo acerca de la misión en Afganistán creció sostenidamente y muchos soldados se preguntan ahora qué es lo que realmente lograron los 13 años de guerra; la mayoría de las tropas son hoy una fuerza desmoralizada que cree que no se cumplieron los objetivos de la guerra.

En efecto, según una reciente encuesta de Military Times Group, la moral se redujo drásticamente en los últimos cinco años y a la mayoría de los activos lo que preocupa más es que su calidad de vida empeorará; a la vez, pocos apoyan plenamente a sus altos dirigentes; la popularidad de Obama entre sus soldados —que nunca fue alta— ahora se desmorona, al pasar del 35 por ciento en 2009 a sólo el 15 por ciento en 2014, con un índice de desaprobación que aumentó del 40 hasta el 55 por ciento durante ese tiempo.

Para peor, Matthieu Aikins, un periodista residente en Kabul que ha investigado para la revista “Rolling Stone” sobre el auge de la heroína de Afganistán, advierte que en los 13 años desde que Estados Unidos invadió el país, la producción de opio ahí se duplicó y representa ahora nada menos que alrededor del 90 por ciento de la oferta mundial. “Lo que ha ocurrido en Afganistán en los últimos 13 años —decía Aikins en una entrevista para ‘Democracy Now’— ha sido el florecimiento de un narco-estado que no tiene precedente en la historia,.. Esto es algo extraordinario, catastrófico, que es un grave peligro para el futuro…”, y que con seguridad deja al pueblo afgano en las tinieblas…

18 de enero de 2015.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 11 de enero de 2015)
El Otoño del Imperio