lunes, 29 de octubre de 2012

Agitados los Comicios para la Presidencia de Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Luego de dejar a su paso 65 muertos en diferentes países del Caribe, incluyendo 11 en Cuba y 51 en Haití, el huracán Sandy, de quien se temía fuera peor que el Katrina, llegó a las costas del Atlántico norte de Estados Unidos, afectando principalmente a nueve Estados: Nueva York, Massachussets, Maryland, Nueva Jersey, Pensilvania, Connecticut, Virginia, Delaware y Rhode Island, además del Distrito de Columbia, quienes declararon el estado de emergencia ante su llegada. La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) calculaba una afectación a 50 o 60 millones de personas, mientras expertos estimaban por los daños pérdidas económicas de más de mil millones de dólares.

Así, un perturbador meteoro ponía en jaque la campaña hacia los comicios presidenciales del 6 de noviembre, al obligar a los candidatos a cancelar eventos y tener que preocuparse porque Sandy pudiera afectar el comportamiento de los votantes. Obama mismo decidió, entre otros actos de campaña programados para la semana, cancelar el lunes 29 un importante evento con el exmandatario Bill Clinton en Youngstown, en el estado clave de Ohio, para estar al tanto en Washington de la llegada del huracán. De igual manera, Mitt Romney también modificó su agenda, al cancelar todos sus actos programados en Virginia del domingo 28, esperando acudir a Ohio para el lunes. Ambos candidatos hubieron de considerar que la afluencia a las urnas podría ser perturbada.

En tanto, distintas encuestas de las últimas dos semanas antes de las elecciones dejaban ver otra vez un empate a 49-49 en varios Estados, como Colorado y Virginia, si bien Obama contaba con una ligera ventaja en otros como Ohio, Pennsylvania, Wisconsin, New Hampshire, Nevada, Iowa y Michigan, mientras Romney lo rebasaba escasamente en Carolina del Norte y Florida, aunque a nivel nacional la intención de votos situaba a Romney uno o dos puntos por encima de Obama. Esto podría revelar la posibilidad de un mayor número de votos ciudadanos para el republicano, aun cuando un menor número de representantes al Colegio Electoral; como se sabe, se necesitan 270 votos para acceder a la Casa Blanca, pero algunos pronostican ya que Obama sume 290 frente a 248 de Romney.

No obstante, un empate en las encuestas a unos días del 6 de noviembre, amenaza con repetir el escenario de la campaña de 2000, cuando el resultado en Florida dejó grandes dudas en la eventual proclamación de George W. Bush como presidente. Por esto es que ambos partidos ya han movilizado a miles de abogados, que podrían tal vez enfrentar una posible situación compleja con los sondeos indicando que Romney podría ganar en votos, aunque Obama alcanzaría la reelección por acumular más representantes. Como quiera que sea, al final todo el curso de la campaña presidencial denota no más que la creciente polarización de la sociedad estadounidense, en tiempos de decadencia e inclusive amenaza de muerte al “american way of life” del representante por antonomasia del capitalismo mundial, que nadie quien gane la presidencia va a venir a resolver fácilmente.

29 de octubre de 2012.
El Otoño del Imperio

Rabiosa la Campaña Anti Obama

Jesús Hernández Garibay

A sólo unos cuantos días de los comicios para elegir presidente de la Unión Americana, la campaña de los sectores más conservadores de ese país se ha vuelto (todavía más) rabiosamente anti Obama. Algunos medios informativos llegan a acusar al ahora mandatario de contar con “la bendición” del “dictador” Hugo Chávez, quien aseguró alguna vez que “votaría por Obama si estuviera en Estados Unidos”. A la vez, lo acusan también de haber recibido el apego de Mariela Castro, hija del “dictador militar cubano” Raúl Castro, quien en una visita a esa nación proclamaba la simpatía de su país por Obama, al decir que “necesita un mayor apoyo para seguir adelante con sus proyectos y sus ideas…”

Dichas imputaciones crecieron sobre todo en los días previos al tercer debate que bajo el tema de la política exterior se realizaría el lunes 22 de octubre. En este entorno, se acusaba al presidente Obama de llevar adelante una política errónea frente a quienes en esa corriente política ultraderechista consideran que son los principales enemigos de su país, y que sostienen, a su decir, un continuo ataque para tratar de debilitarlo: Irán con su programa nuclear, o sus jurados enemigos talibanes en Afganistán, o las preocupaciones por los levantamientos populares en el mundo árabe, o el ataque terrorista al consulado en Libia, o el espectacular crecimiento de China en la escena mundial.

A Obama se le acusa de no mantener una respuesta suficientemente firme o “pro americana” ante tales amenazas y, por el contrario, doblegarse ante las mismas. Pero además, en el frente doméstico se le incrimina también inculpando a sus seguidores de preparar una respuesta desestabilizadora en caso de perder las elecciones. “50 cosas locas que los partidarios de Obama amenazan con hacer si gana Romney...”, dice un servicio informativo, que advierte mensajes en las redes sociales, tales como: “Si gana Romney me voy a mudar fuera del país...”, o “Si Romney gana, creo que me voy a suicidar; no se puede vivir a través de la indignidad que ello implica en un año realmente de porquería...”, o uno más que amenaza con crear disturbios: “Si Obama no gana iniciemos un motín para que Romney sepa lo que recibe…”.

Así, los republicanos insisten en que los verdaderos planes de Obama son más radicales de lo que el pueblo estadounidense quisiera, mientras lo acusan de una “retórica populista y extremista…” En tanto, los correligionarios del presidente advierten: “Él tiene que tener cuidado con hablar de algunas cosas que son inalcanzables para los votantes… Los últimos años han sido aleccionadores. La gente está escéptica de grandes promesas…” Como quiera que sea, la estrategia republicana ha provocado un reciente cambio significativo en la danza de las cifras: de acuerdo con Gallup, desde el día 4 y hasta el día 20 de octubre Mitt Romney lleva ya la delantera en la intención de voto, 48-47 en el inicio y 52-45 en el final; un resultado no esperado para Obama, que amenaza con trocarse en tendencia final en las elecciones probablemente más competidas de todos los tiempos en EUA.

29 de octubre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 28 de octubre de 2012)
El Otoño del Imperio

lunes, 22 de octubre de 2012

La Reunión Anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial

Jesús Hernández Garibay

La Reunión Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) congrega cada año a directores de Bancos Centrales, ministros de Hacienda, ejecutivos de empresas y académicos, con el objeto de debatir temas que, como muchas veces, generan preocupación en todo el mundo: las perspectivas económicas mundiales, la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico y la eficacia de la ayuda. Asimismo, se llevan a cabo seminarios, sesiones informativas regionales, conferencias de prensa y muchos otros encuentros centrados en la economía mundial, el desarrollo internacional y los mercados financieros globales. Los eventos de este 2012 se realizaron en Tokio, del 9 al 14 de octubre, bajo la sombra de la desaceleración global y la crisis en Europa.

Desde el inicio de la reunión de 188 países de este año, las preocupaciones fueron evidentes. El informe de previsiones publicado por el FMI destaca los “esfuerzos de consolidación” realizados por Madrid para lograr un ajuste del déficit de cerca del 4% del PIB durante 2012 y 2013. Al respecto, el economista en jefe del FMI, el francés Olivier Blanchard, se preguntaba si países como España o Grecia deberían ejecutar sus programas de ajuste más lentamente, debido a los efectos negativos sobre su crecimiento; y advertía que el proceso “es un maratón, no un sprint” y que, por ello, “llevará muchos años...” Asimismo, en el evento se consideraba que Estados Unidos debía evitar “el precipicio fiscal”, es decir, un incremento automático de impuestos y grandes recortes presupuestarios.

De acuerdo con el mismo FMI, hay indicios claros de que la recuperación de la economía mundial se ha detenido; respecto de abril pasado, el pronóstico de crecimiento para los países avanzados pasó de 1.8 a 1.5% y de 5.8 a 5.6% el de las naciones “en desarrollo”. Sin embargo, para los 17 países en conjunto de la zona euro se pronostica para este 2012 un año de “cero crecimiento”; lo que supone “una incertidumbre general acerca del futuro…”, según reconoció el mismo Blanchard. El crecimiento económico de Latinoamérica también bajará a 3.25% este año, medio punto porcentual menos que lo previsto hace seis meses. Así, las previsiones del FMI para 2013 fueron pronosticadas a la baja: el PIB mundial no superará el 3.3%, en lugar de 3.5% previamente augurado.

Para no desentonar con las intenciones de mejora en medio de tal entorno, el presidente del Banco Mundial, el coreano Jim Yong Kim, decía previamente a la reunión que está preparando reformas amplias para que la entidad sea más eficaz en la lucha contra la pobreza; al respecto, manifestaba que “No estamos listos para pedir cambios específicos todavía... pero si vamos a ser realmente serios sobre terminar con la pobreza antes de lo previsto...” No obstante esta siempre reiterada facundia, lo que en verdad acaparó los debates de la reunión fue la situación financiera global y la inestabilidad por la crisis en Europa, por lo que se hizo un llamado a aumentar los esfuerzos políticos a fin de evitar lo que se considera una mayor fragmentación de los mercados en la eurozona.

22 de octubre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 21 de octubre de 2012)
El Otoño del Imperio

domingo, 14 de octubre de 2012

A Todo Vapor la Batalla por la Presidencia de Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Que “Romney dominó sobre un apático Obama”, que éste “estuvo poco preparado”, que la discusión “se la llevó Romney”, que el republicano fue “el claro ganador…”; frases todas estas, fueron las que campearon en medios de prensa al informar acerca del primero de tres debates, llevado a cabo el pasado 3 de octubre entre los principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos. “Tras un humillante traspié ― diría después un periodista―, Barack Obama recibió… buenas noticias. La reducción de las cifras de desempleo a 7.8% en septiembre, las mejores desde 2009, le han dado un respiro, justo cuando su contendiente republicano, Mitt Romney, ha comenzado a ganar tracción…”.

En efecto, las condiciones económicas de un país castigado por una crisis que no se resuelve y golpea a muchos, han mermado hasta la capacidad de liderazgo que cuatro años antes había mostrado su actual mandatario. Y es que día con día, el norteamericano promedio se despierta con una y otra mala noticia, por el escasamente declinante desempleo, la mayor contracción salarial y el inevitable incremento de los precios. Hace unos días, por ejemplo, en el sur de California los precios de la gasolina rebasaron los cinco dólares por galón, frente a un ya alto precio nacional promedio de $3.79 (39 centavos más de lo que era hace un año). Así, dichas condiciones económicas favorecen al empresario Romney, a pesar de que muchas de las encuestas muestren al presidente a la cabeza.

Los responsables de la campaña de Obama aseguran que esa caída en el índice del desempleo, “es una prueba más de que la economía… continúa sanando…” Obama mismo afirma que esas “son las cifras más alentadoras que hemos recibido desde que asumí la presidencia, cuando se destruían empleos a razón de 800 mil por mes…”. Por ello y por las dificultades para lograr más en un clima de zozobra, el candidato demócrata pide a su ciudadanía comprensión y oportunidad para un segundo mandato y poder supuestamente completar el cambio que prometió al país en el 2008. “No pretendo decir que el camino que ofrezco será fácil…, tomará más de unos cuantos años resolver los retos que se han acumulado en las últimas décadas…”, dice ofreciendo con un dejo de esperanza.

En tanto, la guerra de las encuestas continúa. La encuesta diaria que lleva a cabo el servicio informativo Rasmussen, para el domingo 7 de octubre muestra a Romney con un apoyo de los votantes a nivel nacional del 49%, mientras destaca al presidente con sólo un 47%. Del otro lado, en su encuesta del 30 de septiembre al 6 de octubre, Gallup ubica a Obama con el 49%, mientras a Romney lo deja con el 46%. Y el mismo Rasmussen informa que una vista combinada de los resultados de los 11 Estados ganados por Obama en 2008 (Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Nevada, New Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin), deja ver al mandatario con el apoyo de 49% de los votantes, frente al 47% de Mitt Romney. Un interminable desfile de cifras que exhiben no más que la división de una ciudadanía golpeada y confundida sobre el qué hacer.

14 de octubre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 14 de octubre de 2012)
El Otoño del Imperio

domingo, 7 de octubre de 2012

67ª Asamblea General de la ONU

Jesús Hernández Garibay

Del martes 25 de septiembre al lunes 1º de octubre fue llevado a cabo el sexagésimo séptimo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, con la participación de más de 120 jefes de Estado y de gobierno de los 193 países integrantes de las Naciones Unidas. Entre los temas de interés internacional que se abordaron destacó la economía mundial y la situación en el Medio Oriente, en particular el ataque terrorista que costó la vida a diplomáticos estadounidenses. La sesión fue inaugurada por el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon y, como ha sucedido siempre, fue Brasil el primer orador personificado por su presidenta Dilma Rousseff, seguido por el país anfitrión Estados Unidos, hoy representado por el presidente Barack Obama.

Sin mayores sorpresas, los discursos de los mandatarios participantes fueron previsibles: Obama habló del liderazgo de su país en el mundo y de los disturbios en países musulmanes; la mandataria brasileña destacaría el éxito de los programas sociales de su país; el presidente Evo Morales reiteraba la justa demanda de Bolivia de obtener una salida al mar; y mientras el presidente iraní Ahmadinejad defendía el plan nuclear pacifista de su nación, el premier israelí Netanyahu se quejaba de la ineficacia de las sanciones impuestas a Teherán. Cristina Kirchner hacía de nuevo hincapié en el reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas, mientras otros gobiernos insistían en la postergada reforma del organismo, cuya estructura, arguyen, aún refleja el equilibrio de poder de 1945.

Desde hace años la ONU está sumida en dudas sobre su eficacia y críticas a su funcionamiento. Se dice que sufre una parálisis que rememora los tiempos de la Guerra Fría y que sus miembros se reúnen vez a vez para ofrecer discursos sin un mayor efecto para afrontar los desafíos actuales del mundo; discursos cargados de buenas intenciones pero victimas de los intereses de quien resulta su principal obstáculo: el poderío norteamericano y su sistema de alianzas en distintos lugares del planeta. Así, la grave crisis financiera que padece el mundo desarrollado, el peligro nuclear, la latente amenaza del terrorismo o el reto del cambio climático son temas de nuevo reiterados, sin solución a la vista.

Pertinente como era, fue el canciller de Nicaragua, Samuel Santos, quien en la misma asamblea atinaba a hablar de temas cardinales, como la trascendencia de los procesos de integración regional en América Latina y El Caribe que, indicaba, “avanzan a pasos enormes para fortalecer su integración y unidad económica, política, social y cultural”. Santos recordaba los avances que se impulsan desde organismos como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, el Sistema de la Integración Centroamericana y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Hablaba también de la importancia del Movimiento de Países No Alineados, cuyos principios y propósitos, decía, “constituyen una base común, amplia y de alcance mundial que contribuye al desarrollo de un mundo multipolar y al fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales…”

7 de octubre de 2012.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 7 de octubre de 2012)
El Otoño del Imperio