viernes, 17 de junio de 2011

El Mercado y la Reelección de Obama

Jesús Hernández Garibay

Ahora que inicia el segundo semestre del año y comienza a presagiarse que corre el peligro de ser de nuevo, como en el 2008, uno repleto de graves dificultades financieras, por causa del desempleo, del precario crecimiento industrial y el frágil mercado inmobiliario, a lo que hay que sumar el grave endeudamiento de Estados Unidos que a medio semestre alcanza su techo del año completo por 14.3 billones de dólares; ahora que, de otro lado, varios republicanos ansían ser contrapeso a la esperada candidatura de Barack Obama a un nuevo mandato, vale destacar las intenciones que en el ámbito de la economía ha tenido el presidente, por lo cual tiene esperanzas de que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses adviertan la importancia de reelegirlo para un segundo periodo.

Hay que recordar que, además del éxito obtenido por haber alcanzado (aun en medio de codazos) una reforma al sistema de salud y una al sistema educativo, así como avances hacia una reforma energética, desde el 30 de junio del año pasado el presidente logró otra reforma prometida más, luego de la grave crisis financiera que estallara en el otoño de 2008 en Wall Street. Esta Reforma Financiera fue, de hecho, para el mandatario, el segundo de sus grandes proyectos domésticos y su firma definitiva luego de ser aprobada por ambas Cámaras del Congreso en 2010, a pesar también de su limitado alcance, es vista por él mismo como una victoria más. Entre otras cosas porque el texto acordado incluye un sistema de alarma ante riesgos para intentar prevenir otro colapso financiero como el mencionado.

En efecto, la reforma supone un intento por controlar el mercado directamente y establecer mecanismos más rígidos de supervisión y regulación, mediante la creación de una agencia federal que se encargaría de imponer nuevas reglas en dicho mercado, entre ellas, la regulación del mercado de derivados, que estuvo en el origen de la crisis; lo que significa intentar poner bajo la lupa a las empresas financieras y bancarias estadounidenses, con el fin de tratar de evitar los mismos desmanes de algunos de los opulentos personajes que se movieron por Wall Street en los últimos 20 años, que engañaron a trasmano y promovieron bonos millonarios a los altos ejecutivos y banqueros, gastos sin control y rescates multimillonarios a cuenta de los contribuyentes.

Esto, que no tiene más pretensión que la de regular un mercado acostumbrado a hacer y deshacer, molesta, claro, a varios quienes insisten que Obama está “enterrando los negocios…” (Tom Donahue, presidente de la Cámara de Comercio) y “creando un clima crecientemente hostil para la inversión…” (Ivan Seidenberg, presidente de Verizon y Business Roundtable). Como quiera, a pesar de estas opiniones y las encuestas que aun desfavorecen al presidente justamente por los todavía no mejores datos económicos, Obama avanza en su precampaña hacia la reelección, viable sobre todo en la medida en que cuente con una posible ventaja adicional: que nadie del conjunto de aspirantes a la candidatura presidencial republicana satisfaga totalmente a los votantes de este partido.

17 de junio de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 26 de junio de 2011)
El Otoño del Imperio

Crisis en Wall Street: análisis y consecuencias

Las Tribulaciones de Wall Street

Jesús Hernández Garibay

Una nueva dosis de angustia acerca de la recuperación económica mundial el pasado viernes 10 de junio, se convirtió en señal para una reacción inmediata en Wall Street, que llevó el Promedio Industrial Dow Jones al cierre por debajo de los 12 mil puntos (1,4% menos), el más bajo desde mediados de marzo anterior y la mayor caída semanal en el índice “Blue Chip” desde 2002, culminando así la sexta semana consecutiva de caídas, la racha más larga desde 2008. Dichos temores advierten que la recuperación económica se ha estancado, por causa de la débil recuperación del empleo, la lentitud en el crecimiento industrial y un agonizante mercado de las casas habitación, que revierten la esperanza en la tendencia alcista que levantó el Dow Jones en un 20% el año pasado.

El mercado sigue con especial atención los datos del empleo en Estados Unidos, sencillamente por ser este el país más consumista del mundo. Por ello es sensible a los informes acerca del mismo, como el más reciente que revela que el sector privado sólo creó 38 mil empleos en el mes de mayo (la menor cifra desde septiembre de 2010), en relación con los 177 mil del mes de abril, mientras las pérdidas en las acciones estadounidenses y en el valor del dólar se aceleraban luego de que se diera a conocer que el índice sobre la actividad fabril nacional cayó a 53,5 durante mayo desde 60,4 puntos del mes anterior, alcanzando su nivel más bajo desde junio del 2009. Como se sabe, la economía estadounidense en su conjunto creció a un ritmo de sólo 1,8% en el primer trimestre de 2011.

El mercado inmobiliario continúa exhibiendo graves dificultades. Un reporte dado a conocer revela que las peticiones de hipotecas descendieron también en un 4% la semana que termina el 27 de mayo, presionadas por un declive en la demanda de refinanciamiento. A la vez, casi tres millones de viviendas recibieron notificación de mora en los pagos, o notificación de remate o ejecución hipotecaria en 2010; esto es, un incremento del 2% sobre el año anterior, y del 23% sobre 2008. Las ejecuciones hipotecarias, así, por las cuales los bancos recuperan una propiedad, siguen hundiendo los precios de las viviendas en la Unión Americana, mientras la tasa de desempleo se mantiene por encima del 9%; una cifra que no tiene visos más que de mantenerse o aumentar este año.

A pesar de que son unos 800 mil los empleos creados en el año, los ingresos por hora de trabajo siguen bajando mes tras mes, lo que resulta perjudicial para el consumo; de hecho, la deuda de los consumidores es hoy la clave de la crisis. Con una sensación tan negativa y los mismos problemas agravados, no es extraño que un reconocido estratega financiero como Peter Yastrow haya advertido hace sólo dos semanas: “Lo que tenemos ahora se acerca al pánico… Estamos al borde de una gran, gran depresión…” Un escenario nada fácil de digerir para los planes reelectorales de Obama, que debe desafiar la tendencia, a 16 meses de las próximas elecciones; tomando en cuenta que ningún presidente ha sido reelecto con una tasa de desempleo superior al 7,2%, desde Franklin D. Roosevelt.

17 de junio de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 19 de junio de 2011)
El Otoño del Imperio

Demostración y Marcha Pacifíca - Mayo 12, 2011 - Wall Street

sábado, 11 de junio de 2011

El Largo Camino a un Acuerdo Sobre el Cambio Climático

Jesús Hernández Garibay

El pasado 15 de febrero la secretaria de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres, advertía que “un acuerdo justo, ambicioso y vinculante con el que llegar a la próxima cumbre sobre Cambio Climático en Durban, sería perfecto…; pero eso sólo ocurre en los cuentos de hadas…” En efecto, del 28 de noviembre al 9 de diciembre próximo se lleva a cabo en Durban, África del Sur, la Conferencia de las Partes, donde los países deberían alcanzar un acuerdo que estipule efectivamente medidas vinculantes para que los países desarrollados reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero; pero…, el debate sigue abierto y gira en torno a definir cuáles son las responsabilidades de cada uno de los países desarrollados y subdesarrollados.

Como se recuerda, en 1992 un grupo de países en el seno de la ONU tomaron la decisión de reunirse en pos de un objetivo en común: el cuidado del planeta y el fin del calentamiento global. Fue así que en mayo de ese año se concertó la “Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” que entró en vigor en marzo de 1994; dicha convención se planteó como objetivo primordial disminuir la emisión de gases de efecto invernadero responsable del calentamiento. Estos puntos fueron la base de lo que sería el Protocolo de Kyoto adoptado en diciembre de 1997; un acuerdo que tiene como objetivo reducir dichas emisiones, ratificado por 187 estados aunque no por el mayor emisor de esos gases: Estados Unidos.

Un estudio científico más, llevado a cabo por el profesor Shawn Marshall de la Universidad de Calgary, Canadá, y publicado recién en la revista “Nature”, plantea justo que el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) previsiblemente tendrá un impacto sobre las temperaturas de la Tierra en los próximos mil años y elevará en al menos cuatro metros el nivel de las aguas del mar. La investigación pronostica que el calentamiento global provocará un “colapso catastrófico” de la placa de hielo occidental de la Antártida alrededor del año 3000. La nada halagüeña previsión es, según el estudio, “el mejor de los casos posible”, por lo que opina que debe cesar el uso de los combustibles fósiles y la emisión masiva de dióxido de carbono a la atmósfera.

Como quiera que sea, sigue adelante la preparación de la nueva reunión sobre calentamiento global en Durban (COP 17, luego del fracaso de la COP 15 de Copenhague y a un año de la COP 16 de Cancún que pretendía restablecer la ruta hacia una renovación del protocolo de Kyoto). Para Christiana Figueres, el acuerdo debería ser “justo” en diferenciar a los países más vulnerables, “vinculante” para no estar sólo apegado a recomendaciones científicas y “ambicioso” para superar el actual nivel existente de expectativa; no obstante, reitera que estos tres elementos se dan “sólo en los cuentos de hadas y la realidad es que nuestros propósitos de ambición no van a cambiar de aquí a Durban…” En tanto, el planeta tendrá que seguir sufriendo la inopia de sus dirigentes.

11 de junio de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 12 de junio de 2011)
El Otoño del Imperio

Cumbre de Bangkok busca consensos para perfilar el pacto que sustituirá al Protocolo de Kioto

Desastres Naturales, También en Estados Unidos

Jesús Hernández Garibay

Una serie de desastres naturales han asolado al mundo en los primeros meses de este año. Desde luego el terremoto y tsunami en Japón, pero a la vez otros casi igual de dramáticos: las mayores inundaciones por lluvia en Brasil en 40 años con un saldo de 380 muertos; uno de los mayores desastres naturales en Australia con la inundación de Brisbane, la tercera ciudad en importancia del país; tres millones de damnificados y casi 500 muertos por las lluvias invernales en Colombia, por sólo mencionar algunos. Pero es en Estados Unidos donde en este 2011 vienen ocurriendo los desastres naturales más peculiares en varias décadas, desde una especie de miniglaciación en el inicio del año, hasta perseverantes tornados o incontenibles inundaciones.

En EUA se viven durante estos meses un conjunto de fenómenos meteorológicos que hacen exclamar a varios creyentes ahí que la fecha de diciembre de 2012 en que según algunos lóbregos vaticinios se acabará el mundo, está llegando incontenible y resuelta. Durante el mes de febrero, en 49 de los 50 estados de la Unión (incluida la soleada Hawai), se presentó un inusual fenómeno meteorológico: una tormenta de nieve calificada de “monstruosa” (el séptimo y más severo fenómeno de ese tipo en la temporada) que azotó el centro-oeste del país y provocó la cancelación de 10 mil vuelos y cientos de servicios de trenes; una nevada que ocasionó cortes eléctricos, dejando sin energía a más de 250 mil personas, principalmente en los estados de Illinois, Ohio y Pensilvania.

No obstante que los tornados han sido un fenómeno frecuente en el sur de la nación, de manera particular ahora se presentaron algunos de los más nocivos y persistentes: del 14 al 16 abril con severas destrucciones en Alabama, Oklahoma y Carolina del Norte que provocaron la muerte de 43 ciudadanos; del 25 al 28 de abril en que una constante oleada afectó ahora sobre todo a los estados de Alabama, Arkansas, Georgia, Mississippi, Carolina del Norte, Tennessee y Virginia, pero a la vez con tornados confirmados desde Texas hasta Nueva York, con un saldo hasta el 6 de mayo de al menos 340 personas muertas. El 27 de abril fue el día más mortífero desde el tornado tri-estatal de 1925, mientras que en sólo cuatro días se notificaron 426 tornados, incluidos 259 en 16 estados.

En el reciente mayo las inundaciones provocadas por fuertes lluvias y el derretimiento de la nieve en el río Mississippi afectaron más de un millón de hectáreas de tierras de cultivo y amenazaron con interrumpir las operaciones de 10 refinerías de petróleo en el estado de Louisiana. El aluvión provocó inundaciones en campos y rompió los diques de pueblos cercanos; cientos de casas en Memphis, Tennessee, fueron cubiertas por las aguas del río, acercando la crecida a los niveles récord de 1927 y 1937. Durante la inundación de 1927 que causó la muerte de hasta mil personas y forzó a otras 600 mil a ser evacuadas, el río se desbordó y sus aguas se expandieron hasta 130 kilómetros de ancho. Todo ello, nevadas, tornados e intensas lluvias, dicen expertos, consecuencia del cambio climático.

11 de junio de 2011.
(Publicado: Revista Siempre!, México, 5 de junio de 2011)
El Otoño del Imperio

Cuatro muertos y 200 heridos deja tornado en Massachusetts